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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Drama Durante el Siglo XVII, Joseph Süss Oppenheimer, un siniestro y avaro judío promueve la inmigración judía en la ciudad de Württemburg. Es una de las más importantes películas de propaganda antisemita del III Reich. Extras judíos fueron "contratados" en Praga y las escenas que muestra la entrada de los judíos en Württemberg y el culto en una sinagoga fueron filmadas ahí. No confundir con la película británica "Jew Süss" de 1934, también ... [+]
29 de agosto de 2020
6 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
277/37(21/08/20) Cinta compleja a la hora de calificarla (con sentido parecido a la famosa “El Nacimiento de una Nación”), pues por un lado están sus valores cinematográficos, pero por otro lado está su hedionda vertiente de propaganda racista que lo empaña todo con su ponzoñoso antisemitismo, donde la sutilidad ni está, ni se le espera. Fue un encargo del Ministro de Propaganda nazi Joseph Goebbels como respuesta al film inglés del mismo nombre filmado en 1934, pero mientras la versión anglo era un film contra la opresión a los hebreos (mostraba a Süss Oppenheimer como víctima de un duque despiadado), la versión teutona muestra la perversión de un judío (Suss) ambicioso y dañino que logra manipular a un gran mandatario, en contraposición nos encontramos con el pueblo germano (aunque aún no existía Alemania como tal), puro y bondadoso, el más cercano a villano es el Duque Karl Alexander, pero se muestra como un débil influenciado vilmente por el perverso judío. Siendo este epítome de todos los judíos, de como si confías en ellos, siempre será en beneficio de sus espurios intereses (puaj!).

Dirigida por Veit Harlan, escribió el guión con Eberhard Wolfgang Möller y Ludwig Metzger, los papeles principales fueron interpretados por Ferdinand Marian y la esposa de Harlan, Kristina Söderbaum. Fue gran éxito en Alemania, vista por 20 millones de personas. Aunque su presupuesto de 2 millones de Reichsmarks se consideró alto para las películas de esa época, los ingresos de taquilla de 6,5 millones la convirtieron en un éxito financiero. Heinrich Himmler instó a los miembros de las SS y la policía a que lo vieran. Tras la restauración de los derechos de autor en virtud de la Ley de Acuerdos de la Ronda Uruguay, la película está actualmente en manos de la Fundación FW Murnau. La Fundación solo permite proyecciones de la película cuando van acompañadas de una introducción que explique el contexto histórico y el impacto pretendido. La infame cinta “El judío Süß” de Veit Harlan, tiene el dudoso honor de pertenecer a la llamada “Trilogía antisemita nazi”, al lado del falso documental “El judío eterno” de Fritz Hippler, y “Los Rothschild” de Erich Waschneck.

El filme se basa supuestamente en episodios históricos reales, tergiversándolos para cuadren con el pensamiento nazi. La película se ambienta en el siglo XVIII, en lo que por aquel entonces era el ducado de Wurtemberg (Alemania aún no era una nación única) bajo el gobierno de Carlos Alejandro (1684-1737). Este gobernante decidió contar en su época con Sus Openheimer, un judío, como ministro de finanzas. Sin embargo este no consiguió granjearse el apoyo popular y cuando murió su protector, Carlos Alejandro, fue ajusticiado por una revuelta popular.

Es curioso como presentan al voluble Duque de Württemberg Karl Alexander, en los fastos con el pueblo vemos la algarabía general de vítores, y entre ellos a dos mujeres peleándose por estar en primera fila, lo turbador es que en la refriega dejan ver sus pechos, y con la sonrisa pícara del Duque ante tal visión, elemento que ya dice mucho del carácter gratuito de la película en muchos de sus aspectos.

Pero cuando entra en acción el judío Suss, ataviado al modo ortodoxo hebreo, todo cobra sentido racista nauseabundo, vemos este tiene una caja de caudales rebosante de joyas para engatusar al Duque, y con esto comienza a manipularlo, pensando en financiarlo para poder manejarlo, como le remarca el ‘secretario’ de Suss, "Deberías darle, darle, darle, para que podamos tomar, tomar, tomar". Vemos uno de los mantras nazis, como los judíos intentan camuflarse entre ‘gente de bien’, y tras convencer al Duque para entrar en la ciudad (lo tiene prohibido los judíos), lo vemos ya ataviado de gentil, aun así los buenos arios lo distinguen (Faber lo detecta por su sexto sentido), junto al Duque se muestra como corruptor, llega a empujar al mandamás a convertirse en ‘jerarca’ absolutista, se atacan las intenciones de Suss como Verfassungpfeindlich (enemigo de la Constitución), vamos, un Dictador, lo mismo que era Hitler. Siendo Ministro de Finanzas explota a base de ingentes impuestos al pueblo (se dice de Suss:“juega con el dinero que suda la gente pobre financia la guerra del duque contra su propio pueblo”). Pero es, con mucho, el más comprensible, organiza fiestas para seleccionar jovencitas púberes para su superior, él también intenta hacerse con una joven bella (aria por supuesto). También hay tiempo para decirnos a través de Suss que los judíos no tienen patria (esto cuando la joven que lo lleva a la ciudad le pregunta que de donde es) y le responde que su hogar es el mundo, en consonancia con el estereotipo de vagabundos desarraigados. También se comentan las fiestas de Purim, fiesta de la victoria, los judíos celebran la venganza contra los goyim, los cristianos.

Se apoyan para su odio al ‘judío’ en palabras del teólogo Martin Lutero, de hecho se dice por exégetas que los escritos del reformista católico del SXVI son el preludio a la SHOAH, de hecho fueron nombrados como excusa por acusados en los Juicios de Núremberg. En su “Von den Juden und ihren Lügen” (Sobre los judíos y sus mentiras), publicado en 1543, escribió que debían realizarse contra los judíos acciones como quemar las sinagogas, destruir sus libros de oración, prohibir predicar a los rabinos, «aplastar y destruir» sus casas, incautarse de sus propiedades, confiscar su dinero y obligar a esos "gusanos venenosos" a realizar trabajos forzados o expulsarlos «para siempre».

El actor Werner Krauss interpreta en el film a varios personajes (él llegó a decir que catorce, aunque reconocibles a cuatro), todas caricaturizaciones de judíos, en lo que se convierte en una des-individualización de los judíos, todos son el mismo, todos tiene los mismos malévolos planes cual pétrea secta maligna.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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