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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Thriller. Drama Durante un fin de semana de caza en los highland escoceses, dos viejos amigos se encuentran, tras un dramático incidente, en una trágica situación que pondrá en peligro sus vidas. (FILMAFFINITY)
30 de octubre de 2018
17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
136/20(27/10/18) Cautivador y turbador film británico escrito y dirigido por el debutante Matt Palmer, se estrenó el 29 de junio de 2018 en Netflix, ambientada en Escocia, trata sobre incidentes en un viaje de caza a las Highland Tierras Altas de Escocia. Habiendo producido un puñado de cortometrajes en los últimos doce años, incluidos Island (2007, nominado a un premio Scottish Bafta) y The Gas Man (2014, ganó el mejor horror en los Limelight Film Awards), toma clásicos de los 70 como “Straw Dogs” (1971), “Deliverance” (1972) y “The Wicker Man” (1973), por lo de unos protagonistas foráneos sumergidos en ambientes rurales hostiles, donde la tensión se genera de modo gradual hasta explotar en su rush final en una espiral de violencia cuasi-atávica. En su debe tiene a mi parecer un final no satisfactorio.

Es una cinta donde la pareja protagonista se inmersa en un clima donde prima el instinto de supervivencia, ello regado de dilemas morales que ponen al espectador en el lugar de estos, donde la azarística te puede hundir la peor de tus desventuras, haciéndolos reflexionar sobre la fina línea que separa el bien del mal, de lo ético de lo amoral, donde los errores se pagan, y las salidas que te dejan son todas malas, y solo buscas la más egoísta y menos dolorosa, donde a cada acción hay un no retorno, una huida hacia adelante y te hundes más en el fango. Ello en un desarrollo ambiental que se va enrareciendo a cada segundo, se va cerrando el aire, va creando mal cuerpo, una atmósfera malsana asfixiante, hace que te sientas incómodo el devenir de los acontecimientos, la angustia que se edifica te angustia, te incomoda, te inquieta. Hace una crítica contra las comunidades cerradas y cuasi-aisladas en su endogamia cerril, contra sus miedos a lo que viene de fuera, su animadversión ancestral al foráneo, que solventa sus rencillas con brutalidad primaria, ello donde la ambigüedad moral campa a sus anchas, donde se hace una reflexión mordaz sobre la amistad frente al egoísmo, sorprendiendo su evolución, tomando giros inesperados, con creación de personajes en pocos trazos que quedan definidos pétreamente, ello en un in-crescendo dramático sofocante.

Martin McCann (The Pacific) está vigoroso como Marcus, enérgico, vivaraz, vibrante en sus reacciones, excelentes sus miradas, su electricidad ante los avatares; Jack Lowden (Dunkirk) como Vaughn está fenomenal como apocado y pudoroso, la cara opuesta a su amigo, demuestra fragilidad, cobardía, temeroso, nervioso, y entre los dos (McCann y Lowden) se establece una gran química muy creíble como el macho Alpha domina al pusilánime, sabiendo trasladarnos su convulso mundo interior, muy naturales sus roles, de cómo puestos en condiciones extremas sale a relucir lo mejor y peor dela Condición Humana; Del grupo de lugareños destaca su especie de líder Logan, encarnado de modo carismático por Tony Curran, demostrando carácter, temple, con gestos que denotan a un tipo estoico a punto de estallar en su dóciles maneras; Ian Pirie tiene un rol más plano como un rudo y cerril lugareño siempre demostrando violencia ante cualquier duda; Los demás roles quedan algo más diluidos, incluso las chicas son meras perchas.

La puesta en escena es estupenda para emitir el estado de ánimo claustrofóbico de cuasi-estar en un lugar remoto aislado del mundo del que es imposible escapar, esto gracias a un espléndido diseño de producción Miren Marañón (“El laberinto del fauno”), llevándonos a escenarios naturales de Escocia (Beecraigs Country Park-West Lothian para los Highlands; y para las escenas de apertura en Edimburgo), llevándonos por unbos bosques espectrales, cuasi-fantasmales en la sensación monstruo que traga a los personajes, con árboles inmensos, donde la luz apenas entra; esto enaltecido por la formidable cinematografía del húngaro Márk Györi ("Katalin Varga") que impregna los fotogramas de sensaciones opresivas, de aspereza ambiental, en tonalidades semi-oscuras, con poca luz, mostrando una naturaleza amenazante, con sus áridas montañas, con los húmedos bosques rebosantes de helechos y musgo, en un patinado de tonalidades cromáticas gélidas, adustas, macilentas, emitiendo dramatismo, así como en los interiores cerrando el foco en planos que emiten nerviosismo; esta sensación enervada potenciada por la edición de Chris Wyatt (“This is England” o “71”) , generando más tensión y electricidad sentimental, sabiendo modular los tiempos, cuando acelerar y cuando pausar; La música es obra de Anne Nikitin (“El impostor” o “American animals”), manejada en escasas ocasiones, pero que en sus ominosas melodías sirve de maximizador emocional incisivo; Resaltar la punzante mezcla de sonido de Cameron Mercer (“Valhalla Risisng” o “Anna and the Apocalypse”), donde los sonidos ambientales son insertados de forma dramática, el viento, los sonidos de la naturaleza, los disparos, incluso los silencios acongojan.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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