05(03/01/09) Clint nos regala la que dice él será su última interpretación frente a la gran pantalla, aunque solo fuera por esto merecería verse, pero es que además lo borda, compone un personaje lleno de matices, con multitud de aristas, crea un monumento infinito a la dignidad de la gente mayor, no me gusta lo de tercera edad. Rodado con su habitual sobriedad y elegancia, nos obsequia con una historia de las que calan, que para algunos puede parecer una cinta menor, pero para mí es todo lo contrario, Clint nos obsequia con una historia llena de humanidad, una historia con un protagonista, Walt Kowalski (Clint Eastwood), que vemos como evoluciona, un veterano de la guerra de Korea, huraño, que no cree en Dios, que no se lleva bien con su hija, lo vemos al comienzo en el entierro de su mujer siendo un hombre mayor, en un barrio lleno de inmigrantes, inmigrantes a los que el detesta pero poco a poco comienza a salir de su caparazón y a trabar amistad con sus asiáticos vecinos. Eastwood dota a su film una atmósfera que se acerca al western, el sería un solitario pistolero que vive junto a unos indios que en este caso son asiáticos, y que asediados por los malos el pistolero debe hacerles frente, todo ello contado de un modo conmovedor, emocionando hasta saltarte las lágrimas, maravillosa. La cinta posee escenas de una fuerza brutal, la de Clint apuntando y disparando con su dedo será uno de los iconos del cine, y para coronarlo su descomunal final, demuestra que hoy por hoy es el director vivo número uno, y aquí hay que mamar. Recomendable a los que guste el cine, cine, cine. Fuerza y honor!!!