Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Drama. Romance París, 1900. Marie, una bella prostituta, es la amante de uno de los hombres de la banda de Felix; pero, sorprendentemente, acabará encontrando el verdadero amor en un sencillo carpintero. Su amante, celoso, lo provoca, y ambos se enzarzan en una terrible pelea. (FILMAFFINITY)
30 de enero de 2023
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
20/20(22/01/23) Notable thriller francés visto con motivo que hace poco se cumplió 70 años del estreno (13/03/1952), cala por su poderío emocional, trazando una tragedia con personajes muy buen definidos en sus virtudes y debilidades. Dirige Jacques Becker, adapta el guion propio junto a Jacques Campanéez, y Anee Wademant, basándose libremente en una historia real, el triángulo amoroso en el lumpen del Ciudad de la Luz, entre la prostituta Amélie Élie, el ex convicto carpintero Georges Manda y el líder de una banda de ladrones Felix Leca, objeto de muchos reportajes periodísticos sensacionalistas en 1902, respectivamente ella encarnada por una esplendorosa Simone Signoret, y ellos como el hierático carpintero Serge Reggiani, y al líder de una banda de ladrones Claude Dauphin, inspirándose Becker en grabados antiguos para la escenificación, a través de ellos se hace una radiografía del amor, la fuerza del destino, la integridad, la amistad, los celos enfermizos, ello adornado por una estupenda ambientación Belle Époque.

Confronta la historia el idealismo bucólico de lo rural con lo mundano y alienante de las urbes, esto remarcado por ese preciosista e impresionista (me falta el color) comienzo en la campiña gala, con un paseo en barca por un tranquilo rio, y un baile en un café campestre al aire libre, embebido esto del pictorismo propio del film de Jean Renoir “Una jornada de campo” (1936), no en vano Becker fue ayudante de Renoir en 8 películas, y también está en el tramo en que los amantes se refugian en una casita de campo, la granja de la Sra. Eugene, donde parece el tiempo se haya parado para ellos, la vemos a ella jugar con un adormilado Manda junto a la orilla del rio, los vemos despertarse tras una noche de amor entre sábanas virginales blancas (por suerte en Francia no hubo Codigo Hayes de censura), como él le trae un café caliente a su amada que le pasa por la ventana, con el campo de fondo evocador de placidez, Marie en un paseo por el pueblo lleva a Georges a una iglesia para espiar una ceremonia de boda, todo muy lírico, es un Oasis antes del tramo final envuelto en una caída constante de sacrificios, traiciones, celos, y venganza. Esto enfrentado al sub mundo del crimen, traiciones, asesinatos, que acontece en la ciudad cual nido de decadencia.

Tiene un pastoril a la par que ágil muestra de exposición de caracteres de roles en el arranque, con ese paseo en barcas por el tranquilo rio en un soleado día campestre de varias personas remando y cantando animadamente. Al descender notamos los roces entre una de las parejas, Marie y Roland (William Sabatier), ella ha remado mientras y él ha mirado, y de ello se queja ella (otras mujeres se hacen señas que la cosa no va bien entre ellos). Descienden y pasan a la terraza de un merendero, en una mesa una mujer se queja a su esposo (supongo) de que dejen que hay fulanas por todas partes). Un par de v carpinteros termina un escenario, tras lo que una banda de música se pone a tocar, varias parejas bailan, traspirando alegría la atmósfera. Uno de los carpinteros es Manda (Reggiani), un lacónico tipo muy amigo de uno de ellos (pasaron cinco años juntos en el correccional, nunca sabremos porque), Raymond (Raymond Bussières), Marie mientras baila con Roland cruza su mirada con Manda, tras lo que Raymond lleva a su amigo a presentar al grupo, Roland hace burla de la profesión de carpintero, pero Marie le pregunta que, si sabe bailar, este se levanta y danzan en círculos, él con el brazo tieso sin tocarla colgando, ambos se miran. En la mesa todos miran a Roland que se siente humillado. Cuando vuelven a la mesa Roland le hace una jugarreta a Manda y este responde con un golpe seco que lo deja ko y se marcha, pero antes de irse Marie va a despedirse de él, la cámara la enfoca de modo luminoso. Ella vuelve a la mesa y Roland la abofetea. En poco más de 10 minutos se han descrito los personajes (excepto Leca, que lo hará a continuación), mediante sus comportamientos.

En esta primera sobre todo dando rienda a la singular relación entre Marie y Manda, en base sobre todo a las miradas, los gestos, las medias sonrisas, relación escasa en palabras donde es ella la que manda (juego de palabras), la que lleva la voz cantante, la que lo escoge a él, la que le coge la mano (antes justificando su visita al taller de carpintería con un ‘Quería verte’), la que le da el primer beso. Marie (el título original “Casque d'Or”, viene de su apodo por su casco dorado de cabello) es una mujer segura de sí misma, necesita alguien que la quiera como es, que no vea en ella a un objeto a maltratar, y lo encuentra en Georges Manda. Basada en las "gigolettes", mujeres que engatusaban a hombres a callejones oscuros, quienes luego son golpeados y robados por los cómplices masculinos de la mujer que acechan tras ella. La actriz francesa de origen germano Simone Signoret encarna a la meretriz con un encanto y fulgor sobresaliente, desprende sensualidad voluptuosa, la cámara la envuelve con luz resplandeciente cual ángel rubio, dispuesta a todo por el amor, hasta dar su cuerpo por salvar a quien ama. Tras su coraza sabe traslucir las grietas de su ajada existencia, una estupenda femme fatale, de las que lleva al fatalismo irremediable, cual lección moralista de si te juntas con mujeres de mala fama tiene consecuencias, en esto me chirría.

Este es un tipo serio, encuentra la ilusión en Marie (su intrahistoria con la hija de su jefe está mal manejada, dejada en el alero sin exprimir mínimamente), la ve con ojos iluminados. Tipo noble, íntegro, no busca peleas, pero tampoco las rehúye. Tiene estricto código moral de amistad, lo demuestra con Raymond, y al igual que el amor se expresa mucho mediante cruce de miradas, ejemplo es la que se dan en la comisaria y ya se han dicho todo. Serge Reggiani da vida al protagonista con sutilidad en su parca expresividad, siempre adusto en su pose, solo deja entrever sus sentimientos en las miradas a Marie, notable interpretación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow