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Voto de TOM REGAN:
8
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28.954
Drama. Intriga
El fiscal de Nueva Orleans Jim Garrison (Costner) reabrió el caso del asesinato del presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy y presentó cargos contra algunas personas. Después de entrevistar a numerosos testigos de Dallas y a personas relacionadas con los hechos, mantuvo la tesis de que el magnicidio fue fruto de una conspiración en la que podrían haber intervenido el FBI, la CIA y el propio vicepresidente Lindon B. Johnson. (FILMAFFINITY) [+]
19 de enero de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
189/10(21/11/13) Oliver Stone nos regaló en su mejor época creativa un tremendo thriller político, polémica obra que nos hará replantearnos la versión oficial del magnicidio más famoso del SXX, el de JFK. Film trepidante que a pesar de su largo metraje te atrapa desde el primer momento por su atractiva puesta en escena y un MAGNO montaje. Una encuesta reciente del New York Times: un 77 % de los estadounidenses no cree al Informe Warren del asesino solitario Oswald.
Oliver Stone y Zachary Sklar combinan libremente dos libros sobre el caso, ‘El Rastro De Los Asesinos’ de Jim Garrison (hace un cameo como Earl Warren) y ‘Crossfire: El Complot que Mató A Kennedy’ de Jim Mars, añaden los guionistas elementos ficticios de su propia cosecha. Sobre todo sobresale el impetuoso estilo narrativo y visual, ritmo endiablado, denota pasión, nervio, vigor, te sacude de lado a lado, gracias al magistral montaje de Joe Hutshing (‘Jerry Maguirre’) y Pietro Scalia (‘Gladiator’), bacanal vehemente, combina ágilmente imágenes de archivo, recreaciones flash de lo que se dice, cámara lenta, diferentes visiones de un hecho, imágenes congeladas, puzle absorbente, Stone nos suelta una cascada de información de la que emana misterio, intriga, obsesión, suspense, tensión, se suma la prodigiosa fotografía de Robert Richardson (‘Shutter Island’) que adorna el fogoso montaje, jugando de modo cromático con los colores, con fuertes focos, creando sensación de docudrama en ocasiones, espléndida, se añade la hermosa música del gran John Williams con resonancias épicas. La maestría está marcada desde su excelente inicio, recuerda a ‘Ciudadano Kane’, un noticiario (narrado por Martin Sheen), un discurso despedida de la presidencia en el 61 de Ike, alertando sobre el peligro en la sombra que era el lobby Industrial-Militar, después el relato hagiográfico del mandato en la Casablanca de JFK, hablan de Guerra encubierta contra Cuba heredada, la catástrofe de Bahía Cochinos, la Crisis de los misiles cubanos, los albores de la Guerra de Vietnam, y llegamos al fatídico día, tramo que mezcla imágenes de archivo con docudrama, la llegada a Dallas de JFK, el desfile de la caravana presidencial por la urbe texana, un hombre en medio de la calle con ataque epiléptico se lo llevan en ambulancia, pasan los minutos en un reloj sobre el mítico almacén de libros, 12:15, 12:18, 12:23, la gente saluda al presidente por las avenidas, un panfleto con la cara de JFK en que pone se busca por traidor, 12:25, entra JFK en la nefasta plaza Dealy encarando el almacén, ondea la bandera del auto presidencial, en la ventana del sexto piso un rifle apuntando, 12:30, rostro sonriente de JFK saludando, fundido a negro, oímos un disparo, vuelve la imagen , un puñado de palomas sobrevuela el edifico de los libros, saltamos a un informativo de la CBS en que comunican que el presidente ha sido disparado, vemos el coche con JFK acelerar hacia el hospital, 7 colosales minutos, una electrizante edición, sublime.
Oliver Stone no anhela sepamos quien lo hizo, desea inyectarnos que la versión oficial es mentira, expone que los poderosos poderes ocultos en la sombra pueden manipular la realidad a su antojo a toda una nación, pretende nos sintamos como el jurado del juicio a Shaw, dijeron que si creían que había una conspiración, aunque para culpar a Clay no había suficientes pruebas. El juicio a Clay Shaw es un McGuffin, Stone exhibe mordacidad para mostrarnos el carrusel de desatinos de la Comisión Warren, acusar o no a Clay es secundario, su objetivo es desacreditar el status quo de la verdad oficial y a fe que lo consigue. De hecho ni tan siquiera nos muestra un castillo sólido acusatorio, suelta toda clase de hipótesis donde nos viene a decir que USA es una nación corrompida donde es posible acabar con el líder que estorba.
Posee una tara lastrante y por momentos irritante, la subtrama familiar-amorosa de Jim Garrison con su esposa (correcta Sissy Spacek), Stone pretende dotar al fiscal de fondo humano, fracasa, queda todo muy impostado, eso de que está obsesionado con el caso y tiene abandonada a su prole queda muy rancio, poco imaginativo, las riñas resultan artificiosas, acentuado esto con momentos de vergüenza ajena, como cuando Garrison se entera de que han asesinado a Robert Kennedy, estremecido va a decírselo a su esposa, y hacen el amor, sonrojante que conmovidos por la muerte forniquen, les debe ser excitante.
La cinta detenta momentos absorbentes, el inicio ya comentado, o cuando Garrison explica a su equipo en la calle como Oswald trabajaba en medio de agencias gubernamentales, o el interrogatorio pre-muerte a David Ferrie, o como Garrison con un ayudante escenifica con el rifle desde la ventana mortal las muchas dudas sobre el asesinato, o el descomunal y conmovedor tramo final, 32 minutos apoteósicos en que Garrison tritura la versión oficial, encadenando brillantez en un discurso diáfano y entusiasta, con el antológico montaje acongoja con sus lapidarios argumentos, la grabación Zapruder, la descripción de la fantasiosa bala mágica, la chapucera autopsia, hasta llegar a la especulación de cómo pudo haber sido, excelsa recreación, para pasar al enfervorecido alegato final alabando las excelencias de USA y alertando del peligro que se cernía sobre la nación si los responsables de la muerte de JFK quedaban impunes, demoledora frase <La guerra es el negocio más grande en Estados Unidos>, llega el fiscal a emocionarse hasta lagrimear, o el magnífico en que el llamado Hombre ‘X’, un misterioso alto cargo militar en Washington, partiendo de las escaleras que llevan al Memorial Lincoln, cuenta a Garrison todos los que según él están implicados, relato trepidante que mediante un sobresaliente montaje tritura a las altas instancias americanas, 16 minutos fascinantes, este hecho es ficticio, esta Garganta Profunda no existió, … (continua en spoiler por falta de espacio)
Oliver Stone y Zachary Sklar combinan libremente dos libros sobre el caso, ‘El Rastro De Los Asesinos’ de Jim Garrison (hace un cameo como Earl Warren) y ‘Crossfire: El Complot que Mató A Kennedy’ de Jim Mars, añaden los guionistas elementos ficticios de su propia cosecha. Sobre todo sobresale el impetuoso estilo narrativo y visual, ritmo endiablado, denota pasión, nervio, vigor, te sacude de lado a lado, gracias al magistral montaje de Joe Hutshing (‘Jerry Maguirre’) y Pietro Scalia (‘Gladiator’), bacanal vehemente, combina ágilmente imágenes de archivo, recreaciones flash de lo que se dice, cámara lenta, diferentes visiones de un hecho, imágenes congeladas, puzle absorbente, Stone nos suelta una cascada de información de la que emana misterio, intriga, obsesión, suspense, tensión, se suma la prodigiosa fotografía de Robert Richardson (‘Shutter Island’) que adorna el fogoso montaje, jugando de modo cromático con los colores, con fuertes focos, creando sensación de docudrama en ocasiones, espléndida, se añade la hermosa música del gran John Williams con resonancias épicas. La maestría está marcada desde su excelente inicio, recuerda a ‘Ciudadano Kane’, un noticiario (narrado por Martin Sheen), un discurso despedida de la presidencia en el 61 de Ike, alertando sobre el peligro en la sombra que era el lobby Industrial-Militar, después el relato hagiográfico del mandato en la Casablanca de JFK, hablan de Guerra encubierta contra Cuba heredada, la catástrofe de Bahía Cochinos, la Crisis de los misiles cubanos, los albores de la Guerra de Vietnam, y llegamos al fatídico día, tramo que mezcla imágenes de archivo con docudrama, la llegada a Dallas de JFK, el desfile de la caravana presidencial por la urbe texana, un hombre en medio de la calle con ataque epiléptico se lo llevan en ambulancia, pasan los minutos en un reloj sobre el mítico almacén de libros, 12:15, 12:18, 12:23, la gente saluda al presidente por las avenidas, un panfleto con la cara de JFK en que pone se busca por traidor, 12:25, entra JFK en la nefasta plaza Dealy encarando el almacén, ondea la bandera del auto presidencial, en la ventana del sexto piso un rifle apuntando, 12:30, rostro sonriente de JFK saludando, fundido a negro, oímos un disparo, vuelve la imagen , un puñado de palomas sobrevuela el edifico de los libros, saltamos a un informativo de la CBS en que comunican que el presidente ha sido disparado, vemos el coche con JFK acelerar hacia el hospital, 7 colosales minutos, una electrizante edición, sublime.
Oliver Stone no anhela sepamos quien lo hizo, desea inyectarnos que la versión oficial es mentira, expone que los poderosos poderes ocultos en la sombra pueden manipular la realidad a su antojo a toda una nación, pretende nos sintamos como el jurado del juicio a Shaw, dijeron que si creían que había una conspiración, aunque para culpar a Clay no había suficientes pruebas. El juicio a Clay Shaw es un McGuffin, Stone exhibe mordacidad para mostrarnos el carrusel de desatinos de la Comisión Warren, acusar o no a Clay es secundario, su objetivo es desacreditar el status quo de la verdad oficial y a fe que lo consigue. De hecho ni tan siquiera nos muestra un castillo sólido acusatorio, suelta toda clase de hipótesis donde nos viene a decir que USA es una nación corrompida donde es posible acabar con el líder que estorba.
Posee una tara lastrante y por momentos irritante, la subtrama familiar-amorosa de Jim Garrison con su esposa (correcta Sissy Spacek), Stone pretende dotar al fiscal de fondo humano, fracasa, queda todo muy impostado, eso de que está obsesionado con el caso y tiene abandonada a su prole queda muy rancio, poco imaginativo, las riñas resultan artificiosas, acentuado esto con momentos de vergüenza ajena, como cuando Garrison se entera de que han asesinado a Robert Kennedy, estremecido va a decírselo a su esposa, y hacen el amor, sonrojante que conmovidos por la muerte forniquen, les debe ser excitante.
La cinta detenta momentos absorbentes, el inicio ya comentado, o cuando Garrison explica a su equipo en la calle como Oswald trabajaba en medio de agencias gubernamentales, o el interrogatorio pre-muerte a David Ferrie, o como Garrison con un ayudante escenifica con el rifle desde la ventana mortal las muchas dudas sobre el asesinato, o el descomunal y conmovedor tramo final, 32 minutos apoteósicos en que Garrison tritura la versión oficial, encadenando brillantez en un discurso diáfano y entusiasta, con el antológico montaje acongoja con sus lapidarios argumentos, la grabación Zapruder, la descripción de la fantasiosa bala mágica, la chapucera autopsia, hasta llegar a la especulación de cómo pudo haber sido, excelsa recreación, para pasar al enfervorecido alegato final alabando las excelencias de USA y alertando del peligro que se cernía sobre la nación si los responsables de la muerte de JFK quedaban impunes, demoledora frase <La guerra es el negocio más grande en Estados Unidos>, llega el fiscal a emocionarse hasta lagrimear, o el magnífico en que el llamado Hombre ‘X’, un misterioso alto cargo militar en Washington, partiendo de las escaleras que llevan al Memorial Lincoln, cuenta a Garrison todos los que según él están implicados, relato trepidante que mediante un sobresaliente montaje tritura a las altas instancias americanas, 16 minutos fascinantes, este hecho es ficticio, esta Garganta Profunda no existió, … (continua en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
… basado libremente en Fletcher Prouty, ex-Jefe de Operaciones Especiales de la Junta de Jefes de Estado Mayor en la presidencia JFK, combatiente conspironólogo, pierde la fuerza por la boca con sus delirantes teorías, como que JFK fue envenenado por un dardo lanzado por el mecanismo de las varillas ‘El Hombre del Paraguas’ que estaba en la plaza Dealy, además Prouty es un extravagante tipo que por ejemplo niega el Holocausto Judío.
Los actores dan buen rendimiento, con un reparto de campanillas, sobresale un gran Kevin Costner resonando al James Stewart de ‘Caballero Sin Espada’, tipo integro luchando contra la maquinaría corrupta del estado, demuestra idealismo, pasión, nobleza, rabia, indignación, notable. El resto del elenco da un estupendo apoyo a la historia pero sin resaltar demasiado, excepto la aparición estelar de Donald Sutherland, excelente su carisma y poder de convicción.
Stone peca de idealizar a JFK, lo pinta como el salvador de la patria, dice que él iba a sacar al país de Vietnam, fantasma particular del realizador, la realidad es que fue JFK el que metió a los primeros observadores militares, eufemismo que quiere decir los primeros combatientes americanos en suelo de Indochina, vendía una imagen que en la trastienda se deformaba.
SPOILER:
2 meses tras finalizado el Informe Warren, salió un libro con los testimonios oficiales de los testigos. Entonces nos enteramos del relato de un testigo, el día del asesinato había visto a 2 hombres en el sexto piso del almacén de libros de Texas (lugar oficial desde donde Oswald disparó), el FBI dijo que se olvidó de él. Eliminaron a los testigos que oyeron disparos procedentes del famoso montículo. Se anularon las declaraciones de 3 agentes del Servicio Secreto que contradicen la versión oficial de la autopsia. En 1979 el Comité Selecto sobre Asesinatos Estados Unidos dictó que la conclusión del Informe Warren de que Lee mató a JFK era sólida, pero dijo que la investigación del FBI fue defectuosa, pues no fueron 3, si no 4 los disparos, y que la posibilidad de que fueran 2 los que dispararan a Kennedy era alta, conspiración.
Stone hace que el Garrison ficticio acuse directamente a Lyndon Johnson y a Nixon de estar en el ajo conspirativo, el Garrison real durante el juicio fue más sutil, al Gobierno le achacó encubrimiento y no participación. Llama la atención que la exposición final de Garrison ante el jurado apenas se hace referencia al acusado Clay Shaw, Stone utiliza a Garrison como su alter ego para atacar al ‘stablishment’ americano. También ficciona el realizador el final con Garrison en la sala del juicio escuchando el veredicto de Inocente, y alejándose por el pasillo con su familia, Mentira, Garrison en realidad tan poca fe tenía en un veredicto favorable que no asistió al dictamen. Stone por conseguir su objetivo manipula la verdad moldeándola a su gusto, se toma licencias dramáticas para emocionar, ejemplo es lo referente a David Ferrie (buen Joe Pesci), muestra un furibundo interrogatorio Ferrie aterrado, dice conoció a Oswald, que los 2 eran de la CIA y mandados de Clay Shaw, y que sabe de un grupo de cubanos que fueron los francotiradores que acabaron con Kennedy, horas después era encontrado muerto en la habitación, dejando entrever Garrison que fue envenenado. Pues la verdad es que Ferrie nunca reconoció nada de esto, dijo no conocer a Oswald o Clay, tampoco dijo pertenecer a la CIA, la última persona que habló con Ferrie fue George Lardner jr. del Washington Post, dice de Garrison que era una broma, horas más tarde Ferrie murió de hemorragia cerebral, de hecho la reunión con Garrison-Ferrie aconteció semanas antes de su muerte. Willie O´Keefe (buen Kevin Bacon) es en realidad una mezcla de varias personas reales.
Trepidante thriller político, deja muchas preguntas sin respuestas, Oliver Stone manipula a su antojo la realidad, esto es peligroso pues entre verdades y mentiras al final nada te crees. Fuerza y honor!!!
Los actores dan buen rendimiento, con un reparto de campanillas, sobresale un gran Kevin Costner resonando al James Stewart de ‘Caballero Sin Espada’, tipo integro luchando contra la maquinaría corrupta del estado, demuestra idealismo, pasión, nobleza, rabia, indignación, notable. El resto del elenco da un estupendo apoyo a la historia pero sin resaltar demasiado, excepto la aparición estelar de Donald Sutherland, excelente su carisma y poder de convicción.
Stone peca de idealizar a JFK, lo pinta como el salvador de la patria, dice que él iba a sacar al país de Vietnam, fantasma particular del realizador, la realidad es que fue JFK el que metió a los primeros observadores militares, eufemismo que quiere decir los primeros combatientes americanos en suelo de Indochina, vendía una imagen que en la trastienda se deformaba.
SPOILER:
2 meses tras finalizado el Informe Warren, salió un libro con los testimonios oficiales de los testigos. Entonces nos enteramos del relato de un testigo, el día del asesinato había visto a 2 hombres en el sexto piso del almacén de libros de Texas (lugar oficial desde donde Oswald disparó), el FBI dijo que se olvidó de él. Eliminaron a los testigos que oyeron disparos procedentes del famoso montículo. Se anularon las declaraciones de 3 agentes del Servicio Secreto que contradicen la versión oficial de la autopsia. En 1979 el Comité Selecto sobre Asesinatos Estados Unidos dictó que la conclusión del Informe Warren de que Lee mató a JFK era sólida, pero dijo que la investigación del FBI fue defectuosa, pues no fueron 3, si no 4 los disparos, y que la posibilidad de que fueran 2 los que dispararan a Kennedy era alta, conspiración.
Stone hace que el Garrison ficticio acuse directamente a Lyndon Johnson y a Nixon de estar en el ajo conspirativo, el Garrison real durante el juicio fue más sutil, al Gobierno le achacó encubrimiento y no participación. Llama la atención que la exposición final de Garrison ante el jurado apenas se hace referencia al acusado Clay Shaw, Stone utiliza a Garrison como su alter ego para atacar al ‘stablishment’ americano. También ficciona el realizador el final con Garrison en la sala del juicio escuchando el veredicto de Inocente, y alejándose por el pasillo con su familia, Mentira, Garrison en realidad tan poca fe tenía en un veredicto favorable que no asistió al dictamen. Stone por conseguir su objetivo manipula la verdad moldeándola a su gusto, se toma licencias dramáticas para emocionar, ejemplo es lo referente a David Ferrie (buen Joe Pesci), muestra un furibundo interrogatorio Ferrie aterrado, dice conoció a Oswald, que los 2 eran de la CIA y mandados de Clay Shaw, y que sabe de un grupo de cubanos que fueron los francotiradores que acabaron con Kennedy, horas después era encontrado muerto en la habitación, dejando entrever Garrison que fue envenenado. Pues la verdad es que Ferrie nunca reconoció nada de esto, dijo no conocer a Oswald o Clay, tampoco dijo pertenecer a la CIA, la última persona que habló con Ferrie fue George Lardner jr. del Washington Post, dice de Garrison que era una broma, horas más tarde Ferrie murió de hemorragia cerebral, de hecho la reunión con Garrison-Ferrie aconteció semanas antes de su muerte. Willie O´Keefe (buen Kevin Bacon) es en realidad una mezcla de varias personas reales.
Trepidante thriller político, deja muchas preguntas sin respuestas, Oliver Stone manipula a su antojo la realidad, esto es peligroso pues entre verdades y mentiras al final nada te crees. Fuerza y honor!!!