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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Cine negro. Intriga. Thriller A casa de sus familiares, en el tranquilo pueblo de Santa Rosa, llega un día el encantador tío Charlie (Joseph Cotten), un seductor criminal que viaja de Filadelfia a California y al que la justicia va pisando los talones. Su sobrina Charlie, a pesar de que no sabe nada de sus actividades, no tardará en sospechar que su tío es el misterioso asesino de viudas al que la policía anda buscando. (FILMAFFINITY)
8 de noviembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
324/35(26/09/20) Hitchcock en este film vuelve a demostrar es un genio en la construcción de atmósferas opresivas, absorbentes, malsanas, indaga en sentimientos de culpa, en la filmación de secuencias de enorme intensidad dramática (la llegada de Joseph Cotten a Santa Rosa envuelto en el humo del tren, cual demonio emergiendo del Averno), utiliza resortes estéticos de modo incisivo, con prodigioso manejo del crescendo dramático hasta desembocar en clímax sofocante. Pero como en muchas otras ocasiones deja mucho que desear en la coherencia narrativa, con una historia con más agujeros que el Zapata de Brando. Película que se ve de maravilla, te atrapa, te hace sentir congoja, tensión, violencia latente, pero que en cuanto termina y te da tiempo a pensar notas la impotencia o la pereza de los guionistas. Thriller psicológico dirigido por Alfred Hitchcock, escrito por Thornton Wilder, que más tarde se marcharía a la guerra dejando un libreto sin acabar, que pasaría a manos de Sally Benson y Alma Reville, las cuales finiquitarían el trabajo empezado, fue nominada al Oscar a Mejor Historia por Gordon McDonell, adentrándonos en una comunidad apacible (filmada y ambientada en Santa Rosa-California) llega el Mal con sonrisa elegante, auscultando el reverso amargo de la pujante American Way Of Life, una mirada tenebrosa al patio trasero del Sueño Americano, al estilo de “Blue Velvet” (1986) o “American Beauty” (1999). Ello ahondando en el miedo, la duda, el desgaste del amor, la sospecha, ya tratada en un anterior film hitchcockiano como “Suspicion” (1941), pero al contrario que en esta, Hitch se decide a mostrar las cartas desde el inicio, con lo que se pega un tiro en el pie anulando la intriga al hacerlo todo diáfano (ERROR!).

Hitchcock vuelca parte de sus mantras cinéfilos en la película como es su gusto por los trenes, el manejo dramático-visual de las escaleras, el gusto por el falso culpable (esto aquí queda fuera de plano), el zoom sobre objetos cruciales (el del anillo). Tomando el discurso darwinista cenando del protagonista durante la cena (abrasador su primer plano), se puede ver el supremacismo moral, en alusión (así lo entiendo yo) al nazismo, fruto del contexto de la contemporánea WWII (que se puede ver también en su plano secuencia “La soga” de 1948). Con un desarrollo donde enfrenta las dualidades, remarcado en el nombre homónimo de los dos protagonistas (antagonistas), los dos caras de una misma moneda, la eterna lucha entre el Bien y el Mal. Ello enarbolado por una sensacional pareja protagonista, una deliciosa Teresa Wright y un mefistofélico Joseph Cotten, sabiendo gotear humor por la trama con secundarios ingeniosos como es el binomio del padre de la protagonista y su amigo, aficionados a fantasear con asesinatos.

Comienza de modo cautivador, con la presentación de Charlie Oakley (Joseph Cotten), vestido en una cama de una pensión, tiene dinero en la mesita y por el suelo, la dueña de la residencia le avisa de que dos hombres andan buscándolo, entonces Charlie mira por la ventana y ve a dos hombres en una esquina, recoge sus pertenencias y sale por la puerta de atrás, pero se cruza intencionadamente con los hombres, los dos lo persiguen, pero Charlie les da esquinazo en un descampado, los perseguidores al no verlo se miran desorientados, entonces la cámara se eleva y vemos a Charlie en las alturas de un edificio observándolos cual demiurgo. Tras lo que saltamos al otro escenario, Santa Rosa, donde se nos presentará una típica familia estadounidense, imbuida de tanta placidez como monotonía, que cree cambiar con la visita del misterioso Charlie, cuando en realidad tras su fachada de elegancia y educación se esconde un psicópata.

La película se mueve a través de suspense soterrado al saber el espectador ese tío Charlie es asesino sin escrúpulos, hará lo que necesario para sobrevivir ante cualquier amenaza. Tiene gran sustancia en la relación turbadora que se establece entre tío y sobrina, estableciéndose en un Edén de bucólica tranquilidad del pueblo, cómo va gradualmente evolucionado (por parte de ella) de la admiración, a la duda, la sospecha y más tarde al temor. Y él de la comodidad y la seguridad, al acoso (de los dos polis), y finalmente al depredador que siente en riesgo su libertad. Ello en una relación que bordea el amor platónico que Hitchcock sortea sin llegar al amor físico. Surcando el terror psicológico en muchos tramos muy bien llevados, en un hábil juego del gato y el ratón donde los roles se van intercambiando, sin saberse quien es cada uno aquí, donde la lealtad y el amor a su madre generan dilemas morales, lo cual convierte a la cinta en un despertar de la inocencia de la joven Charlie que descubre que el mundo no solo está poblado de aburrimiento, también hay en él ‘Lobos’ con piel de corderos.

La película tiene sus taras que la impiden elevarse: Hace aguas con la aparición en Santa Rosa de la pareja de polis, se buscan un plan inverosímil para entrar en el hogar de los Newton (y con ello hacerle una foto a Charlie Oakley). No se entiende por qué no le hacen una foto en la calle, pues el tipo sale mucho; El modo burdo de los agentes de desenvolverse en la casa es penoso en como cuasi-piden a gritos que solo están allí por Charlie Oakley; Luego nos cuelan un romance exprés entre Charlie Newton y Jack Graham (Macdonald Carey) es lamentable, cuando este no aporta nada a la trama; Ese mismo día el poli se destapa su identidad con Charlie Newton, menudo agente encubierto que en cuento huele unas faldas se descubre!; Y si la poli sospecha de Oakley, porque no lo detienen y lo llevan a una rueda de reconocimiento y no se embarcan en un idiotesco plan para hacerle una foto?; Y porque cuando Oakley se da cuenta de que los polis le han seguido hasta Santa Rosa no huye tranquilamente?; Y porque Oakley es capaz de regalarle un anillo a su sobrina que es de una asesinada por él, y no le ha mirado si (como es lógico) tiene alguna inscripción?;... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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