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Voto de TOM REGAN:
7
7,3
7.386
Drama. Thriller. Comedia
Durante las fiestas del Bicentenario de la Independencia, Benjamín García es expulsado de los Estados Unidos y regresa a su pueblo, donde encuentra un panorama desolador provocado por la violencia y la crisis económica. Para salvar a su familia de la miseria, se involucra en el tráfico de drogas. Sátira de cáustico humor negro sobre el mundo de la droga, la crisis económica, la corrupción y la violencia. (FILMAFFINITY)
28 de mayo de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
145/29(26/05/20) Estimable y atractiva en muchos tramos esta película mexicana escrita, producida y dirigida por Luis Estrada, relata la problemática del narcotráfico y crimen organizado en México, construyendo una crítica negativa hacia el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, presidente de México en el estreno de la película, así como a las condiciones sociales que ocasionó la Guerra contra el narcotráfico durante su gobierno. Se estrenó poco antes de las celebraciones del bicentenario de la Independencia de México. Considerada tercera parte de tetralogía, en ella el director latinoamericano pone patas arriba todas las vergüenzas de su propio país mostrando bajo el manto de la comedia más negra y la crítica más ácida, el nivel de corrupción y narcisismo político que gobernaba el país de una manera real y sin censura alguna. Dicho póker de films lo forman las películas: 'La ley de Herodes' de 1999, 'Un mundo maravilloso' en (2006), 'El Infierno' (2010), y 'La dictadura perfecta' (2014), todas como no, con el tándem director/actor que forman Luis Estrada y Damián Alcázar. En lo que es un atractivo coctel de géneros con el thriller, la crítica social, la comedia negra, y la acción, en lo que es una mezcla con efluvios de Tarantino. Estrada se vale del humor oscuro para arremeter de modo acerada contra un sistema político en el poder que se deja entretejer un régimen corrupto con claros lazos con el crimen organizado. Siendo un metraje ácido en el que sus dardos apuntan a todo el poder, a la policía, a los políticos, y hasta a la Iglesia en su connivencia corrompida con las mafias mexicanas.
Estrada tiene entre sus aciertos el modo en que nos hace empatizar con esta jauría de personajes despreciables, haciéndonoslos ver falibles y con ello humanos. Entre sus taras están que se queda en la superficie, no rasca para entrar en las raíces de todo este marasmo de putrefacción, apunta contra todo pero no termina de profundizar en nada, parece Estrada más a gusto en ofrecernos un mundo de violencia extrema donde la vida vale poco, donde las torturas son constantes, pero le falta bisturí fino para no quedarse en los esquemático, en el bosquejo de gritar los males de un México podrido, tampoco su excesivo minutaje juega a su favor, tiempo que ya sugiere ciertas ínfulas de pretenciosidad que no corresponden con lo que se cuenta, adolece de capacidad de síntesis para anular mucha redundancia y relleno. 'El Infierno' arraso en los premios Ariel de 2011 llevándose el de mejor director, mejor película, mejor actor principal y secundario para Alcázar y Cosio respectivamente, además, estuvo nominada en los Goya de 2010 donde perdió frente la chilena 'La vida de los peces'.
Arranca de un modo desconcertante, con un plano que parece influido por el maestro John Ford, con el sol marcado en el horizonte, y marcado por el astro la silueta sobre un paisaje desértico un tipo despidiéndose de su madre y hermano para marcharse a su particular Sueño Americano de México a USA de modo ilegal. Hay una elipsis de 20 años Benny (Damián Alcázar), es devuelto por las autoridades estadounidenses con otros muchos más a México. Vuelve a su deprimente pueblo en San Miguel Narcángel, lugar hostil, árido, que es vampirizado por dos clanes familiares comandados por dos enfrentados hermanos, Los Reyes y Los Panchos. Teniendo una primera parte embestida de comedia negra en sus diálogos y situaciones, pero a medida que avanza el metraje y el protagonista se adentra en uno de los clanes del pueblo, donde al principio todo es fiesta, mujeres, cadenas de oro, rancheras y dinero fácil, pero cuando la violencia más atávica se apodera de la trama el clima se va enrareciendo más y más, hasta desembocar en un rush final salvaje, con un clímax de resonancias alegóricas por el marco de la Fiesta del 200 Aniversario de la Independencia de México. Aunque eso sí, con un epílogo desconcertante por una laguna que al parecer se aclaró en el DVD.
Estrada hace un retrato caricaturesco de estos clanes de narcos, con gerifaltes calzonazos, con hijos de mama, con sicarios ridículamente amorales, con una policía vista como un mero instrumento sobornable y eliminable al antojo de los malos, con un clero siempre al lado de los caciques recibiendo mordidas sin escrúpulo alguno. Un submundo de violencia primaria que el realizador nos pone, como también hacía el director mencionado arriba, Peckinpah, desde la niñez fácilmente corrompible.
Con un poder federal guiñolesco que enarbola la bandera de la dignidad del Estado entrelazado al nombre del presidente Felipe Calderón, en una clara referencia a como la corrupción cual pirámide comienza en la misma cumbre. El capitán Ramirez (buen Daniel Giménez Cacho) habla de modo cínico a Benny sobre que sea un ‘garganta profunda’ de que su presidente quiere que “La política de nuestro Sr. Presidente es convertir a México es un país de soplones”. Connivencia entre el los narcotraficantes, los políticos y la Iglesia ejemplificada (delirante como un sacerdote bendice una pistola en la Iglesia, y después recibe un buen fajo) a modo de viñeta cuando vemos que la mansión de los Reyes está plagada de fotos con los últimos presidentes de México, o con el Papa Juan Pablo II. Esto tiene su pero en que resulta demasiado simplista, no hay contrapesos morales, es un mundo donde no hay brújulas morales, todos son malos, solo hay niveles de villanía, esto redunda en falta de matices y aristas, cayendo en lo bosquejo y reduccionista.
Estrada pretende hacer epítome de este pueblo es México, donde la gente vive por y para la corrupción, y quien no lo hace, teme de este poder oscuro y mortal, la muerte y el narco-dinero lo inundan todo, masacres, venganzas, tráfico de drogas, sobornos y chantajes se adueñan del país centroamericano, creando una sensación ambiental de que lo que prima es la supervivencia, frente a un poder mafioso en la sombra que imperan con total impunidad, en un desierto de población sumida en la desesperanza.
Estrada tiene entre sus aciertos el modo en que nos hace empatizar con esta jauría de personajes despreciables, haciéndonoslos ver falibles y con ello humanos. Entre sus taras están que se queda en la superficie, no rasca para entrar en las raíces de todo este marasmo de putrefacción, apunta contra todo pero no termina de profundizar en nada, parece Estrada más a gusto en ofrecernos un mundo de violencia extrema donde la vida vale poco, donde las torturas son constantes, pero le falta bisturí fino para no quedarse en los esquemático, en el bosquejo de gritar los males de un México podrido, tampoco su excesivo minutaje juega a su favor, tiempo que ya sugiere ciertas ínfulas de pretenciosidad que no corresponden con lo que se cuenta, adolece de capacidad de síntesis para anular mucha redundancia y relleno. 'El Infierno' arraso en los premios Ariel de 2011 llevándose el de mejor director, mejor película, mejor actor principal y secundario para Alcázar y Cosio respectivamente, además, estuvo nominada en los Goya de 2010 donde perdió frente la chilena 'La vida de los peces'.
Arranca de un modo desconcertante, con un plano que parece influido por el maestro John Ford, con el sol marcado en el horizonte, y marcado por el astro la silueta sobre un paisaje desértico un tipo despidiéndose de su madre y hermano para marcharse a su particular Sueño Americano de México a USA de modo ilegal. Hay una elipsis de 20 años Benny (Damián Alcázar), es devuelto por las autoridades estadounidenses con otros muchos más a México. Vuelve a su deprimente pueblo en San Miguel Narcángel, lugar hostil, árido, que es vampirizado por dos clanes familiares comandados por dos enfrentados hermanos, Los Reyes y Los Panchos. Teniendo una primera parte embestida de comedia negra en sus diálogos y situaciones, pero a medida que avanza el metraje y el protagonista se adentra en uno de los clanes del pueblo, donde al principio todo es fiesta, mujeres, cadenas de oro, rancheras y dinero fácil, pero cuando la violencia más atávica se apodera de la trama el clima se va enrareciendo más y más, hasta desembocar en un rush final salvaje, con un clímax de resonancias alegóricas por el marco de la Fiesta del 200 Aniversario de la Independencia de México. Aunque eso sí, con un epílogo desconcertante por una laguna que al parecer se aclaró en el DVD.
Estrada hace un retrato caricaturesco de estos clanes de narcos, con gerifaltes calzonazos, con hijos de mama, con sicarios ridículamente amorales, con una policía vista como un mero instrumento sobornable y eliminable al antojo de los malos, con un clero siempre al lado de los caciques recibiendo mordidas sin escrúpulo alguno. Un submundo de violencia primaria que el realizador nos pone, como también hacía el director mencionado arriba, Peckinpah, desde la niñez fácilmente corrompible.
Con un poder federal guiñolesco que enarbola la bandera de la dignidad del Estado entrelazado al nombre del presidente Felipe Calderón, en una clara referencia a como la corrupción cual pirámide comienza en la misma cumbre. El capitán Ramirez (buen Daniel Giménez Cacho) habla de modo cínico a Benny sobre que sea un ‘garganta profunda’ de que su presidente quiere que “La política de nuestro Sr. Presidente es convertir a México es un país de soplones”. Connivencia entre el los narcotraficantes, los políticos y la Iglesia ejemplificada (delirante como un sacerdote bendice una pistola en la Iglesia, y después recibe un buen fajo) a modo de viñeta cuando vemos que la mansión de los Reyes está plagada de fotos con los últimos presidentes de México, o con el Papa Juan Pablo II. Esto tiene su pero en que resulta demasiado simplista, no hay contrapesos morales, es un mundo donde no hay brújulas morales, todos son malos, solo hay niveles de villanía, esto redunda en falta de matices y aristas, cayendo en lo bosquejo y reduccionista.
Estrada pretende hacer epítome de este pueblo es México, donde la gente vive por y para la corrupción, y quien no lo hace, teme de este poder oscuro y mortal, la muerte y el narco-dinero lo inundan todo, masacres, venganzas, tráfico de drogas, sobornos y chantajes se adueñan del país centroamericano, creando una sensación ambiental de que lo que prima es la supervivencia, frente a un poder mafioso en la sombra que imperan con total impunidad, en un desierto de población sumida en la desesperanza.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Además de los defectos mencionados otros más que le son un lastre: Nos muestran al principio que el protagonista Benny ha estado 20 años en USA y lo han deportado, pero realmente esto resulta un parche, pues no tiene ninguna importancia en la historia, no se habla nada de estas dos décadas, no mención a nada sobre esto el protagonista, como si hubiera estado amnésico este tiempo, desvía la atención innecesariamente; Como bien he leído, y comparto, el casting de la hermosa y voluptuosa Elizabeth Cervantes dando vida a la viuda del hermano de Benny me resulta chirriante en este mundo feista, esta mujer no estaría trabando de prostituta en un antro de mala muerte, y mucho menos se enamoraría del ‘cantiflanesco’ Benny, un Don Nadie, sin encanto alguno, sin dinero, y además la espectacular mujer se tira en sus brazos prácticamente nada más conocerlo, me resulta más sencillo meter a King Kong por el ojo de una aguja, por no hablar de la gratuidad de las escenas de sexo; El mod de afrontar las batallas entre los clanes resultan de un simplismo propio del mecanismo de un martillo, todo se reduce a entrar a saco en los lugares, no hay inteligencia alguna, solo brutos cuasi-cavernarios en sus modos, solo que con armas de fuego y motosierras; También es mejorable uno de los elementos deux machine del tramo final (spoiler).
Damián Alcázar como Benny deja una impresión correcta, pues me resulta poco creíble como sicario, muy blandengue, rozando la caricatura; Joaquín Cosio como ‘El Cochiloco’ si que borda su rol de modo formidable, su carisma desborda la pantalla, un oso que transpira poderío, de una expresividad maravillosa, con una fenomenal química con Alcázar; Ernesto Gómez Cruz como Don José Reyes (también da vida a su propio hermano Francisco) da un perfil como “El Padrino” de los Reyes con carácter e incluso dotes humorísticas desengrasantes; Elizabeth Cervantes como la viuda me resulta (como ya he comentado) inverosímil.
La puesta en escena resulta notable en su función de proyectar un estado de ánimo, para lo que es fundamental la fotografía de Damián García ('Güeros' o 'Desierto'), emitiendo un mundo árido, hostil, desértico, que se funde con un patina do amarillento-macilento que nos cala trasladándonos calor, sudor, mugre, ayudado por esos exteriores constantemente soleados hasta el sopor, buena labor en este sentido de hacernos ver cuasi-la antesala del Infierno del título; La banda sonora rebosante de canciones no originales del propio film y en parte también a ese ambiente fiestero de los narcos, soundtrack coordinado por Lynn Fainchtein, con temas que dan un aire étnico propio muy marcado, con Los Lobos, el Flaco Jiménez y Los Tucanes de Tijuana, y música original del guitarrista canadiense Michael Brook (“Heat” o “The Fighter”), inventor de uno de los sonidos que distinguen a U2, que dan .
Spoiler:
Lo de que Benny decida para salvar su vida y la de su ‘cuñada’ y sobrino, delatar todo lo que sabe al federal me resulta que es darle poca inteligencia al protagonista, que no sepa que este no es más que otro peón corrompido me resulta grimante. Salta a la legua que se ha metido en la boca del ‘coyote’. Pero es que luego Benny decida sobornar a los dos agentes de ese modo tan burdo, sabiendo que estos le traicionaran, está metido con calzador, y ya rizando el rizo, que estos agentes le disparen solo una vez y ya lo den por muerto, sin comprobar si está vivo o no, cuando además debían llevar al tipo a Francisco Reyes, es un batiburrillo de sin sentidos, aderezado por el hecho afortunado para Benny de que no lo entierran, solo le colocan piedras encima. Es Benny el Suertudo.
Me queda un film disfrutable en muchas de sus vertientes, aunque le falta solidez y menos seriedad para elevarse aún más. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2020/05/el-infierno.html
Damián Alcázar como Benny deja una impresión correcta, pues me resulta poco creíble como sicario, muy blandengue, rozando la caricatura; Joaquín Cosio como ‘El Cochiloco’ si que borda su rol de modo formidable, su carisma desborda la pantalla, un oso que transpira poderío, de una expresividad maravillosa, con una fenomenal química con Alcázar; Ernesto Gómez Cruz como Don José Reyes (también da vida a su propio hermano Francisco) da un perfil como “El Padrino” de los Reyes con carácter e incluso dotes humorísticas desengrasantes; Elizabeth Cervantes como la viuda me resulta (como ya he comentado) inverosímil.
La puesta en escena resulta notable en su función de proyectar un estado de ánimo, para lo que es fundamental la fotografía de Damián García ('Güeros' o 'Desierto'), emitiendo un mundo árido, hostil, desértico, que se funde con un patina do amarillento-macilento que nos cala trasladándonos calor, sudor, mugre, ayudado por esos exteriores constantemente soleados hasta el sopor, buena labor en este sentido de hacernos ver cuasi-la antesala del Infierno del título; La banda sonora rebosante de canciones no originales del propio film y en parte también a ese ambiente fiestero de los narcos, soundtrack coordinado por Lynn Fainchtein, con temas que dan un aire étnico propio muy marcado, con Los Lobos, el Flaco Jiménez y Los Tucanes de Tijuana, y música original del guitarrista canadiense Michael Brook (“Heat” o “The Fighter”), inventor de uno de los sonidos que distinguen a U2, que dan .
Spoiler:
Lo de que Benny decida para salvar su vida y la de su ‘cuñada’ y sobrino, delatar todo lo que sabe al federal me resulta que es darle poca inteligencia al protagonista, que no sepa que este no es más que otro peón corrompido me resulta grimante. Salta a la legua que se ha metido en la boca del ‘coyote’. Pero es que luego Benny decida sobornar a los dos agentes de ese modo tan burdo, sabiendo que estos le traicionaran, está metido con calzador, y ya rizando el rizo, que estos agentes le disparen solo una vez y ya lo den por muerto, sin comprobar si está vivo o no, cuando además debían llevar al tipo a Francisco Reyes, es un batiburrillo de sin sentidos, aderezado por el hecho afortunado para Benny de que no lo entierran, solo le colocan piedras encima. Es Benny el Suertudo.
Me queda un film disfrutable en muchas de sus vertientes, aunque le falta solidez y menos seriedad para elevarse aún más. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2020/05/el-infierno.html