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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Musical. Romance. Comedia. Drama Tras cinco años de matrimonio, Frederic Forrest y Teri Garr se divorcian. Teri es cortejada por un camarero pianista (Raúl Juliá) que le promete llevarla de vacaciones muy lejos. Mientras tanto, Frederic conoce a una bella artista de circo (Kinski). El azar hace que las dos parejas se encuentren bailando por las calles de Las Vegas un 4 de Julio. (FILMAFFINITY)
21 de marzo de 2021
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92/27(20/03/21) Film Maldito de Hollywood, y ganado a pulso por la megalomanía de un director que venía de montar en la cola del tigre que fue la tormentosa producción en Filipinas de la mastodóntica Obra Maestra “Apocalipse Now” (1979). Francis Ford Coppola cambió radicalmente de registro para pasar de una epopeya (anti) bélica a una (en principio) modosita producción musical (género ya abordado en sus inicios con un fracaso taquillero en “El valle del arco iris” en 1968, aunque con esta de 1981 se superaría en ruina financiera), con un guión liviano (y azucarado) co-escrito por el italoamericano y Amye Bernstein donde solo hay un número musical (y no es que sea recordable), con un romance mil (millones) veces visto, y las canciones son todas en off de Tom Waits y Crystal Gayle, teniendo la función de infundir el ánimo de los personajes.

Película que se estrenó con más publicidad sobre su complicada producción, que sobre su calidad. El ego de Coppola le traicionó, creyéndose el Adán que refundaría el género que encumbraron gente como Fred Astaire o Gene Kelly (que fue asesor de danza aquí para la escena de baile en la calle multitudinaria de Las Vegas, Kelly no estuvo de acuerdo con Coppola sobre la historia que se suponía el baile debía representar, y Coppola prefirió el estreno teatral, aunque la idea original de Kelly se utilizó cuando la película fue restaurada en 2003), o directores como Stanley Donen y Vincente Minnelli, pero su narcisismo no pudo para cubrir los talones del resultado final del montón, queriendo estrenar una montaña se abre el telón y sale un ratón.

Su egomanía le llevó a Coppola a comprar un estudio, lo bautizó como American Zoetrope (nombre usado para proyectos anteriores y continúa usando hoy), y con el diseño de producción del oscarizado por “El padrino II”, Dean Tavoularis, llenó sus escenarios y un estacionamiento con decorados que recreaban Las Vegas, con sus híper-luminosos de neón, las manipulaciones cromáticas gracias al gran trabajo del DP Vittorio Storaro (“Apocalypse Now” o “El último emperador”), lo que le dio a la cinta un marcadísimo aire teatral (y de falsedad naif) y trató de reinventar el musical siguiendo una visión del "cine en vivo", con superposiciones para en algunas escenas emparejar a la pareja protagonista en diferentes lugares (ejemplo, cuando uno se mira en el espejo y aparece reflejado la otra), instauró avances técnicos visualmente atractivos, que como bien decía un chiste de entonces de la industria respecto a la cinta: "Tomó un proyecto de $ 8 millones y usó los últimos avances en video para obtenerlo por $ 23 millones (se dice que llegó a los 28)". El resultado fue “One From The Heart”, y lo llevó a la bancarrota. Presenta una banda sonora original de Crystal Gayle y Tom Waits. Waits recibió una nominación al Premio de la Academia a la mejor banda sonora musical.

Es protagonizada por un casting de protagonistas errado en una Teri Garr incapaz de pasar de sus típicos roles de secundaria a llevar el peso romántico de una cinta, resultando molestos sus desnudos gratuitos. Y a un Frederic Forrest al que Coppola dirigió en un estupendo rol en “Apocalypse Now”, pero aquí está grimante en un papel desagradable con un carácter propio de un simio (epítome de esto el modo que tiene de ‘secuestrar’ en una ocasión a la protagonista), teniendo una química penosa con la Garr, resultando que esta pareja me importa entre c ero y nada lo que les pase n sus vaivenes caprichosos; En cambio son sus secundarios los que dan algo de alma con un espléndido Harry Dean Stanton (da igual cuando leas esto) en un rol de play-boy delirante; un buen Raul Julia como seductor ‘latin lover’; Una notable Lannie Kazan como la mejor amiga de la protagonista; Pero sobre todo una deliciosa Nastassja Kinski como enternecedora modelo que parece salida de un film de Fellini (epítome de ello su escena de funambulismo). Por cierto ella y Stanton volverían a encontrarse tres años después en el film de culto de Win Wenders “París-Texas”.

Paradójicamente una película con este título deja un substrato a falta de corazón grandioso, pues ofrece un relato cansino en sus arbitrariedades de ahora te quiero, ahora no, empezando por una artificiosidad grimante en la espoleta de la pelea que inicia las hostilidades, fruto de un guión perezoso, donde los personajes son meros arquetipos vacíos de contenido, dando bandazos de un lado a otro, nunca siento empatía por lo que veo, me parece estar de espectador en un teatro donde a los protagonistas se les ha extirpado la personalidad. Que sí, mucho despliegue técnico, tampoco es que sea excepcional, a pesar de todo el dinero gastado, no es que luzcan, llegándome a parecerme una serie b que intenta ser más, pues esta Las Vegas de ensueño es solo una calle, y lo peor es que se nota esto. Y todo para terminar en un clímax pasteloso hasta no ser apto para diabéticos.

La historia trata de dos noches y un día en las tristes vidas de Hank (Frederic Forrest), un mecánico en un desguace de autos llamado Reality Wrecking Company, tipo mujeriego y tosco, es práctico y sedentario, y Frannie (Teri Garr), que trabaja para una agencia de viajes, sueña con viajes exóticos (en este caso a la paradisiaca isla de Bora Bora). En la víspera de su quinto aniversario de vivir juntos, también es la víspera del 4 de julio, Hank y Frannie se pelean y cada uno sale a la ciudad en busca de una nueva relación. Hank encuentra a Leila (Nastassia Kinski), una ex artista de circo, y Frannie haya a Ray (Raul Julia), camarero que se hace pasar por pianista y cantante en clubs.

La construcción del set incluyó una réplica de parte del aeropuerto McCarran de Las Vegas —completo con una pasarela y un avión de pasajeros (construido a partir de la sección de morro de un avión estrellado) - que se utilizó para la penúltima escena. Los decorados de la película ocuparon todo el espacio del escenario sonoro en el estudio American Zoetrope recientemente adquirido por Coppola.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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