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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
9
Drama Un hombre (Robert Redford) que se ha escapado de la cárcel vuelve a su pueblo, pero sus vecinos, gentes absolutamente degradadas, emprenden contra él una auténtica cacería como si se tratara de una diversión más. Sólo el sheriff (Marlon Brando), un hombre integro y cabal, tratará de evitar su linchamiento. (FILMAFFINITY)
17 de abril de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
60/17(26/03/15) Espléndido film de Arthur Penn, una infravalorada obra que el tiempo ha ido mejorando con los años como el buen vino, arremete con saña contra doble moral pueblerina, contra las lacras que poblaban el medio oeste americano en aquella época de finales de los 60, el racismo, el clasismo, la podredumbre moral, la liberación sexual, las fiestas depravadas, vamos algo atemporal. El productor Sam Spiegel vio en la polémica novela del Premio Pulitzer Horton Foote (guionista de “Matar a un ruiseñor”), “The chase” un vehículo para grandes actores e historia con punch, compró los derechos del libro y fichó a la comprometida guionista Liliam Hellman (“La loba”) para adaptarlo, y contrató a un director en auge y también comprometido socialmente Arthur Penn, y para los papeles principales puso a estrellas en ciernes como Robert Redford, James Fox, Jane Fonda, Robert Dufal, a otras veteranas como E.G. Marshall, Henry Hull o Miriam Hopkins y a otras ya contrastadas como Angie Dickinson y sobre todo al Titán Marlon Brando, el resultado es magnífico en su mensaje “destroyer” contra una sociedad decadente y corrompida hasta las entrañas.

Es una sangrante radiografía de un microcosmos que refleja el crisol de la sociedad americana, un collage de personas envueltas en una decadencia espiritual desesperanzadora, se tocan temas tan controvertidos como la xenofobia, la revolución sexual, con profusión de adulterios más o menos consentidos, tocando temas además como las envidias, el egoísmo, la lujuria, la hipocresía religiosa, el despotismo, la avaricia, la paranoia ante lo desconocido, el libertinaje, el alcoholismo, complejos, inseguridades, lucha de clases, los prejuicios, la codicia,ello en un marco cerrado de un pequeño pueblo, en un intenso y gradual desarrollo hacia el caos y la anarquía donde la depravación corre como la pólvora, hacia derivar en un explosivo clímax final que entronca con “Furia” de Fritz Lang, “El Gran Carnaval” de Billy Wilder, “Solo ante el peligro” de Fred Zinnemann (curioso, los tres directores de ascendencia germánica) y mezclado con la posterior “Perros de paja” de Sam Peckinpah. Es un film con hábiles resonancias a la situación coetánea, con revueltas sociales, proliferación de la violencia, uso cotidiano de las armas, mucho imperante racismo. La historia tiene la ágil singularidad que todo sucede en un día, en una alocada noche de Sábado de Fiebre donde las pasiones más bajas se desatan entre fiesta y fiesta, acrecentado todo por una construcción de personajes brillantes, en pocas pinceladas quedan definidos, es una autopsia a un microuniverso agonizante, un lugar en apariencia bucólico, pero a medida que avanzamos lo hediondo de su falsa doble moral nos socava. Es una ingeniosa introspección de la América Profunda, donde se guardan las esencias de lo mejor y lo peor del “Sueño Americano”, con una sobresaliente ambientación donde te cala el calor, te llega el sudor de los personajes, te ves arrastrado en su degeneración moral, en lo que es un pesimista fresco de la ponzoñosa Condición Humana, lienzo de personas que viven inmersas en un océano de banalidad y superficialidad,

El realizador Arthur Penn provenía de un nueva generación de cineastas, los de los 60, que sabían mirar el ombligo de una sociedad americana demasiado idealizada hasta entonces, directores como Frankenheimer, Sidney Lumet, Peckinpah o Penn con su gran sentido del ritmo supieron marcar un antes y después para modernizar el cine. Penn rueda con fluidez, tomándose su tiempo para la telaraña de interrelaciones que acontecen en el pueblo, sabiendo aumentar con paciencia el akelarre que se atisba, en un increscendo dramático que nos va oprimiendo, hasta que la bomba estalla, una brillante alegoría de la violencia latente que se propagaba por USA, una ácida crítica al “american way of life” y al capitalismo despiadado, a la superficial burguesía, al desmadrado uso de las armas, rodada con nervio, comprimiendo el aire hasta convertirlo en claustrofobia, edificando un perturbador relato, rebosante de complejidad, de diálogos mordaces, véase los referentes a los que implican armas con el doble sentido (sexual).

Marlon Brando en una carismática actuación, flota sobre la pantalla con aura de honestidad e integridad fascinantes, la empatía con él es total, con portentoso magnetismo, con lenguaje gestual fenomenal, digno de de los Grandes, con matices, emitiendo toda una gama de emociones, resignación, nihilismo, mesura o ira, todo con honda intensidad. Muy bueno E.G. Marshall como el millonario arrogante que cree poderlo comprar todo. Jane Fonda en su primer papel importante, hermosa y encantadora como la esposa del prófugo y amante del mejor amigo de este, una racial interpretación. Robert Redford resulta una plácida presencia, la mayor parte del tiempo lo vemos huyendo y escondiéndose, para hacia el final tener una absorbente charla con su esposa y “amigo”. Angie Dickinson además de exhibir belleza, desborda dulzura y amor por Calder, mucha química con Brando. James Fox encarna con flema y sentimiento al enamorado de la mujer de su amigo, se debate entre contentar a su padre o hacer lo que desea realmente. Robert Duval está fabuloso como Edwin, el pusilánime cornudo, moviéndose con temor y patetismo por la pantalla. Janice Rule como la pendona esposa de Edwin lo borda, con sensualidad, picarona, perversa, y muy juguetona, estupenda. Richard Bradford enérgico como Damon Fuller, el adultero esposo, un pendenciero borrachín, racista que se cree con derecho a imponer su propia justicia, aunque sea apalizando al sheriff, brutal momento este. Steve Ihnat es Archie, una serpiente siempre al acecho de Damon, teniendo su minuto de gloria al final. Miriam Hopkins como la madre de Bubber derrocha furia. Martha Hyer es Mary, la bebedora esposa de Damon, al que su marido humilla, ella se ha convertido en una cínica.... (continua en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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