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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Western Nuevo México, 1953. Jack Burns, un vaquero amante de la libertad y de los horizontes abiertos, llega cabalgando al pueblo de Duke City. Su intención es liberar a su amigo Paul Bondi antes de que lo trasladen a una prisión estatal. Bondi, que ha sido condenado a dos años de cárcel por acoger en su casa a algunos mexicanos que han cruzado ilegalmente la frontera, es un escritor que dejó su vida aventurera para casarse. Jack visita a la ... [+]
14 de diciembre de 2016
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
245/14(13/12/16) Notable film del cuasi-desconocido David Miller, el papel preferido de la prolífica filmografía de Kirk Douglas, no no ha perdido frescura, ha ganado con el tiempo, se aposenta sobre un espléndido guión del gran Dalton Trumbo (“Espartaco”), hace un retrato desolador del choque entre los viejos y los nuevos tiempos, en lo que es un incisivo western crepuscular, que refleja con conmovedores toques como los nuevos avances de nuestro siglo atropellan a los hombres anclados en el pasado. Film en el que años más tarde se inspiraría David Morrell para sacar su novela "First blood" (1972), que otra década después daría la película "Acorralado" (1982) de Ted Kotcheff, que daría al cine uno de sus iconos de acción más reconocibles, "Rambo", este rol está influenciado por el John W. "Jack" Burns (Kirk Douglas), los dos son unos anacronismos en su tiempo, dos tipos duros veteranos de guerra condecorados (uno de la de Corea, otro del Vietnam), los dos sin hogar, los dos son detenidos en una comisaría de un pequeño pueblo, los dos sufren una paliza de un sádico policía, los dos se escapan, los dos huyen por la montaña, los dos son acosados por un helicóptero, y los dos tienen tras de ellos a un tipo comprensivo. Después de leer Kirk Douglas la novela de Edward Abbey "The Brave Cowboy" (1956), insistió en producirla (Producciones Joel) con él de protagonista, fichó David Miller de director, de guionista a Dalton Trumbo que ya lo tuvo en la exitosa “Espartaco” (1960). Siendo una maravillosa elegía sobre la vida sencilla enfrentada a la apisonadora del progreso, representado como halo trágico en el camión de retretes (marca ACME) que vemos de vez en cuando surcar la autopista.
La cinta tiene su fuerte en el retrato de personalidad de un tipo fuera de su tiempo, sin hogar fijo, un vaquero errante, parado en el SXIX, ello reflejado de un modo visual-simbólico espléndido en muchos momentos, ya desde el principio, cuando vemos a un vaquero dormir al raso del desierto junto a un fuego, y su caballo al lado, no sabemos en qué tiempo estamos, y de pronto un sonido extraño y el vaquero mira al cielo y ve a tres reactores dejando una estela en el cielo, o cuando el vaquero intenta cruzar la autopista atestada de vehículos con su caballo, en unos segundos un memorable síntesis de lo que va a tratar el relato, o cuando es perseguido por la montaña por un helicóptero, el abismo separa al protagonista del mundo en que vive. Estos mimbres alegóricos sirven para alimentar la idea de que está en peligro de extinción, los pioneros que ensancharon fronteras, y que ahora colapsan, un modo de vida que expira frente a los vehículos de motor, las cercas de espino, los carteles de no traspasar, las carreteras, y las estúpidas leyes. Esto es expuesto por Miller con espíritu nostálgico, en contraposición a la deshumanización que conlleva (en parte) el moderno progreso. El hábil guión hace que nos identifiquemos rápidamente con este ser primario, que solo quiere vivir en libertad, es un inadaptado en un mundo que lo asfixia, un hombre integro, generoso, cabezota, sincero, leal, ser que vive en comunión con la naturaleza, la tierra es su cama y el cielo su techo, en lo que es una notable oda al mundo rural, medio que se mimetiza con el alma del protagonista. Un nómada que es feliz sin que nada ni nadie le lastren, esto reflejado en la conversación que tiene con Jerry, esta le ama, pero él no puede atarse a quedarse quieto en un hogar

Trumbo delinea a los personajes con cariño, mucha estima, aristas, defectos, muy humanos, destacaría como el guionista escoge a Paul Bondi como especie de alter ego suyo, escritor encarcelado por leyes represoras, y acepta estoicamente su injusto castigo, lo que le pasó a Trumbo cuando tuvo que estar preso 11 meses en la prisión federal en Ashland, Kentucky. La historia se divide en dos partes, en la primera se da la presentación del protagonista, y donde se dan unos diálogos inteligentes que sirven para desnudar el alma de nuestro héroe, en sus encuentros la esposa de Paul, y luego con este en la cárcel; y la segunda parte, donde la acción en la persecución se despliega, donde lo visual gana a la palabra, donde la formidable fotografía se apodera de la pantalla, convirtiéndose el ascenso por la montaña (Boot Hill) en una alegoría del Mito de Sisifo, con escenas de enorme tensión (vibrante como Burns tira de su caballo y vemos caer piedras y sentoimos que en cualquier momento rueda el equino por la ladera), todo salpicado de un ingenioso humor desengrasante, en un increscendo dramático que te cala hasta desembocar en su estremecedor final, de esos que se te quedaran por siempre en el subconsciente.

El film es hijo de nueva ola de westerns proliferaron en la década de los sesenta, en los que se hacia una semblanza ocasística de este submundo, el crepúsculo de unos personajes obsoletos, esto reflejado en las cintas de Sam Peckinpah, como “Duelo en la Alta Sierra”, “Grupo Salvaje” o “La balada de Cable Hogue”, o en la de John Ford “El hombre que mató a Liberty Valance”, todas con protagonistas acostumbrados a un mundo que apenas existe, y donde el hombre debe luchar contra el sistema impuesto.

Kirk Douglas está colosal en un rol donde la actuación traspasa a la persona, el hijo del trapero dijo que esta era su actuación preferida, lo que ya es mucho con los grandes papeles que hizo, magnífica encarnación del alma libre y errante, en un arco de desarrollo prodigioso desde su primera imagen bajo el cielo abierto junto a su caballo, a la última (spoiler), sobre el asfalto, en noche lluviosa, herido, su caballo moribundo a su lado, con mirada perdida, su mundo ha explotado por la modernidad, reflejada en el camión de retretes que le ha atropellado, interpretación de Douglas de una vivacidad y transmisión de sentimientos sensacional, con una relación trémula con su caballo Whisky, con esa escena trémula con Jerry en su despedida, demuestra Kirk que es uno de los grandes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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