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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Comedia. Fantástico. Romance Cuando muere a los 70 años, Henry Van Cleve va al Infierno, donde lo recibe un caballero bien vestido que le exige que confiese sus delitos. Henry comienza entonces a contar su historia: desde niño, su acaudalada familia le proporcionó todos los lujos y satisfizo todos sus caprichos. Siendo ya adulto, llevó una vida disipada, entregado a la bebida y a las mujeres. Pero su vida cambió radicalmente el día en que conoció a Martha Strabel, ... [+]
13 de septiembre de 2023
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254/13(11/09/23) Fallida dramedia sobrenatural realizada y producida por el maestro del humor sutil y elegante, el berlinés Ernst Lubitsch, que tiene grandiosos films como “Ninotchka”, “Ser o no ser” o “El bazar de las sorpresas”, pero no todo lo que hizo fue brillante, lo digo por la nota y alabanzas generales para una film que promete mucho pero termina no cubriendo las expectativas ante su jugosa premisa de un hombre que se presenta ante Satanás (en una representación burocrática, de un gran despacho, el anticristo mefistofélico con frac) para ser llevado al Infierno y para ‘merecerlo’ el tipo debe contarle su historia, esto que sobre el papel da mucho juego, queda relegado a una cinta con demasiados valles y pocos picos. Argumento que cubre la vida en flash-back del protagonista desde su nacimiento hasta su muerte (no es spoiler, puyes comienza así), esto podría dar pie a un relato cargado de ironía cuando el mortal cuenta en off su vida, pero lo que encontramos es una historia desangelada, a la que le falta mala uva y le sobra moralina, con incluso soterrado machismo grimante por como la esposa soporta las infidelidades de su esposo, que Lubitsch juzga como banales y perdonables, pues el marido es simpático (¿?), o como al principio Satanás envía a una mujer ‘abajo’ porque tiene unas piernas poco atractivas.

Vista ahora 80 años después de su estreno (04/Agosto/1943) es una cinta muy envejecida. El guión es de Samson Raphaelson (“El bazar de las sorpresas” o “Sospecha”) basado en la obra “Birthday” de Ladislaus Bus-Fekete de 1934, siendo protagonizada por un plúmbeo y flojito Don Ameche, por una tan hermosa como inexpresiva Gene Tierney. En lo que se puede ver una blandita crítica a la indolente clase alta. Cinta que nunca encuentra el equilibrio entre la melancolía de una historia que cubre toda una vida y con ello reflejar el paso lapidario del tiempo y el humor ácido que se espera del cineasta germano.

Relato cargado de un impostado sentimentalismo, quiere emocionarte en situaciones muy forzadas, cuando realmente no pasa algo especial durante el metraje que me atrape, todo es de gran trivialidad, no hay (creía yo la habría) introspección alguna sobre la maldad de ningún tipo, solo un hombre supuestamente, cuando en realidad solo lo vemos con su esposa durante toda la cinta (bueno cuando adolescente parece coqueteó con la institutriz), se le supone mujeriego, pero esto nunca se traduce en imágenes. Se le supone un tipo empático, grácil, con ingenio, pero la forma ‘cumbre’ (se supone) en que enamora a su mujer es de lo más tontorrona, un encuentro en una librería de apenas unos minutillos y ya la chica está perdidamente enamorada del tipejo, para en el segundo encuentro huir ambos durante la fiesta de compromiso de ella con otro (un bufonesco Allyn Joslyn). Hubieras echo un actor carismático con más magnetismo para que esto fuera mínimamente creíble, Ameche es una ameba sosa, del modo presentado me chirría más que el tren sobre el rio Kwai descarrilando.

Nunca conecto con la historia, solo me salvan puntuales situaciones como el desayuno de los padres de la protagonista (los robaescenas Marjorie Main y Eugene Pallette), buenísimo como utilizan al criado de ‘corre ve i dile’, con esa tira del periódico sobre una historieta sobre un tipo atrapado en un tonel y como la mujer le hace spoiler; Alguna frase ocurrente, como la del protagonista, ‘Y cuando me desperté, estaban todos mis parientes hablando en voz baja y sin decir nada más que cosas amables sobre mí. Entonces supe que estaba muerto’, o como se camela de niño a féminas con cucarachas (‘y supe que para tener más mujeres me harían falta más cucarachas’, o más o menos dice eso); o con el rayo de luz que es la presencia de Charles Coburn, con una vis cómica que se echa en falta en el resto, personaje que desaparece de buenas a primeras; El resto es una insípida nadería, desgraciadamente olvidable, pues mira que estaba dispuesto a que me gustara, pero me he encontrado algo sin chispa alguna, lento, que se arrastra en medio de un desarrollo pesaroso.

Es el reflejo de una vida acomodada, sin apenas algún problema, todo placido, un adinerado, que ni sabemos si trabaja, o de dónde saca el mucho dinero que tiene. Lleva una vida disoluta, ociosa, donde nunca lo sentimos con algún dilema moral, nunca tiene sentimientos de culpa, cuando muere un personaje crucial, lo hace en elipsis y nadie parece sentirlo lo más mínimo. Nunca lo vemos haciendo tal o cual sacrificio, lleva una vida insustancial, y lo que es peor, carece de gracia. Estamos todo el tiempo 8al menos yo) esperando que llegue el momento álgido en que el protagonista haga algo lo suficientemente malo como para merecer el Averno, misión fallida, es un tipo que más que el Cielo o Infierno debería haber ido a parar al Limbo por lacio; Y ya si nos ponemos a hablar de la coprotagonista Martha encarnada por una insípida Tierney, sería para decir que no se puede hacer un rol menos inane, débil, sin fondo, acartonado, nada seductor; Y llegados al final estoy tan frío que me importa un bledo a donde vaya el sosainas este.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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