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Voto de TOM REGAN:
8
6,8
129.454
Musical. Drama. Romance
Ambientada en el París bohemio de 1900. Satine, la estrella más rutilante del Moulin Rouge, encandila a toda la ciudad con sus bailes llenos de sensualidad y su enorme belleza. Atrapada entre el amor de dos hombres, un joven escritor y un duque, lucha por hacer realidad su sueño de convertirse en actriz. Pero, en un mundo en el que todo vale, excepto enamorarse, nada es fácil. (FILMAFFINITY)
21 de mayo de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
167/27(19/05/21) Tan aparatoso (en el mejor sentido del palabro), como cautivador este controvertido musical australiano producido, dirigido, y escrito (junto a Craig Pierce: “El Gran Gatsby”) por Baz Luhrmann en su tercer largo nos regala una obra no apta a todos los paladares, apoteósico homenaje al cabaret, vodevil, la ópera rock, al mundo idealizado de los bohemios. Original relato mezcla de modo anacrónico estilo videoclipero con ultra sónico montaje en los inicios del SXX, con temas pop de segunda mitad de siglo, espectacular jukebox (Elton John, Kurt Cobain, Madonna, The Police, Queen y más) se entrelazan de modo sublime alcanzando cotas de embrujo epidérmico. Esto solo si entras en lo que es una experiencia sensorial, a los que no les guste el estilo singular del cineasta abstenerse, pues él y sus circunstancias atomizadas.
Una zambullida en un micro universo de ensueño romántico donde prima el Amor Puro, colosal collage de color, música, coreografías, decorados fantasiosos, vestuarios suntuosos, movimiento constante, efectos visuales puestos al servicio de hacerte sentir. El exceso en el mejor sentido, para los que gusten de música moderna filtrada de modo evocador, se mezcla vida bohemia, vocación artística, sacrificio, lujuria, pasión, ilusión, venganza, y la fuerza del inexorable destino, sobre todo y ante todo "The Show Must Go on", el espectáculo debe continuar, delirio visual que te arrolla, te hace remover en tu asiento con esos amantes cantando y enamorándose con el “Your Song” de Elton John cantado por Plácido Domingo (transmutado en una mostachuda Luna sonriente) mientras surcan los cielos en nubes por este entrañable París. Un universo donde los sentimientos se expresan cantando, las emociones fluyen con música y entonaciones, donde la cámara es un ente vigoroso, y todo en comunión produce eso que tan necesario es ante una gran pantalla, Magia.
Tiene muchas influencias, pero me detendré en su argumento un cuasi-plagio a “Shakespeare in love” (1999), del que me parece un claro plagio, con un escritor haciendo una obra para su amada, que a su vez está comprometida con un ‘ricachón’, y la obra es en realidad una alegoría de lo que están viviendo. Un gran festín para los sentidos; Por supuesto que su guión es muy flojo, posee unos protagonistas arquetípicos, sin hondura, hay unos secundarios que poco suman, toda la trama es un esbozo-excusa para ir hilando temas musicales fragmentados, es que si encima tuviera una buena historia ya sería una obra maestra, pero se queda en una Homérica experiencia sensorial, para dar sentido dramático a un amor fatal, como son los que perduran en la memoria.
La película demuestra su regocijo en su impactante inicio, con original modo de presentar el logo de Twenty Century Fox, vemos en sepia un gran telón rojo de teatro, se abre y vemos el logo, y delante un director de orquesta haciendo de modo sobreactuado sus movimientos con la batuta con la música de la compañía. Tras lo que entramos en un París evocador surcando sus tejados para adentrarnos en las callejuelas del barrio de Montmartre, no sin antes ser advertidos por un cura del pecado que se haya allí. Un arlequín triste en b/n entona una versión tétrica de "Nature Boy" de Nat "King" Cole presentando al romántico y melancólico protagonista Christian (Ewan McGregor) que entre lágrimas comienza a escribir su historia a máquina. Siendo el flashback de la historia que veremos.
Oiremos a Ewan McGregor entonar el “The Sound Of Music” para ambientar una obra de su reciente amigo Tolulse Lautrec (John Leguizamo) y te preguntas a dónde lleva todo esto; El grupo de amigos embebidos del licor de los bohemios (Absenta) ven a aparecer un Hada Verde en forma de la sensual Kylie Minogue cantando “Children Of The Revolution”; Entraremos cual explosión de júbilo indescriptible en el mítico Moulin Rouge dirigido por el maestro de ceremonias Harold Zidler (Jim Broadvent) que se arrancará con un colosal popurrí “Zidler's Rap” ("Lady Marmalade" cantado por Christina Aguilera, Lil' Kim, Mya, and Pink, o el "Smells Like Teen Spirit" de Nirvana entonado por Danny Saber), danzado por bailarinas de cancán, que corean los caballeros en frac, todo un bullicioso antro que transmite jolgorio y bacanal; Tras lo que llega el “Sparkling Diamonds” en el clímax alucinógeno, aparece del cielo subida en un trapecio Satine (Nicole Kidman) cantando “Material Girl” de Madonna y el "Diamonds Are A Girl's Best Friend", influenciado número por la icónica Marilyn Monroe; Tenemos la excitante escena en que se enamoran Satine & Christian (ya mencionado arriba), conocida en su popurrí de temas como “Elephant Love Medley” (con el tema Beatle "All You Need Is Love"; "I Was Made For Lovin' You"; "One More Night" de Phil Collins; "Pride (In The Name Of Love)" de U2; "Don't Leave Me This Way"; "Silly Love Songs" de Paul y Linda McCartney; "Up Where We Belong"; "Heroes" de David Bowie y Brian Eno; "I Will Always Love You" de Dolly Parton; Your Song" de Elton John y Bernie Taupin), y los dos amantes quedan unidos sobre el infinito cielo parisino.
Como alegoría del alma enamorada de Christian este escribe el romántico tema "Come What May", tema original escrito para el film, de David Baerwald, cantado en varios momentos de la cinta; Tenemos un mordaz Broadbent cantando el tema de Madonna “Like a virgin”, para convencer al Duque de lo ‘casto’ de Satine; Uno de los momentos cumbres, la versión (por mor de Mariano Mores) tanguera del mítico tema de The Police "Roxanne”, en el crudo contexto de expresar el dolor de Christian porque Satine tenga algo más que una cita con el Duque, cantada por el portoriqueño José Feliciano (aunque hace el playback Jacek Koman), mientras hay un trémulo baile en el escenario, alternado con la susodicha cita; Está el modo que Zidler descubre a Satin su enfermedad con el sentido tema “Fool To Believe” (original del film, escrito por Luhrmann) cantado por Broadbent y Kidman;... (sigo en spoiler)
Una zambullida en un micro universo de ensueño romántico donde prima el Amor Puro, colosal collage de color, música, coreografías, decorados fantasiosos, vestuarios suntuosos, movimiento constante, efectos visuales puestos al servicio de hacerte sentir. El exceso en el mejor sentido, para los que gusten de música moderna filtrada de modo evocador, se mezcla vida bohemia, vocación artística, sacrificio, lujuria, pasión, ilusión, venganza, y la fuerza del inexorable destino, sobre todo y ante todo "The Show Must Go on", el espectáculo debe continuar, delirio visual que te arrolla, te hace remover en tu asiento con esos amantes cantando y enamorándose con el “Your Song” de Elton John cantado por Plácido Domingo (transmutado en una mostachuda Luna sonriente) mientras surcan los cielos en nubes por este entrañable París. Un universo donde los sentimientos se expresan cantando, las emociones fluyen con música y entonaciones, donde la cámara es un ente vigoroso, y todo en comunión produce eso que tan necesario es ante una gran pantalla, Magia.
Tiene muchas influencias, pero me detendré en su argumento un cuasi-plagio a “Shakespeare in love” (1999), del que me parece un claro plagio, con un escritor haciendo una obra para su amada, que a su vez está comprometida con un ‘ricachón’, y la obra es en realidad una alegoría de lo que están viviendo. Un gran festín para los sentidos; Por supuesto que su guión es muy flojo, posee unos protagonistas arquetípicos, sin hondura, hay unos secundarios que poco suman, toda la trama es un esbozo-excusa para ir hilando temas musicales fragmentados, es que si encima tuviera una buena historia ya sería una obra maestra, pero se queda en una Homérica experiencia sensorial, para dar sentido dramático a un amor fatal, como son los que perduran en la memoria.
La película demuestra su regocijo en su impactante inicio, con original modo de presentar el logo de Twenty Century Fox, vemos en sepia un gran telón rojo de teatro, se abre y vemos el logo, y delante un director de orquesta haciendo de modo sobreactuado sus movimientos con la batuta con la música de la compañía. Tras lo que entramos en un París evocador surcando sus tejados para adentrarnos en las callejuelas del barrio de Montmartre, no sin antes ser advertidos por un cura del pecado que se haya allí. Un arlequín triste en b/n entona una versión tétrica de "Nature Boy" de Nat "King" Cole presentando al romántico y melancólico protagonista Christian (Ewan McGregor) que entre lágrimas comienza a escribir su historia a máquina. Siendo el flashback de la historia que veremos.
Oiremos a Ewan McGregor entonar el “The Sound Of Music” para ambientar una obra de su reciente amigo Tolulse Lautrec (John Leguizamo) y te preguntas a dónde lleva todo esto; El grupo de amigos embebidos del licor de los bohemios (Absenta) ven a aparecer un Hada Verde en forma de la sensual Kylie Minogue cantando “Children Of The Revolution”; Entraremos cual explosión de júbilo indescriptible en el mítico Moulin Rouge dirigido por el maestro de ceremonias Harold Zidler (Jim Broadvent) que se arrancará con un colosal popurrí “Zidler's Rap” ("Lady Marmalade" cantado por Christina Aguilera, Lil' Kim, Mya, and Pink, o el "Smells Like Teen Spirit" de Nirvana entonado por Danny Saber), danzado por bailarinas de cancán, que corean los caballeros en frac, todo un bullicioso antro que transmite jolgorio y bacanal; Tras lo que llega el “Sparkling Diamonds” en el clímax alucinógeno, aparece del cielo subida en un trapecio Satine (Nicole Kidman) cantando “Material Girl” de Madonna y el "Diamonds Are A Girl's Best Friend", influenciado número por la icónica Marilyn Monroe; Tenemos la excitante escena en que se enamoran Satine & Christian (ya mencionado arriba), conocida en su popurrí de temas como “Elephant Love Medley” (con el tema Beatle "All You Need Is Love"; "I Was Made For Lovin' You"; "One More Night" de Phil Collins; "Pride (In The Name Of Love)" de U2; "Don't Leave Me This Way"; "Silly Love Songs" de Paul y Linda McCartney; "Up Where We Belong"; "Heroes" de David Bowie y Brian Eno; "I Will Always Love You" de Dolly Parton; Your Song" de Elton John y Bernie Taupin), y los dos amantes quedan unidos sobre el infinito cielo parisino.
Como alegoría del alma enamorada de Christian este escribe el romántico tema "Come What May", tema original escrito para el film, de David Baerwald, cantado en varios momentos de la cinta; Tenemos un mordaz Broadbent cantando el tema de Madonna “Like a virgin”, para convencer al Duque de lo ‘casto’ de Satine; Uno de los momentos cumbres, la versión (por mor de Mariano Mores) tanguera del mítico tema de The Police "Roxanne”, en el crudo contexto de expresar el dolor de Christian porque Satine tenga algo más que una cita con el Duque, cantada por el portoriqueño José Feliciano (aunque hace el playback Jacek Koman), mientras hay un trémulo baile en el escenario, alternado con la susodicha cita; Está el modo que Zidler descubre a Satin su enfermedad con el sentido tema “Fool To Believe” (original del film, escrito por Luhrmann) cantado por Broadbent y Kidman;... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El majestuoso "The Show Must Go on" del grupo Queen, entonado por Nicole Kidman, Jim Broadbent y Anthony Weigh, para expresar que ante las dificultades, el espectáculo no debe parar, ello enaltecido por el coro de costureras; El momento Bollywood en el clímax de la representación del “Spectacular, Spectacular”, homenaje al musical hindi, denominado ‘Hindi Sad Diamonds’ ("Chamma Chamma"; "Diamonds Are A Girl's Best Friend"; "The Hindi"), un deliro de sensaciones cambiantes, pasando de la ira de Christian, el sacrifico por amor de Satine, persecuciones, la furia del escritor, la canción de amor que arranca Satine, y ya en el zenit de todo, cual Romeo & Julieta con un amor fatal, ella muere en sus brazos (por tuberculosis).
La aussie Nicole Kidman borda su rol de mujer fatal, jamás ha estado más bella y sexy que aquí, ayudada por un maquillaje y vestuario que la enaltecen, con una gran expresividad, y una gran química con McGregor, demuestra credibilidad a través de las canciones en su enamoramiento del escritor, así como buenas dotes para la comedia en momentos puntuales, teniendo ese halo de mujer objeto del que quiere escapar intentando hallar el amor verdadero. Formidable en los números musicales como una gran diva; El escocés Ewan McGregor da una gran actuación cargada de sentimientos bohemios que proyecta en su ingenua mirada, realzada cuando su amor por Satine lo llena y nos lo hace ver con su gestualidad y expresividad. También genial en los números musicales a los que se adapta con fluidez narrativa; Entre estas dos estrellas que no dejan mucho a los demás, uno de las taras del film, que los secundarios aportan poco, peor aun así se abre un hueco el inglés Jim Broadbent como el maestro de ceremonias del Moulin Rouge, impresionante en sus pariciones, con carisma, así como tremendo en los números musicales, épico su “Like a virgin”.
Puesta Formidable, banquete para los sentidos. Desde Catherine Martin (esposa del director y en esta labor en todos sus films), ganadora de 4 Oscar, dos por este film, por diseño de producción filmada íntegramente en estudio, principalmente en Australia (Fox Studios-Moore Park-Sydney), pero con tomas en Madrid (por excederse en los tiempos y tener que dejar los estudios a “Star Wars: Episodio II”), recreación furiosa (se acaban los adjetivos para el arrebato de la misma) de un París que solo reside en la mente de quienes la sueñan, son una mezcla de CGI y maquetas (con las que en algún momento se hacen guiños), con sus tejados, sus pisuchos bohemios en buhardillas, con ese Paraíso del Pecado que es Moulin Rouge; El otro Oscar de Martin fue por el imaginativo vestuario, junto a Angus Strathie (“Una serie de catastróficas desdichas”); Todo filtrado por la lente del DP Donald M. McAlpine (“Romeo + Julieta”), con una cámara que levita cual ente incorpóreo por los escenarios, recursos como zooms, contrapicados, barridos, giros, proyectando un colorido nos inunda en su fulgencia de tonalidades saturadas, iluminación de alto contraste para potenciar elementos y figuras, con mucho artificio de luces de neón, una montaña rusa bizarra en el mejor sentido; Esto sumado a la vibrante edición de Jill Bilcock (“Romeo + Julieta”), impregnando todo un frenesí electrizante propio de enfebrecidos videoclips a cada escena, con aceleraciones, slows, múltiples cortes, fragmentaciones, yuxtaposiciones.
Bazz Luhrmann cual Tarantino del musical demuestra que puede copiar estilos, y estar influenciado por multitud de cultura pop, y a la vez tener un estilo propio, que esos sí (también como a QT), o lo amas o lo detestas, no hay término medio. A mí en este caso, he caído presa de su espiral entusiasta. Fuerza y honor!!!
PD: He quedado presa de su tema final que suena en los créditos finales un bolero en crescendo electrizante, y que escucho mientras escribo, Enérgico!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/05/moulin-rouge.html
La aussie Nicole Kidman borda su rol de mujer fatal, jamás ha estado más bella y sexy que aquí, ayudada por un maquillaje y vestuario que la enaltecen, con una gran expresividad, y una gran química con McGregor, demuestra credibilidad a través de las canciones en su enamoramiento del escritor, así como buenas dotes para la comedia en momentos puntuales, teniendo ese halo de mujer objeto del que quiere escapar intentando hallar el amor verdadero. Formidable en los números musicales como una gran diva; El escocés Ewan McGregor da una gran actuación cargada de sentimientos bohemios que proyecta en su ingenua mirada, realzada cuando su amor por Satine lo llena y nos lo hace ver con su gestualidad y expresividad. También genial en los números musicales a los que se adapta con fluidez narrativa; Entre estas dos estrellas que no dejan mucho a los demás, uno de las taras del film, que los secundarios aportan poco, peor aun así se abre un hueco el inglés Jim Broadbent como el maestro de ceremonias del Moulin Rouge, impresionante en sus pariciones, con carisma, así como tremendo en los números musicales, épico su “Like a virgin”.
Puesta Formidable, banquete para los sentidos. Desde Catherine Martin (esposa del director y en esta labor en todos sus films), ganadora de 4 Oscar, dos por este film, por diseño de producción filmada íntegramente en estudio, principalmente en Australia (Fox Studios-Moore Park-Sydney), pero con tomas en Madrid (por excederse en los tiempos y tener que dejar los estudios a “Star Wars: Episodio II”), recreación furiosa (se acaban los adjetivos para el arrebato de la misma) de un París que solo reside en la mente de quienes la sueñan, son una mezcla de CGI y maquetas (con las que en algún momento se hacen guiños), con sus tejados, sus pisuchos bohemios en buhardillas, con ese Paraíso del Pecado que es Moulin Rouge; El otro Oscar de Martin fue por el imaginativo vestuario, junto a Angus Strathie (“Una serie de catastróficas desdichas”); Todo filtrado por la lente del DP Donald M. McAlpine (“Romeo + Julieta”), con una cámara que levita cual ente incorpóreo por los escenarios, recursos como zooms, contrapicados, barridos, giros, proyectando un colorido nos inunda en su fulgencia de tonalidades saturadas, iluminación de alto contraste para potenciar elementos y figuras, con mucho artificio de luces de neón, una montaña rusa bizarra en el mejor sentido; Esto sumado a la vibrante edición de Jill Bilcock (“Romeo + Julieta”), impregnando todo un frenesí electrizante propio de enfebrecidos videoclips a cada escena, con aceleraciones, slows, múltiples cortes, fragmentaciones, yuxtaposiciones.
Bazz Luhrmann cual Tarantino del musical demuestra que puede copiar estilos, y estar influenciado por multitud de cultura pop, y a la vez tener un estilo propio, que esos sí (también como a QT), o lo amas o lo detestas, no hay término medio. A mí en este caso, he caído presa de su espiral entusiasta. Fuerza y honor!!!
PD: He quedado presa de su tema final que suena en los créditos finales un bolero en crescendo electrizante, y que escucho mientras escribo, Enérgico!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/05/moulin-rouge.html