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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
4
Comedia Una visión nueva del Caballero de la Triste Figura, que vive obsesionado por la caballería andante y sus códigos de honor. Acompañado de su peculiar escudero Sancho Panza, Don Quijote recuerda algunas de las aventuras que han compartido. (FILMAFFINITY)
20 de septiembre de 2018
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
200/14(19/09/18) Caótica a la par que fallida co-producción hispano-mexicana, demasiado libre adaptación del clásico por excelencia de la literatura hispana, dirigida por el mexicano Roberto Gavaldón, pretendiendo dar una visión distinta más apegada a Sancho Panza, con guión del gijonés Carlos Blanco (“Los ojos dejan huella”), se hace una descabezada revisión a los míticos personajes, alterando sus caracteres, alterando escenarios, alterando situaciones, metiendo con calzador personajes ridículos, y todo esto creando en el espectador (o sea yo) confusión, irritación, incomodidad, teniendo la insana impresión de que los pretenciosos director y guionista podían mejorar la novela. La trama del film arranca con unos título de crédito iniciales durante los que se hace una recopilación de las (des) aventuras del Caballero de la Triste Figura (la lucha contra los pellejos de vino, el ataque al rebaño de ovejas, la embestida furibunda contra los molinos de viento…), mal ubicados pues despistan, luego nos enteramos que estamos in media res, cuando los dos protagonistas Alonso Quijano y su inseparable escudero Sancho Panza se supone han vivido sin fin de (des) aventuras mil y una aventuras y desventuras. La gran novedad es que aparece en este ejercicio libre de ataduras hasta el propio Cervantes (encarnado por Javier Escrivá), en un juego meta-lingüístico que ya Orson Welles estaba utilizando en su inacabada revisión al clásico del SXVII. La cinta hace una mezcla apócrifa en sus roles protagónicos, y es que por un lado está el majestuoso y regio Fernando Fernán Gómez dando vida al flacucho hidalgo demente, bordando la personalidad delirante egocéntrica, pero por otro lado está (para descompensar) el humorista mexicano Mario Moreno “Cantinflas”, que será muy buen comediante, pero si esperas un mínimo de dramatismo (como al parecer pretende el director) no puedes colocar a un tipo con ultra-marcado acento mexicano, y que habla en rodeos constantes sin decir algo inteligible, cada vez que entra en escena oigo un crujir ominoso, no es que yo sea un purista, pero o te lo tomas todo a sorna y en tono sátira o debes respetar ciertos elementos, y no echarte en brazos de lo comercial (que por mor de taquilla fue metido Cantinflas). Junto con las anteriores superproducciones de Hollywood La vuelta al mundo en 80 días (1956) y el musical Pepe (1960), Don Quijote cabalga de nuevo es una de las tres películas internacionales que protagonizó el cómico mexicano Mario Moreno "Cantinflas". El cine ha sido tentado en varias ocasiones con la adaptación del clásico cervantino “Don Quijote de la Mancha”, y hasta la fecha no ha habido una que haya hecho honor a la maestría del escrito original.

Es un relato donde se nota que “Cantinflas” estaba en su cúspide, y se le da rienda suelta para explayarse, y de este modo resultar más del agrado de las grandes masas, pero su inclusión deriva en una prostitución denigrante para el relato cervantino, no respetando el espíritu de la obra, cayendo en lo burdo, en la sal gorda, en idiotescas psicoanalizaciones de la convulsa mente de Alonso Quijano (lo de las habitaciones me ha dejado a cuadros), en momentos chirigotescos. Unos cineastas que cual proxenetas sin escrúpulos cogen el gran nombre de la obra maestra cervantina, cogen dos nombres famosos de actores (qué más da que no tengan química alguna), y lo aderezamos con una dirección artística del oscarizado asturiano Gil Parrondo (en los dos años anteriores 1971 y 1972 por “Nicholas y Alexandra” y “Patton”), qué más da que el argumento sea un batiburrillo infumable con momentos sentimentaloides vomitivos, ejemplo el personaje de Aldonza-Dulcinea, en el libro una tosca campesina, aquí una prostituta que sigue cual María Magdalena a Don Quijote, derivando en situaciones que provocan vergüenza ajena (ejemplo la pseudo-copia a Romeo y Julieta), en un metraje desmesurado para lo que cuenta de más de dos horas, que solo hace que provocar el tedio más absoluto.

Por poner algo bueno se puede mencionar la bonita puesta en escena, fruto como ya he mencionado de la dirección artística de Parrondo, rodando en en localizaciones de España como Consuegra y El Romeral en Toledo, el Parque natural de Despeñaperros en Ciudad Real (Castilla-La Mancha), la Iglesia de Nuestra Señora de la Magdalena en Torrelaguna y el Palacio de Avellaneda, en Peñaranda de Duero, Burgos (Castilla y León), y en otros sitios de Madrid como La Pedriza, Manzanares el Real, Talamanca del Jarama y Villaseca de Uceda [Guadalajara]; esto filtrado por la buena cinematografía de Francisco Sempere (“Plácido), aprovechando en algunas escenas el formato panorámico.

En conjunto me queda una película decepcionante, que me resultó tan plomiza que no tenga más ganas de hablar de ella y podría (malamente). Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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