Media votos
6,5
Votos
5.713
Críticas
5.211
Listas
10
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de TOM REGAN:
6
7,1
148.491
Ciencia ficción. Aventuras
El multimillonario John Hammond consigue hacer realidad su sueño de clonar dinosaurios del Jurásico y crear con ellos un parque temático en una isla remota. Antes de abrirlo al público, invita a una pareja de eminentes científicos y a un matemático para que comprueben la viabilidad del proyecto. Pero las medidas de seguridad del parque no prevén el instinto de supervivencia de la madre naturaleza ni la codicia humana. (FILMAFFINITY)
8 de junio de 2023
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
143/26(27/05/23) Con motivo del 30 aniversario del estreno de este exitoso film (13/06/1993), me lo he revisionado. Me resulta hinchada esta aventura dirigida por Steven Spielberg en su gran año, esta es su peli más taquillera (lo fue de la Historia hasta llegar “Titanic”) y solo 5 meses después estreno la que le dio su tan ansiado primer Oscar tras 5 nominaciones, "La lista de Schindler”, por la que obtuvo dos (Director y Película). Con la que estoy fue un pelotazo por el avance extraordinario con respecto a efectos visuales, film parte aguas en este sentido, su triunfo hizo surgiera en el mundo la Dynomania, emparejada a big bang de mercadotecnia ligada a estos extinguidos seres, tres décadas después sigue vivo con el estreno de secuelas del film, última de 2022 (“Jurassic World: Dominion”), desde la tercera, sin dirección del Rey Midas de Hollywood, pero por poniendo el cazo.
Esta primera entrega basada en la novela homónima de 1990 de Michael Crichton, guion del mismo y David Koepp (“Carlito’s way), este último limó aristas de violencia del libro, amansándolo, hasta infantilizarlo. Historia mezcla entre “King Kong” (las enormes puertas de entrada al parque son homenaje al film de 1933), “Tiburón”, sobre todo tiene mucho del primer largo del novelista seminal del film, “Westworld”, versaba sobre un parque temático donde el ser humano había creado seres atractivos al visitante, en este caso robots con forma humana, terminaban descontrolándose y siendo peligro mortal para los creadores humanos, mismo relato cambiando robot por dinosaurios, originalidad nula en este aspecto. Siendo su leit motive el de “Frankenstein”, lo de los peligros del humano en querer jugar a ser Dios, y aquí no hay nada nuevo bajo el sol en este aspecto.
Relato arrítmico, primera mitrad tediosa, presentación de personajes densa, sobrellevable por una clase (ficticia) de como traer dynos a nuestro tiempo a través de mosquitos (¿?), el asombro por la visión de los saurios es un flash (imagen icónica de Sam Neill observando lo imposible a lo lejos en uno de esos zooms sobre el rostro de Spielberg), y a otra cosa. Teniendo momento “Tiburón” (saboteado porque ya hemos visto a los Dynos) en cómo nos muestran fuera de cámara al T-Rex, como devora vacas, deja su visión para adelante, pero el efecto sorpresa (como ya he dicho) habría sido harto mejorable si no hubiésemos visto anteriormente Dynos. Para colmo estos resultan humanos insulsos, con menos fondo que una lata de anchoas, solo demuestra algo de carisma Richard Attenborough, resto van de lo insulso (Sam Neill, Laura Dern [estos dos con una sub trama ridícula, son pareja, no en el libro, y él parece repudiar a los niños, y al final oh sorpresa…, y ella los mira con carita de quiero ser madre’, puaj!] Bob Peck o Samuel L. Jackson) a lo irritante (Jeff Goldblum [aunque paradójicamente tiene las frases más luminarias que son el leit motive del film sobre la teoría del caos, su actuación de play boy resulta grotesca, y que pinta un matemático aquí?], Wayne Knight [para mí siempre será el mítico Newman de la “Seinfeld”, aquí en un rol caricaturesco hasta lo guiñolesco, nadie se puede creer que nadie serio pueda fichar a este fantoche como cerebro de la seguridad de este parque, burla al espectador, hace la posible seriedad se tambalee de forma imposible de levantar], Martin Ferrero [en rol cliché de leguleyo ridículo y por tanto todos sabemos que será …, pues eso], o los niños Joseph Mazzello, Ariana Richards [aspirante penosa a Sream Queen], seres de cartón piedra a los que nos importa entre muy poco y nada lo que les pase, son transparentes.
Segunda mitad trepidante de acción, frenética de peligros, en realidad yo no siento intensidad dramática, se sabe los que van a morir y los que sobrevivirán y no hay sorpresas, relato manso, para todos los públicos, incluso enfocado a niños, para no molestar no hay ni sangre, apenas tres muertes y solo visible una, tan pueril que desconecto de cualquier tensión dramática, y eso que tiene momentos apreciables, pero le falta poder hincarme el diente.
Por supuesto valores de producción sensacionales, sentimos esos animales prehistóricos (Jurásico o Cretácico) son reales: peligrosos velocirraptores, acuchillan y atacan en manadas (nos cuelan que en evolución exagerada pueden abrir puertas ¿?); aterradores tiranosaurios rex; vegetarianos cuellilargos braquiosaurios; dilofosaurios escupen veneno; remanentes de avestruces gallimimus; o el moribundo triceratops. Todo tomando vida mediante fascinante labor del maestro en f/x Stan Winston, con 4 Oscar en su haber (“Aliens”, “T2” por f/x y por maquillaje, y precisamente por su trabajo aquí con los Dynos), crea dynos mediante animatronics, a partir de fibra de vidrio, arcilla, látex y pintura. Redujo de 15 (del libro) a 6 los tipos de dinosaurios (anuló dynos voladores rapaces) que serían recreados. Esto en miscelánea con los programadores digitales (CGI) que crearon escenas en movimiento de los dinosaurios a partir de los animatronics, con sensación fluida natural.
Para devolver a la vida al gran depredador T-Rex se construyó un animatronic a escala real de doce metros de longitud, seis metros de altura y casi ocho toneladas de peso. Spielberg juega con la expectación del T-Rex (cual Tiburón en el epónimo), ha dejado miguitas, y anteriormente en la del inicio cuando está en la jaula y devora (sin sangre de por medio, todo aséptico) a los guardianes. Con uno de los clímax provocado por otro icónico momento del film como es ondas en el vaso de agua, en el todoterreno varado sin poder moverse, en medio de una tormenta tropical, el T-Rex escapa de su cautiverio por no haber energía que alimente las vallas electrificadas, provoca una secuencia terrorífica con el bicho jugando con el auto, culminando todo en persecución del T-Rex a otro coche. Pero todo esto bueno queda saboteado por el infantilismo de que solo muere uno d ellos personajes y es de un estereotipo que da dentera.
Esta primera entrega basada en la novela homónima de 1990 de Michael Crichton, guion del mismo y David Koepp (“Carlito’s way), este último limó aristas de violencia del libro, amansándolo, hasta infantilizarlo. Historia mezcla entre “King Kong” (las enormes puertas de entrada al parque son homenaje al film de 1933), “Tiburón”, sobre todo tiene mucho del primer largo del novelista seminal del film, “Westworld”, versaba sobre un parque temático donde el ser humano había creado seres atractivos al visitante, en este caso robots con forma humana, terminaban descontrolándose y siendo peligro mortal para los creadores humanos, mismo relato cambiando robot por dinosaurios, originalidad nula en este aspecto. Siendo su leit motive el de “Frankenstein”, lo de los peligros del humano en querer jugar a ser Dios, y aquí no hay nada nuevo bajo el sol en este aspecto.
Relato arrítmico, primera mitrad tediosa, presentación de personajes densa, sobrellevable por una clase (ficticia) de como traer dynos a nuestro tiempo a través de mosquitos (¿?), el asombro por la visión de los saurios es un flash (imagen icónica de Sam Neill observando lo imposible a lo lejos en uno de esos zooms sobre el rostro de Spielberg), y a otra cosa. Teniendo momento “Tiburón” (saboteado porque ya hemos visto a los Dynos) en cómo nos muestran fuera de cámara al T-Rex, como devora vacas, deja su visión para adelante, pero el efecto sorpresa (como ya he dicho) habría sido harto mejorable si no hubiésemos visto anteriormente Dynos. Para colmo estos resultan humanos insulsos, con menos fondo que una lata de anchoas, solo demuestra algo de carisma Richard Attenborough, resto van de lo insulso (Sam Neill, Laura Dern [estos dos con una sub trama ridícula, son pareja, no en el libro, y él parece repudiar a los niños, y al final oh sorpresa…, y ella los mira con carita de quiero ser madre’, puaj!] Bob Peck o Samuel L. Jackson) a lo irritante (Jeff Goldblum [aunque paradójicamente tiene las frases más luminarias que son el leit motive del film sobre la teoría del caos, su actuación de play boy resulta grotesca, y que pinta un matemático aquí?], Wayne Knight [para mí siempre será el mítico Newman de la “Seinfeld”, aquí en un rol caricaturesco hasta lo guiñolesco, nadie se puede creer que nadie serio pueda fichar a este fantoche como cerebro de la seguridad de este parque, burla al espectador, hace la posible seriedad se tambalee de forma imposible de levantar], Martin Ferrero [en rol cliché de leguleyo ridículo y por tanto todos sabemos que será …, pues eso], o los niños Joseph Mazzello, Ariana Richards [aspirante penosa a Sream Queen], seres de cartón piedra a los que nos importa entre muy poco y nada lo que les pase, son transparentes.
Segunda mitad trepidante de acción, frenética de peligros, en realidad yo no siento intensidad dramática, se sabe los que van a morir y los que sobrevivirán y no hay sorpresas, relato manso, para todos los públicos, incluso enfocado a niños, para no molestar no hay ni sangre, apenas tres muertes y solo visible una, tan pueril que desconecto de cualquier tensión dramática, y eso que tiene momentos apreciables, pero le falta poder hincarme el diente.
Por supuesto valores de producción sensacionales, sentimos esos animales prehistóricos (Jurásico o Cretácico) son reales: peligrosos velocirraptores, acuchillan y atacan en manadas (nos cuelan que en evolución exagerada pueden abrir puertas ¿?); aterradores tiranosaurios rex; vegetarianos cuellilargos braquiosaurios; dilofosaurios escupen veneno; remanentes de avestruces gallimimus; o el moribundo triceratops. Todo tomando vida mediante fascinante labor del maestro en f/x Stan Winston, con 4 Oscar en su haber (“Aliens”, “T2” por f/x y por maquillaje, y precisamente por su trabajo aquí con los Dynos), crea dynos mediante animatronics, a partir de fibra de vidrio, arcilla, látex y pintura. Redujo de 15 (del libro) a 6 los tipos de dinosaurios (anuló dynos voladores rapaces) que serían recreados. Esto en miscelánea con los programadores digitales (CGI) que crearon escenas en movimiento de los dinosaurios a partir de los animatronics, con sensación fluida natural.
Para devolver a la vida al gran depredador T-Rex se construyó un animatronic a escala real de doce metros de longitud, seis metros de altura y casi ocho toneladas de peso. Spielberg juega con la expectación del T-Rex (cual Tiburón en el epónimo), ha dejado miguitas, y anteriormente en la del inicio cuando está en la jaula y devora (sin sangre de por medio, todo aséptico) a los guardianes. Con uno de los clímax provocado por otro icónico momento del film como es ondas en el vaso de agua, en el todoterreno varado sin poder moverse, en medio de una tormenta tropical, el T-Rex escapa de su cautiverio por no haber energía que alimente las vallas electrificadas, provoca una secuencia terrorífica con el bicho jugando con el auto, culminando todo en persecución del T-Rex a otro coche. Pero todo esto bueno queda saboteado por el infantilismo de que solo muere uno d ellos personajes y es de un estereotipo que da dentera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Morcilla es la sub trama del corrupto Nedry (Wayne Knight), un pegote de personaje que parece estar en otra película, grotesco, con un plan oculto para sabotear al Parque robando embriones de Dynos, no tiene ni pes, ni cabeza la forma de desarrollarse, ridículo, propio de un cartoon malo, lo cual resta cualquier poder de tensión al film. Podrá haberse trabajado más para dar algo de dramatismo y no resultar Idiotesca.
Escena vibrante es la que tiene el núcleo en la gran cocina con dos Raptors acosando a los hermanitos Lex y Timmy. Comienza en el comedor del centro de visitantes, con sutilidad ingeniosa arranca con una cucharada de gelatina que tiembla en la mano de Timmy, y en otro mantra ‘spielbergiano’ (ya habíamos visto esto atomizado en la mencionada mirada asombrada de Grant). Entonces el hermano observa la atemorizada mirada de su hermana, la cámara corta a la visión acongojante de la sombra de un raptor tras una cortina. Entonces los hermanitos corren a refugiarse en la cocina, derivando en una secuencia acuciante (ello desconectando del tono en que sabemos por cómo va la cinta lo que pasará) de angustia vital con los niños escondiéndose d ellos amenazantes raptors, con ese ingenioso momento del raptor viendo a lo lejos a la niña intentando cerrar su escotilla sin éxito, como corre el bicho a por ella con ese mordaz final. Donde veremos ese icónico momento del raptor mirando por el ojo de buey de la puerta y soltando su respiración que enniebla el cristal. También hay un momento de humor negro cuando se comenta entre los científicos sobre la inteligencia de los raptors, poniendo de ejemplo que no puedan abrir puertas y entonces ha y un corte y vemos a los mismos abriendo una puerta con sus garras.
Ejemplo de un Spielberg inspirado es una secuencia que paradójicamente no tiene los dynos de protagonistas: Alan Grant y los niños (Lex y Tim) caminan por el parque, buscando llegar al refugio principal, tendrán de barrera una valla electrificada de gran altura, que Grant prueba (en un gag poco inspirado) y no está funcionando la energía por el corte de luz. Pero en paralelo vemos a Ellie Sattler, sin saber lo que pasa con Grant y los niños, intentando restablecer la energía ene l parque, esto provocará que la valla vuelva a estar electrificada. Spielberg maneja la escena prodigiosamente en la edición (su habitual Michael Kahn desde “Encuentros en la tercera fase”, y que ha obtenido de botín de esta colaboración exitosa tres Oscar: “En busca del Arca perdida”, “La lista de Schindler” y “Salvar al soldado Ryan”) para hacernos sentir emoción, para ello constantemente vemos en primer plano sobre la valla el letrero "Peligro: 10,000 voltios". Acelerando la situación el rugido de un dyno a lo lejos, mientras Ellie ceba el interruptor cuando solo queda el niño sobre la valla.
Spoiler:
Marca el tono ligero la escena primera de acción, la aparición avernal del T-Rex, ataca el coche con dos niños, la bestia prehistórica no puede llevarse a la boca, tampoco puede llegar al otro coche y se queda sin presa, pero oh, sorpresa! Si consigue cazar de modo ridículo al abogado mientras este está en el retrete, menudo cliché americano de que todos los abogados son malos y por tanto puede hacer gracia y poco dolor que los coma un T-Rex, de hecho entre todo lo que sucede en la isla, solo tres personas mueren allí por la furia desatada de los dynos, y solo al leguleyo lo vemos morir (por supuesto de modo aséptico, sin sangre alguna de por medio)los otros dos son fuera de pantalla.
Un divertimento pasajero, sin poder de ser algo más que un entretenimiento para todos los públicos, que en pos de esto pierde colmillo, siguen la máxima del creador de este Parque, Hammond, lo que importa es hacer plata! Amena, pero todo revestido de almíbar. Gloria Ucrania!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2023/06/jurassic-park-con-motivo-del-30.html
Escena vibrante es la que tiene el núcleo en la gran cocina con dos Raptors acosando a los hermanitos Lex y Timmy. Comienza en el comedor del centro de visitantes, con sutilidad ingeniosa arranca con una cucharada de gelatina que tiembla en la mano de Timmy, y en otro mantra ‘spielbergiano’ (ya habíamos visto esto atomizado en la mencionada mirada asombrada de Grant). Entonces el hermano observa la atemorizada mirada de su hermana, la cámara corta a la visión acongojante de la sombra de un raptor tras una cortina. Entonces los hermanitos corren a refugiarse en la cocina, derivando en una secuencia acuciante (ello desconectando del tono en que sabemos por cómo va la cinta lo que pasará) de angustia vital con los niños escondiéndose d ellos amenazantes raptors, con ese ingenioso momento del raptor viendo a lo lejos a la niña intentando cerrar su escotilla sin éxito, como corre el bicho a por ella con ese mordaz final. Donde veremos ese icónico momento del raptor mirando por el ojo de buey de la puerta y soltando su respiración que enniebla el cristal. También hay un momento de humor negro cuando se comenta entre los científicos sobre la inteligencia de los raptors, poniendo de ejemplo que no puedan abrir puertas y entonces ha y un corte y vemos a los mismos abriendo una puerta con sus garras.
Ejemplo de un Spielberg inspirado es una secuencia que paradójicamente no tiene los dynos de protagonistas: Alan Grant y los niños (Lex y Tim) caminan por el parque, buscando llegar al refugio principal, tendrán de barrera una valla electrificada de gran altura, que Grant prueba (en un gag poco inspirado) y no está funcionando la energía por el corte de luz. Pero en paralelo vemos a Ellie Sattler, sin saber lo que pasa con Grant y los niños, intentando restablecer la energía ene l parque, esto provocará que la valla vuelva a estar electrificada. Spielberg maneja la escena prodigiosamente en la edición (su habitual Michael Kahn desde “Encuentros en la tercera fase”, y que ha obtenido de botín de esta colaboración exitosa tres Oscar: “En busca del Arca perdida”, “La lista de Schindler” y “Salvar al soldado Ryan”) para hacernos sentir emoción, para ello constantemente vemos en primer plano sobre la valla el letrero "Peligro: 10,000 voltios". Acelerando la situación el rugido de un dyno a lo lejos, mientras Ellie ceba el interruptor cuando solo queda el niño sobre la valla.
Spoiler:
Marca el tono ligero la escena primera de acción, la aparición avernal del T-Rex, ataca el coche con dos niños, la bestia prehistórica no puede llevarse a la boca, tampoco puede llegar al otro coche y se queda sin presa, pero oh, sorpresa! Si consigue cazar de modo ridículo al abogado mientras este está en el retrete, menudo cliché americano de que todos los abogados son malos y por tanto puede hacer gracia y poco dolor que los coma un T-Rex, de hecho entre todo lo que sucede en la isla, solo tres personas mueren allí por la furia desatada de los dynos, y solo al leguleyo lo vemos morir (por supuesto de modo aséptico, sin sangre alguna de por medio)los otros dos son fuera de pantalla.
Un divertimento pasajero, sin poder de ser algo más que un entretenimiento para todos los públicos, que en pos de esto pierde colmillo, siguen la máxima del creador de este Parque, Hammond, lo que importa es hacer plata! Amena, pero todo revestido de almíbar. Gloria Ucrania!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2023/06/jurassic-park-con-motivo-del-30.html