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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Ciencia ficción. Aventuras El multimillonario John Hammond consigue hacer realidad su sueño de clonar dinosaurios del Jurásico y crear con ellos un parque temático en una isla remota. Antes de abrirlo al público, invita a una pareja de eminentes científicos y a un matemático para que comprueben la viabilidad del proyecto. Pero las medidas de seguridad del parque no prevén el instinto de supervivencia de la madre naturaleza ni la codicia humana. (FILMAFFINITY)
8 de junio de 2023
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
143/26(27/05/23) Con motivo del 30 aniversario del estreno de este exitoso film (13/06/1993), me lo he revisionado. Me resulta hinchada esta aventura dirigida por Steven Spielberg en su gran año, esta es su peli más taquillera (lo fue de la Historia hasta llegar “Titanic”) y solo 5 meses después estreno la que le dio su tan ansiado primer Oscar tras 5 nominaciones, "La lista de Schindler”, por la que obtuvo dos (Director y Película). Con la que estoy fue un pelotazo por el avance extraordinario con respecto a efectos visuales, film parte aguas en este sentido, su triunfo hizo surgiera en el mundo la Dynomania, emparejada a big bang de mercadotecnia ligada a estos extinguidos seres, tres décadas después sigue vivo con el estreno de secuelas del film, última de 2022 (“Jurassic World: Dominion”), desde la tercera, sin dirección del Rey Midas de Hollywood, pero por poniendo el cazo.

Esta primera entrega basada en la novela homónima de 1990 de Michael Crichton, guion del mismo y David Koepp (“Carlito’s way), este último limó aristas de violencia del libro, amansándolo, hasta infantilizarlo. Historia mezcla entre “King Kong” (las enormes puertas de entrada al parque son homenaje al film de 1933), “Tiburón”, sobre todo tiene mucho del primer largo del novelista seminal del film, “Westworld”, versaba sobre un parque temático donde el ser humano había creado seres atractivos al visitante, en este caso robots con forma humana, terminaban descontrolándose y siendo peligro mortal para los creadores humanos, mismo relato cambiando robot por dinosaurios, originalidad nula en este aspecto. Siendo su leit motive el de “Frankenstein”, lo de los peligros del humano en querer jugar a ser Dios, y aquí no hay nada nuevo bajo el sol en este aspecto.

Relato arrítmico, primera mitrad tediosa, presentación de personajes densa, sobrellevable por una clase (ficticia) de como traer dynos a nuestro tiempo a través de mosquitos (¿?), el asombro por la visión de los saurios es un flash (imagen icónica de Sam Neill observando lo imposible a lo lejos en uno de esos zooms sobre el rostro de Spielberg), y a otra cosa. Teniendo momento “Tiburón” (saboteado porque ya hemos visto a los Dynos) en cómo nos muestran fuera de cámara al T-Rex, como devora vacas, deja su visión para adelante, pero el efecto sorpresa (como ya he dicho) habría sido harto mejorable si no hubiésemos visto anteriormente Dynos. Para colmo estos resultan humanos insulsos, con menos fondo que una lata de anchoas, solo demuestra algo de carisma Richard Attenborough, resto van de lo insulso (Sam Neill, Laura Dern [estos dos con una sub trama ridícula, son pareja, no en el libro, y él parece repudiar a los niños, y al final oh sorpresa…, y ella los mira con carita de quiero ser madre’, puaj!] Bob Peck o Samuel L. Jackson) a lo irritante (Jeff Goldblum [aunque paradójicamente tiene las frases más luminarias que son el leit motive del film sobre la teoría del caos, su actuación de play boy resulta grotesca, y que pinta un matemático aquí?], Wayne Knight [para mí siempre será el mítico Newman de la “Seinfeld”, aquí en un rol caricaturesco hasta lo guiñolesco, nadie se puede creer que nadie serio pueda fichar a este fantoche como cerebro de la seguridad de este parque, burla al espectador, hace la posible seriedad se tambalee de forma imposible de levantar], Martin Ferrero [en rol cliché de leguleyo ridículo y por tanto todos sabemos que será …, pues eso], o los niños Joseph Mazzello, Ariana Richards [aspirante penosa a Sream Queen], seres de cartón piedra a los que nos importa entre muy poco y nada lo que les pase, son transparentes.

Segunda mitad trepidante de acción, frenética de peligros, en realidad yo no siento intensidad dramática, se sabe los que van a morir y los que sobrevivirán y no hay sorpresas, relato manso, para todos los públicos, incluso enfocado a niños, para no molestar no hay ni sangre, apenas tres muertes y solo visible una, tan pueril que desconecto de cualquier tensión dramática, y eso que tiene momentos apreciables, pero le falta poder hincarme el diente.

Por supuesto valores de producción sensacionales, sentimos esos animales prehistóricos (Jurásico o Cretácico) son reales: peligrosos velocirraptores, acuchillan y atacan en manadas (nos cuelan que en evolución exagerada pueden abrir puertas ¿?); aterradores tiranosaurios rex; vegetarianos cuellilargos braquiosaurios; dilofosaurios escupen veneno; remanentes de avestruces gallimimus; o el moribundo triceratops. Todo tomando vida mediante fascinante labor del maestro en f/x Stan Winston, con 4 Oscar en su haber (“Aliens”, “T2” por f/x y por maquillaje, y precisamente por su trabajo aquí con los Dynos), crea dynos mediante animatronics, a partir de fibra de vidrio, arcilla, látex y pintura. Redujo de 15 (del libro) a 6 los tipos de dinosaurios (anuló dynos voladores rapaces) que serían recreados. Esto en miscelánea con los programadores digitales (CGI) que crearon escenas en movimiento de los dinosaurios a partir de los animatronics, con sensación fluida natural.

Para devolver a la vida al gran depredador T-Rex se construyó un animatronic a escala real de doce metros de longitud, seis metros de altura y casi ocho toneladas de peso. Spielberg juega con la expectación del T-Rex (cual Tiburón en el epónimo), ha dejado miguitas, y anteriormente en la del inicio cuando está en la jaula y devora (sin sangre de por medio, todo aséptico) a los guardianes. Con uno de los clímax provocado por otro icónico momento del film como es ondas en el vaso de agua, en el todoterreno varado sin poder moverse, en medio de una tormenta tropical, el T-Rex escapa de su cautiverio por no haber energía que alimente las vallas electrificadas, provoca una secuencia terrorífica con el bicho jugando con el auto, culminando todo en persecución del T-Rex a otro coche. Pero todo esto bueno queda saboteado por el infantilismo de que solo muere uno d ellos personajes y es de un estereotipo que da dentera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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