Fui a verla a los cines muy esperanzada porque de aquella sacaban un reportaje en un suplemento semanal que la ponía por las nubes. Era el primer paso de un director que partía con ventaja promocional por ser el hijo del gran John Cassavetes y que además contaba con la presencia de una actriz mítica, Gena Rowlands, mujer de John y madre de Nick. Imagino que el bombo provendría más de eso que de que existiese una gran promesa en sí misma. No parece que Cassavetes vaya a alcanzar ni por asomo el estatus de su padre.

No es más que una edulcorada comedia dramática en la línea de ilustres porquerías como "La fuerza del cariño", película que personalmente no soporto. Tiene ese rollo de película babosona disimulada bajo pretendidos ropajes de sensibilidad y comedia que no logran esconder el sirope que rezuma por todos lados. Además, me jode e irritan los personajes como el de Marisa Tomei, que parece que para demostrar que un personaje rebosa joie de vivre tiene que estar medio mal de la cabeza, emitir risitas histéricas y gesticular como un mono esquizoide. No sólo no me lo creo, además le propinaría una buena patada a una persona de esta índole si tuviera la desgracia de sufrirla de vecina.

Ni siquiera Gena Rowlands es tan excepcional para subir la nota a esta tontuna. Me gusta más Moira Kelly, mucho más comedida que los histéricos Gérard Depardieu y Marisa Tomei. El guión apesta y la historia la he visto mil veces.

No recomendable si teneis alergia a este tipo de historias, este filme no hará más que confirmaros en vuestra decisión de pasar de verlas.