Hace unos tres años y después de ver un especial acerca de esta película de Ridley Scott, a mi chico y a mí nos entraron súbitas ganas de revisionar una película que recordábamos con reverencial acojone de nuestros años adolescentes. Con todo el entusiasmo que una obra de ese calado merece, nos pusimos en dvd, nos tapamos con la mantita y abrimos mucho los ojos para no perdernos ni un solo babeo del bicho diseñado genialmente por Giger.

Empezó la película y ¡espera! esto no es como yo lo recordaba.

Hacia la mitad de la película, me empieza a entrar sueño y mi compañero me da un codazo y me dice: "No te duermas ahora, que viene lo interesante".

Hacia el final de la película, todavía estoy esperando lo interesante. O yo he crecido más que la película ¡o la película se ha vuelto más pequeña!.

Recordaba un habitáculo de claustrofobia estelar al estilo de "Pórtico" y joer, esa nave es tres veces más grande que mi casa. Tiene mérito sentirse encerrado allí.

Recordaba un bicho enorme, babeante, horroroso y terrorífico. Pero no es tan grande, ni aterroriza tanto y las babas acaban dando más risa que horror.

Pero me agarraba a una última cosa...¡Ripley! Personaje carismático, de una pieza, una de las primeras grandes señoras del cine de acción, dura y pragmática...

Y falló.

Si no viste la película a estas alturas, no vayas al spoiler.