En un indeterminado, pero cercano futuro, alguien inventa un cacharrito para monitorizar los recuerdos. Utilidades del asunto:

- Te has olvidado de las llaves, pones tu cacharrito anti-olvido y las localizas en el último lugar en que las dejaste.
- Has discutido con tu churri por algo que él o ella afirman que nunca dijeron; basta con retroceder en la grabación que han realizado vuestros mutuos cacharritos para saber quién tiene razón. Discusión zanjada.
- Has estudiado toda la noche para el examen y la información todavía se encuentra en tu cabeza, pero por algún motivo no te acuerdas absolutamente de nada de lo que leíste. Cacharrito y ¡hala! aprobado asegurado.

Contrapartidas: todas las que se te ocurran. Una de ellas es la que le sucede al protagonista de esta magistral pequeña historia que llegará al alma y a los recuerdos de los que alguna vez hayan tenido corazón y memoria.

¿Cuál es la respuesta de Charlie Brooker a la pregunta de mi título? "Es el puto infierno"