Sayo Yamamoto es una directora de animación japonesa que vale la pena seguir y reivindicar. Ha trabajado con los más grandes autores de la industria desde que reconociera su potencial el mismísimo Satoshi Kon, auspiciando un proyecto sobre samuráis centrado en el mítico Yojimbo de Toshiro Mifune que, lamentablemente, nunca llegó a ver la luz, siendo sustituido por Eureka Seven, la curiosa serie de mecas snowboarders.

Tras trabajar codo con codo con Masaaki Yuasa en Kemonozume, Shinichiro Watanabe en Samurai Champloo, crear la fantástica serie Michiko to Hatchin y realizar storyboards para Evangelion 3.0 junto con Hideaki Anno, este último le propuso unirse al plantel de animadores de la Animator Expo, un proyecto de promoción de cortometrajes animados.

Yamamoto aceptó la propuesta y la aprovechó para explorar un concepto que le apasionaba desde hacia tiempo: el patinaje sobre hielo. Así nació, Endless Night, el germen de la futura Yuri!!! on Ice, sobre la evolución de un chico que desea patinar con toda sus fuerzas, desde que contempla las competiciones en la televisión de niño hasta que participa él mismo en ellas de adulto. Todo el esfuerzo de los ensayos, la entrega y la pasión sobre la pista que veíamos en Yuri!!! On Ice condensada en apenas cinco minutos a ritmo musical y con la elegancia de las coreografías de Kenji Yamamoto, ex-campeón de patinaje artístico que colaboró íntegramente para el proyecto.

La dirección dinámica que nos brinda Yamamoto con movimientos pulcros y sincronizados resulta toda una experiencia gracias, además, a una animación solvente que emplea el coloreado para destacar elementos y momentos en el tiempo. No es de extrañar tampoco que detrás de la dirección artística y el diseño de personajes esté un mangaka consumado como es Atsushi Kamijo, completando un equipo creativo que trabajaría de inmediato en una propuesta de serie cosechando un gran éxito. Un bonito cortometraje sobre una idea en expansión que tuvo la suerte de poder expandirse.