Fue la primera película de Batman que vi en el cine, junto con mi padre.

No la vi en un cine cualquiera. Esa sala se llamaba Cine Variedades y estaba en San Lorenzo de El Escorial. Fue la única película que vi allí.

Para mí, esta película significó afianzar mi gusto de la saga Batman. Pero, por encima de todo, me gustó el enfoque que le dio Schumacher porque añadió acción, comedia (que es la que predomina), alguna situación surrealista, un Batman mega cercano a todos los públicos, una intrahistoria de los villanos y la sobrina de Alfred que, a mi juicio, son interesantes y que dan mucho juego a posibles secuelas o spin offs.

Es cierto que hay muchos detractores de ella, pero si la véis con los ojos de un niño, veréis que es disfrutable y está muy bien.

No tengo nada más que añadir. Seguirá siendo para mí un Batman que perdurará en el tiempo.