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Voto de Airam:
14.639
Drama
Basada en hechos reales. Philomena Lee, una adolescente irlandesa que vivía en un internado de monjas, se quedó embarazada y se vio obligada a dar a su hijo en adopción. Cincuenta años después, decide contárselo a su hija y se pone en contacto con un periodista de la BBC para que le ayude a contar su historia y a encontrar a su hijo. (FILMAFFINITY)
16 de mayo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Philomena es una película que te hará soltar alguna lagrimilla y que te conmoverá, porque está basada en hechos reales.
Martin Sixsmith (Steve Coogan) es un periodista que acaba de ser despedido de su puesto como asesor político del gobierno británico. Anteriormente había sido corresponsal de la BBC en Moscú y en Washington y ahora se encuentra desubicado.
Una noche en una fiesta Sally Mitchell le comenta que estaría interesada en un reportaje de interés humano. Esa conversación es escuchada por una camarera que esa misma noche se ha enterado que hace 50 años su madre Philomena Lee (Judi Dench) tuvo un hijo siendo una adolescente y que las monjas lo dieron en adopción sin contar con ella y lleva todo este tiempo buscándolo sola y ahora quiere ayuda.
En la película hay dos historias que corren a la par. Por un lado el periodista agnóstico y desencantado acostumbrado a las noticias de interés mundial, a moverse en los círculos de poder y al que la vida y su trabajo le resultan ahora banales y por el otro una jubilada irlandesa que se considera buena católica que se ha pasado toda su vida buscando al hijo que le arrebataron, en silencio sin ni siquiera contárselo a su familia. Dos personalidades totalmente distintas que tendrán que entenderse.
Las interpretaciones son buenas pero para mí lo mejor es el argumento y la dirección. Está muy bien narrada con algunos flashback que nos muestran toda la historia de una pobre chica irlandesa que siendo adolescente se quedó embarazada en un encuentro casual y de como la única salida que tuvo fue ir con las monjas, las cuales en vez de ayudarla a ella una “pobre” pecadora prefirieron ayudar a una pareja de devotos americanos “ricos” con los cuales el niño estaría mucho mejor.
La película no busca la lágrima fácil, aunque consigue emocionarte y tampoco la veo anticlerical ni nada de eso, no deja en muy buen lugar a las monjas porque los hechos ocurrieron así, y el creerse mejor que otros u otras, o juzgar a otras personas no son sentimientos muy cristianos. “Quien esté libre de culpa tire la primera piedra”.
Martin Sixsmith (Steve Coogan) es un periodista que acaba de ser despedido de su puesto como asesor político del gobierno británico. Anteriormente había sido corresponsal de la BBC en Moscú y en Washington y ahora se encuentra desubicado.
Una noche en una fiesta Sally Mitchell le comenta que estaría interesada en un reportaje de interés humano. Esa conversación es escuchada por una camarera que esa misma noche se ha enterado que hace 50 años su madre Philomena Lee (Judi Dench) tuvo un hijo siendo una adolescente y que las monjas lo dieron en adopción sin contar con ella y lleva todo este tiempo buscándolo sola y ahora quiere ayuda.
En la película hay dos historias que corren a la par. Por un lado el periodista agnóstico y desencantado acostumbrado a las noticias de interés mundial, a moverse en los círculos de poder y al que la vida y su trabajo le resultan ahora banales y por el otro una jubilada irlandesa que se considera buena católica que se ha pasado toda su vida buscando al hijo que le arrebataron, en silencio sin ni siquiera contárselo a su familia. Dos personalidades totalmente distintas que tendrán que entenderse.
Las interpretaciones son buenas pero para mí lo mejor es el argumento y la dirección. Está muy bien narrada con algunos flashback que nos muestran toda la historia de una pobre chica irlandesa que siendo adolescente se quedó embarazada en un encuentro casual y de como la única salida que tuvo fue ir con las monjas, las cuales en vez de ayudarla a ella una “pobre” pecadora prefirieron ayudar a una pareja de devotos americanos “ricos” con los cuales el niño estaría mucho mejor.
La película no busca la lágrima fácil, aunque consigue emocionarte y tampoco la veo anticlerical ni nada de eso, no deja en muy buen lugar a las monjas porque los hechos ocurrieron así, y el creerse mejor que otros u otras, o juzgar a otras personas no son sentimientos muy cristianos. “Quien esté libre de culpa tire la primera piedra”.
