En principio el argumento ( Un hombre se presenta en tu casa y te ofrece un millón de dólares bajo la condición de pulsar un botón sabiendo que si lo haces una persona totalmente desconocida morirá) podía parecer atractivo. Piensas que la película va a tratar del dilema moral y las consecuencias que van a derivar de pulsar o no el botón. Pero no:

La película es inconexa, olvidable, confusa y carente de argumento. Es imposible empatizar con ninguno de los dos protagonistas (El chico Disney y Cameron bicho-palo Díaz) La continua sucesión de escenas forzadamente ñoñas hace que toda posible tensión quede diluida. Y ojalá esto fuese lo peor...

Marcianos autistas, personajes secundarios que tienen como única función menstruar por la nariz, empleados de la NASA sacados del sálvame, unas interpretaciones dignas de la aspiradora de los Teletubbies; en fin, una una explosión diarréica de pus cinematográfico.