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San Vicente y las Granadinas San Vicente y las Granadinas · São João dos Angolares
Voto de DrJuve:
8
Thriller. Intriga. Drama Justin Quayle (Fiennes) es un diplomático británico destinado en Kenya cuya mujer es asesinada junto a un hombre sospechoso de ser su amante, un activista defensor de los derechos humanos de la región. Quayle decide entonces investigar los asesinatos, y comienza a descubrir mucho más de lo que esperaba... (FILMAFFINITY)
6 de septiembre de 2010
27 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fernando Meirelles logra su segunda gran obra. No llega al nivel de perfección y maestría que tuvo con Ciudad de Dios, sin embargo consigue un thriller completo, con un argumento basado en un tema poco divulgado, pero que cada vez toma mayor relevancia en nuestra sociedad: el engaño y la mafia de la industria farmacéutica.
Las actuaciones son buenas, especialmente la de Rachel Weisz, en cuanto a la dirección se podría comenzar a hablar de un estilo "Meirelles", es decir: thriller político, ambientado en locaciones tercermundistas, con toques de violencia necesarios para el desenvolvimiento argumental, héroes humanizados que pocas veces logran vencer a los poderosos villanos, a todo esto se le suma la excelencia fotográfica de César Charlone.
Pocas películas abordan este tema: el fraude farmacéutico. La industria farmacéutica ofrece "salud" a millones de pacientes, pero en su lugar, distribuye productos que simplemente alivian los síntomas al tiempo que mantienen la enfermedad subyacente, como condición previa para el futuro de su negocio. Para disimular este fraude, las farmacéuticas gastan el doble de dinero en ocultarlo que en investigación sobre terapias futuras.
La desilusión crece al analizar y entender que el objetivo de las campañas de mercadotecnia de esta industria son las personas SANAS, a través de publicidad basada en el miedo. Hace años veíamos comerciales con el argumento de: “si está con tos compre Antitusín”, hoy el discurso ha cambiado y vemos: “compre Antitusín y no tendrá tos”.
La tesis Robinson explica que las farmacéuticas sólo investigan, desarrollan y ponen en el mercado fármacos que cumplan tres premisas: estar dirigidos al primer mundo, aliviar los síntomas -que no siempre significa curar las enfermedades- y necesitar un uso prolongado, lo que hace aumentar las ventas. El resultado es que medicamentos contra la obesidad o la impotencia inunden las farmacias occidentales, mientras que la malaria, el chagas, la tuberculosis y el dengue siguen matando a miles de personas.
35.000 personas mueren cada DÍA en el mundo porque la industria farmacéutica dice que padecen "enfermedades no rentables". La enfermedad de Chagas por ejemplo mata a miles de personas al año en Sudamérica y esta macabra industria ha invertido en investigación sobre este mal un equivalente al 0,4% de lo que ha invertido en la calvicie.
Dr.Juventus
DrJuve
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