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España España · Barcelona
Voto de Redelbe:
10
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24 de octubre de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Su primera virtud es que le da absolutamente igual la estandarización mentecata y uniforme de los contenidos en las películas actuales. Le da igual. Sigue su camino radical prescindiendo de que sabe que hay mucha gente que no está preparada para entenderla. Por lo tanto, es una obra autoral libre y merece, si cabe, aún más respeto por ese riesgo y compromiso.

La trama reúne muchos de los elementos habituales de Almodóvar como son la identidad, la belleza y la moral, pero transita por los códigos de un género nuevo para él como es el cine negro. Subversiva en los códigos del mismo y radical en su puesta en escena, aporta mucho más de lo que toma. Profundiza en las entrañas esenciales del género para enriquecerlo y proponer. Muestra de ello son la moralidad que impulsa la trama principal y también las secundarias así como el protagonismo absoluto de las emociones. Por otro lado, lo que relata es suficientemente retorcido como para que Almodóvar aparque ciertos excesos y limpie la escena de elementos superflúos, reiterativos o recargados. Tambíén Antonio Banderas está expresamente contenido en su histrionismo.

Historia bizarra pero cercana, increíble pero comprensible, imposible pero veraz, muestra otra vez la capacidad del cine para soñar, inventar y alejarse de esa generalizada moda que apuesta por un falso realismo y una cámara temblorosa que oculta tantas y tantas carencias.

Elena Anaya aparece bella, poderosamente artificial y perfecta. Los ojos de esta chica no se pueden pagar con dinero.

Además, como culminación, nos regala una de las mejores escenas finales en años y una frase conclusiva perfecta que resume con emoción, ingenuidad y mordazidad todo lo que la película contiene. Pelos de punta. ¡Qué suerte ser coetáneo de este tío!
Redelbe
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