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Voto de Quiscol:
6
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10.244
Thriller. Comedia
Una conocida familia mafiosa americana se traslada a la región francesa de Normandía bajo un programa de protección de testigos del FBI. Aunque hacen lo posible para adaptarse a su nuevo estilo de vida, enseguida se verán obligados a utilizar los viejos métodos para solucionar los problemas familiares. Adaptación de 'Badfellas', novela de Tonino Benacquista. (FILMAFFINITY)
22 de julio de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La actitud mafiosa no es algo que se lleve en los genes, es algo que se mama desde pequeño y que se potencia con la edad conforme perfeccionas tu aprendizaje. También se te pega del que tienes cerca; como dice el refrán, todo se pega, menos la hermosura. En este caso, la mujer del mafioso ya es hermosa por sí misma y aunque en algún momento de la película pueda parecer modosa y resignada, puntualmente aparecen unos ramalazos que te permiten apreciar su lado más salvaje y que te acaba gustando tanto.
La familia que practica las malas artes mafiosas unida, permanece unida. Como le pasa a la familia protagonista que no hace más que saltar de una ciudad a otra, arrastrando sus tendencias violentas donde quiera que vayan.
Lo curioso es que te acaban pareciendo unos personajes atractivos; a quién no le gustaría dar rienda suelta a sus instintos y sentimientos más oscuros sin apenas remordimientos, pensando que has hecho lo que debías, que el otro es un auténtico capullo y se merecía esa paliza.
Lo más curioso es que las autoridades americanas les protegen y salvan de cada uno de los atolladeros a semejantes criminales, para que delaten ante un tribunal a otros de su clan, a otros de su calaña. Quizá algo no funciona en el sistema de protección de testigos. Dónde están los límites? No es gracioso lo que hacen.
La familia que practica las malas artes mafiosas unida, permanece unida. Como le pasa a la familia protagonista que no hace más que saltar de una ciudad a otra, arrastrando sus tendencias violentas donde quiera que vayan.
Lo curioso es que te acaban pareciendo unos personajes atractivos; a quién no le gustaría dar rienda suelta a sus instintos y sentimientos más oscuros sin apenas remordimientos, pensando que has hecho lo que debías, que el otro es un auténtico capullo y se merecía esa paliza.
Lo más curioso es que las autoridades americanas les protegen y salvan de cada uno de los atolladeros a semejantes criminales, para que delaten ante un tribunal a otros de su clan, a otros de su calaña. Quizá algo no funciona en el sistema de protección de testigos. Dónde están los límites? No es gracioso lo que hacen.