Parece (al comienzo) que nos encontramos ante una nueva película con el sello Allen. Sin embargo, conforme se desarrolla la trama, encontramos una preciosa sátira sociopolítica que retrata con atino la famosa Caza de Brujas de los años 40. Woody Allen y Zero Mostel (que realmente estuvo en la lista negra de Hollywood) nos brindan unas actuaciones memorables en su punto tragicómico. Todo con ese aroma de cine setentero tan mágico y que luego contagió a otras películas de Allen como Annie Hall y Manhattan. Si eres un nostálgico con buen gusto no puedes perdertela.