Es una obra que tiene sus aciertos, pero también cuenta con numerosas fallas. Uno de los aspectos positivos de la película son los impresionantes efectos visuales y las secuencias de acción, que sin duda mantienen al espectador entretenido y fascinado con las majestuosas escenas.

Además, el elenco cuenta con actores talentosos, como Gerard Butler, Nikolaj Coster-Waldau y Geoffrey Rush, que hacen un buen trabajo interpretando a los dioses y personajes mitológicos. Sus actuaciones resultan convincentes y aportan cierta profundidad a los personajes.

No obstante, donde la película realmente flaquea es en su guion y desarrollo de la trama. A pesar de tener una premisa interesante sobre la lucha entre dioses y la búsqueda heroica de salvar al mundo, la historia carece de cohesión y consistencia. Hay momentos en los que se pierde el enfoque y se presentan situaciones confusas que dificultan el seguimiento de la trama.

Además, la película recibe fuertes críticas por su falta de autenticidad histórica y su insensibilidad cultural. La elección de actores predominantemente blancos en roles egipcios y la falta de diversidad en el elenco han generado controversia y acusaciones de apropiación cultural. Esto es especialmente inapropiado en una película ambientada en el antiguo Egipto, con una rica herencia e influencia africana.

Otro aspecto negativo es la falta de desarrollo de los personajes, lo que hace difícil conectarse o empatizar con ellos. Las motivaciones y conflictos de los protagonistas no están suficientemente definidos y algunos de ellos incluso resultan estereotipados.

En definitiva, "Dioses de Egipto" es una película que podría disfrutarse por sus impresionantes efectos visuales y secuencias de acción, pero que se ve opacada por sus deficiencias en términos de guion, desarrollo de personajes y autenticidad cultural. No logra trascender el género de la fantasía y aportar una historia sólida y significativa. Por lo tanto, no puedo darle una puntuación alta en términos de calidad cinematográfica.