Con esta obra se invento el lenguaje cinematográfico, el primer plano, la narrativa y etc. etc. muchos más y buenos calificativos pueden sin duda otorgársele, pero lo que queda por encima de todo, lo que a mi me queda es el exacerbado racismo que esta presente y latente de manera continua en la segunda parte de la cinta. Era el año 1915, cierto que han pasado casi cien años, pero es del todo inadmisible e incomprensible esa manera de actuar, en el colmo de la arrogancia hasta los actores que interpretaban a los negros eran blancos maquillados, lo leo y casi no doy crédito, me parece imposible.
Intentando abstraerse de ello, tarea en la practica complicada, hay escenas en la película extraordinarias, algunas por su espectacularidad como las de las batallas, otras porque emocionan y conmueven, las escenas de los enamorados, muy liricas pero para nada cursis, las duras, cuando los seres queridos se van tan pronto y de forma tan injusta, y como las familias sufren y aceptan lo inaceptable, memorables secuencias que tantos cinéfilos tienen en la retina y la historia del cine en su haber.
Probablemente los negros del sur después de tantos años y generaciones de esclavitud, de opresión y represión, al verse libres y con cierto poder algunos de ellos cometieran actos reprobables o incluso criminales, pero las barbaridades que aquí se explican y se dan por hecho, la idea que se trasmite de que todos eran iguales, groseros, incultos, patanes y los blancos buenos y victimas, la misma justificación de la aparición y consolidación durante unos años del Ku Klus Klan me parece abominable, y dice muy poco acerca de la moralidad de esta película.
Con todos sus meritos artísticos, con todas sus escenas conmovedoras, con las excelentes interpretaciones, pero con su nefasto mensaje, lo que me pide el cuerpo es estamparle un cero bien redondo, pero la razón existe y no se puede obviar tan fácilmente.