Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de picais:
8
Thriller. Drama Mildred Hayes (Frances McDormand), una mujer de 50 años cuya hija adolescente ha sido violada y asesinada, decide iniciar por su cuenta una guerra contra la Policía de su pueblo, Ebbing, al considerar que no hacen lo suficiente para resolver el caso y que se haga justicia. Su primer paso será contratar unas vallas publicitarias denunciando la situación y señalando al jefe de policía, William Willoughby (Woody Harrelson), como ... [+]
3 de marzo de 2018
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada animal que poblamos la tierra, cada uno de nosotros, sea de la especie que sea, tiene su digamos personalidad, dentro lógicamente de la especie a la que pertenece, habrá matices, no digo que no, más uniformidad entre los insectos y tal vez menos entre los mamíferos, pero cada uno de nosotros somos únicos. Tengo la impresión que ello tambien sucede con el reino vegetal, resaltando de nuevo lo mismo, quizás haya más uniformidad en un campo de trigo que en un bosque de robles, aunque otra vez he de añadir, con sus matices. Pensar mucho no suele ser nada bueno, lo más fácil es que acabes como mínimo con dolor de cabeza, un poco chiflado, o en un psiquiátrico: si encima compartes tus pensamientos y conclusiones con los demás, es muy posible que incluso antes de que se declare el dolor de cabeza, ya te consideren loco de remate. Yo procuro no pensar en exceso no vaya a ser que suceda con rapidez lo antes expuesto.
Hecha esta salvedad y siguiendo con lo planteado al inicio, esa forma de ser y de interactuar que nos hace únicos, seas animal o vegetal, va más allá, mucho más allá, se extiende a otras muchas facetas de la vida en este planeta. Por ejemplo el arte, sea el tipo de arte que sea, pintura, literatura, danza, etc. Creas una actividad y desde que comienza a consolidarse sigue ya su camino, ya su creador o creadores no podrán jamás controlarla, y dentro de ella probablemente saldrán subespecies que seguirán su propia evolución. El cine es un clarísimo ejemplo de ello, se creó en su día, se consolidó, y fue evolucionando de diferentes formas, según los países, tendencias o épocas. El cine de hoy día, para los que somos cinéfilos nostálgicos, para los que hemos mamado el cine clásico, para los que nos hemos deleitado horas y horas disfrutando de esas películas, casi siempre en blanco y negro, plenas de imaginación y talento, de diálogos increíbles, de intérpretes carismáticos. Para esos como yo, el cine de hoy, el cine de encefalograma plano, de grandes efectos y tecnología punta, de ausencia de guiones, de títulos de crédito que duran casi tanto como la película, nos defrauda casi siempre. Pero claro una vez creada la bestia quien la controla ya, por fortuna supongo, tiene su propia vida, y se mueve a su antojo: nada puede hacer un guionista, un productor, un director, un puñado de actores por controlarla, ni tan siquiera por corregirla. Pueden eso si añadir una pincelada de esperanza, quizás como un grito en la jungla que nadie escuchará, o tal vez como una bocanada de aire fresco para el moribundo, En cualquier caso, cuando eso ocurre, hay que disfrutarla. Una flor no hace primavera pero nos recuerda que la primavera existe o que existió en alguna época.
Y eso es esta película, un pequeño oasis en ese desierto, con unas magníficas interpretaciones, un guion excelente, y algunos detalles de película grande. Lástima de ese último minuto que le sobra, pero así y todo disfrute mucho con su visionado. Espero que los premios, aunque eso no sea lo importante, no sean cicateros con ella, se los merece. Pero si no fuera así, no pasa nada, el mejor premio siempre es el haber hecho disfrutar al espectador. Y doy fe de que conmigo lo ha conseguido.
picais
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow