Es ésta sin duda una película hermosa, con ella Kar Wai cierra una trilogía antológica, una trilogía que rezuma sensualidad y derrocha romanticismo, más dura en las formas y con más aristas Días Salvajes, más melancólicas y suaves Deseando Amar y 2046, pero igualmente desgarradoras e igualmente perturbadoras.
La poesía sigue en movimiento y de nuevo al ritmo de otra banda sonora impresionante, la elección de los temas es acertadísima, le van a las imagines como anillo al dedo. Aquí el protagonista se vuelve más cínico y descreído, ya no esta dispuesto a enamorarse tan fácilmente para después sufrir, pero ello no es tan sencillo, a veces el enamorarse es simplemente inevitable. Tony Leung me recuerda a Clark Gable y las actrices con Gong Li a la cabeza, además de preciosas hacen un trabajo impresionante.
Es muy difícil volver a alcanzar el nivel conseguido en Deseando Amar y quizás 2046 esta un punto por debajo, tal vez y por ponerle un pero tiene un metraje algo mas largo de lo que nos tiene acostumbrados Kar Wai y esto la perjudica, y en algún momento el componente futurista puede hacerla algo confusa.
Por lo demás Kar Wai nos sigue hablando de los sentimientos, de las heridas que no se cierran, de recuperar el pasado y lo hace con una belleza extraordinaria, pero a la vez nos dice que eso puede ser imposible incluso en 2046 donde los recuerdos se recuperan, pero de donde no se vuelve. El personaje que interpreta Tony Leung no consigue desde luego desprenderse de su pasado ni tampoco recuperarlo y aunque intente protegerse bajo la coraza del cinismo no siempre puede evitar el sufrimiento. Tal vez no hay que darle más vueltas, la vida es así la mayoría de las veces y ese en el fondo sea el mensaje, siempre corremos detrás de un sueño o de un imposible y casi nunca lo logramos. Pero si esto nos lo cuentan con la belleza y sensualidad que lo hace Kar Wai y nos deleita además con esa maravillosa banda sonora, bienvenidos sean el desamor y el sufrimiento.