Otra de las mégalomaníacas incursiones de Ridley Scott en el terreno del "Peplum", o si se quiere del cine de "gran aparataje" para recrear desde la evasión, hechos de trascendencia histórica. (Denominación "cursi" donde las haya, pero socorrida para abarcar los distintos ámbitos del calendario histórico del director en los cuales se va moviendo a lo largo de loa años. (Medieval, grecorromana, y ahora egipcio-hebreo-bíblico)
Con una visión sobredimensionada de la época y de los lugares a retratar, merced a unos efectos digitales casi desmedidos (y que en una producción de estas características llegan incluso a parecer incongruentes, Scott ofrece un correcto ejercicio de customización absoluta de la Biblia que haría que De Mille pareciera un transcriptor literal.

Y es gracias a esa visión fantasiosa lo que permite, que Scott ofrezca algunos aspectos bastante interesantes, como puede ser el doble y subversivo juego moral, el bien es tan oscuro como el mal; interpretando estos conceptos a través de la mente de un Dios-niño, que en sus juicios de irreflexiva inmadurez, resulta tan cruel, como puerilmente perverso frente a la razón objetiva de un Cristian Bale humano. También cabe destacar la aplicación de los FX en la estremecedora recreación de las plagas con traslado al espectador de fotogramas de impactante realismo "casi" documental.

A parte de esto, el resto es lo reiterativo, incluyendo un Joel Edgerton, que llevando al límite los "tics" del Ramses de Yul Brinner, compone a un personaje histórico al que sólo falta andar por las calles de Tebas haciendo chasquidos con los dedos y con un "Camel" en la boca, pero en cualquier caso, con la adecuada presencia física.

Para dar mayor empaque, el reparto lo completan, como suele ser habitual, actores y actrices "tótem" de grandes recursos escasamente aprovechados: Ben Kingsnley o Sigourney Weaver, y para pagar el inevitable tributo al rodaje en las serranías hispanas, la presencia de una de las grandes "pavisiesas" de España, pero de muy bonita carrocería, como es María Valverde.

Una bonita fotografía de apagados y pesimistas tonos "otoñales" de Dariusz Wolski (consultado) y un megapresupuesto hacen finalmente de este film de Scott un aceptable producto en su género, apropiado para la evasión de toda la familia, y apto para la tertulia: Uuuyyyy...! Comparado con los 10 Mandamientos..y el cine que se hacía antes....!.

La polémica está servida.