Una valerosa e ilusionada mujer, llega a Montana con su padre y su ganado para tomar posesión de unas tierras que han pertenecido a su familia durante generaciones.

Allan Dwan, apuesta por una incursión en un western de intereses e intrigas personales con varios enfoques novedosos y tramposos.

La presencia y participación de los famosos: Barbara Stanwyck y Ronald Reagan, se convierte en el típico reclamo comercial, con la novedad de dejar el papel protagonista a una mujer dispuesta a todo por luchar por sus terrenos.

La película tiene un comienzo prometedor y atractivo, pero a medida que avanza su desarrollo, cae en algo endeble, mediocre, reiterativo y forzado.

Western pobre y descuidado en diversos apartados técnicos, que decepciona considerablemente.

La reina de Montana, queda como un atrevido e irregular western que no llega a conquistar por completo.