Irregular e intrascendente producción que intenta explotar la clásica historia de jugador de póquer que quiere derrotar a todos sus oponentes, en una historia que podría haber funcionado mejor de haberse centrado más en el mundo del juego y no se hubiera ido por la temática amorosa que no encaja.
Me gustan las películas que tocan la temática del juego y el problema que le he encontrado a El temible Mister ory, radica en que los responsables de la misma, intentan dejar espacio para otros juegos amorosos, menos interesantes que el póquer.
El director, Blake Edwards, intenta explotar el encanto y presencia de Tony Curtis, para mantener el interés de un argumento irregular que no apuesta por centrarse exclusivamente en el mundo del póquer, echando a perder lo que yo buscaba en esta película.
Todo queda en una mala jugada que no volveré a repetir.