Atrevido, pausado, original, ingenioso, divertido, inteligente, fascinante y plausible western de serie b, que consigue ofrecer un entretenimiento de lo más intrigante y sorprendente.

André De Toth, con la colaboración estelar del intérprete, Randolph Scott, consiguen dar forma y sentido a un enigmático e insólito juego de rivalidades y sospechas, que mantienen la atención y la emoción hasta su plausible y épico desenlace.

Por su temática, estética, osadía, intriga y por la presencia de algunos intérpretes habituales del género western, como: Ernest Borgnine y Randolph Scott, me atrevo a decir que es una de esas producciones con las que Quentin Tarantino, pudo llegar a disfrutar en algún momento de su juventud en alguna sala Grindhouse.

El cazador de recompensas, queda como un ingenioso e inteligente western lleno de intrigas personales, que consigue ser tan emocionante, como sorprendente.