Tres jóvenes acuden a una cita concertada por Internet en la que se ofrecían relaciones sexuales con una mujer, pronto descubrirán los oscuros fines que escondía la cita.
Kevin Smith el sobrevalorado director que cosecho el éxito con producciones cómicas independientes como Clerks, ofrece aquí un cambio de registro en el que recrea una situación propia del cine de terror, con reminiscencias de Hostel, con la que pretende ofrecer una critica del fanatismo, las sectas y las acciones policiales.
Tiene un desarrollo fluido y presenta la situación a la que se enfrentan los protagonistas de una forma dinámica, olvidándose por el camino de presentar adecuadamente a los personajes y limitándose a ubicarlos en el centro de una trama de terror, inundada por el fanatismo de una religión insana más propia de una secta.
Uno de los puntos positivos es la capacidad del director de sorprender y no ser condescendiente con el público, olvidándose de los protagonistas y dando rienda suelta a una trama que ofrece diversas sorpresas.
En el aspecto técnico resulta endeble, con planos en movimiento que resultan muy bruscos y que no aportan claridad a las secuencias, junto con la interpretación pobre e inocua de algunos de los integrantes del reparto, entre ellos John Goodman.
No se puede decir que sea una trama original, ya que presenta ligeros paralelismos con Hostel, aunque es indiscutible la capacidad de presentar a una sociedad enfermiza, cegada por sus creencias, algo que no deja de ser verdaderamente inquietante.
Los actos de los personajes de ambos bandos, ya sea el policial o el de los enfermizos creyentes dejan entrever una critica de la insana sociedad que nos rodea.
Los puntos de interés que presenta la trama, en muchos momentos se diluyen en la baja calidad del tratamiento de los mismos, quedando reducido a una obra menor.