Me he encontrado casí por casualidad con esta película y la he disfrutado. Es una película con un presupuesto bajo y unos medios técnicos muy básicos. Pero lo que si tiene es un director atrevido y unos actores con muchas de ganas de hacer cine. Hay tantas ganas que logran atravesar la pantalla y contagian al espectador. Puede que al principio la veas una cierta suficiencia y una sonrisa irónica pero es muy posible que acabes sonriendo y pasándotelo de lo más bien.

Es una película en la linea de todas las producciones que han ido apareciendo a raiz del éxito de The Raid, (2011), esta cinta no le llega a la altura por supuesto, pero lo que a veces no recordamos es que antes de esa película el director Gareth Evans rodó Merantau (2009) mucho más modesta. Y antes de las grandes películas de acción tailandesas de Prachya Pinkaew se rodaron peliculas como Born To fight de Panna Rittikrai que fueron el germen de lo que vendría. Tal vez estos sean los comienzos de algo importante para la cinematografía de Camboya, desde luego las ganas las demuestran en esta película.