Estamos ante una de las películas más representativas de la historia del cine gracias a su flamante calidad cómica así como el tema que retrata, encajando un fuerte mandoble en la época en que se realizó.

Al igual que hiciera Charles Chaplin con su inigualable "El gran dictador", Ernst Lubitsch se dispuso a hacer un film de denuncia hacia el nazismo cuando la Segunda Guerra Mundial estaba aún lejos de acabar. Al igual que Chaplin, no se puede hacer otra cosa que alabar el intento del realizador al crear una mordaz crítica a todo el mal que engendró Hitler. Hay que decir que pese a compartie ciertas similitudes con "El gran dictador", esta película realiza su crítica a través de diálogos y situaciones de lo más hilarantes y divertidos en lugar de acudir al melodrama.

El resultado es una película con una tónica de lo más desenfadada con unos delirantes diálogos que rebosan de gran acidez, agudeza y frescura. De hecho, es muy probable que el estilo de sus diálogos, que desprenden en todo momento un gran dinamismo recuerden a más de uno al estilo de los Hermanos Marx.

La película cuenta con un excelente reparto que saben llevar maravillosamente esta alocada historia cómica pero sin llegar jamás a la exageración o al histrionismo. La película, pues, únicamente busca realizar su denuncia a través de situaciones cómicas hilvanadas con ingeniosos diálogos que consiguen provocar la carcajada incluso en el público actual, claro ejemplo de que estamos ante una comedia imperecedera.

"Ser o no ser" es una obra básica en el mundo del celuloide no sólo por las nobles intenciones y por la valentía de Lubitsch, sino porque aparte de ser una película que se comprometió con un tema hoy en día sigue siendo recordado tristemente, es una de las mayores comedias jamás realizadas en la historia del cine gracias a sus desbordantes diálogos y disparatadas situaciones.