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España España · Móstoles
Voto de lyncheano:
10
Romance. Drama. Ciencia ficción Un hombre (Hugh Jackman) realiza dos viajes: uno al pasado, a la España del siglo XVI, y otro al futuro, al siglo XXVI. Su objetivo es salvar la vida de su esposa enferma de cáncer, pero para ello tendrá que encontrar el legendario árbol de la vida cuya savia proporciona la inmortalidad. (FILMAFFINITY)
5 de septiembre de 2007
363 de 419 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida eterna queda desligada del tiempo, huye de su significado y florece dentro de una nebulosa moribunda. La muerte es un acto de creación, y el sentido mismo de la vida no reside en el tiempo que pasamos viviendo, sino en el tiempo que realmente destinamos a ser felices y no buscando esa felicidad. Por eso esta ''Fuente de la Vida'' de Aronofsky no nos habla de ser inmortales, o sí lo hace, pero para corroborar su sentido opuesto o diferenciado de esa utopía, de esa ciencia-ficción. ''The Fountain'' no es opulenta ni pretenciosa como así nos lo querían hacer ver, pues es todo lo pretenciosa que pudiera ser una historia de amor entre un hombre y una mujer. No obstante, tampoco se trata de una historia cualquiera, sino aquella que muestra la verdadera esencia de lo que significa el amor, que nos enfrenta directamente al problema de la escasez del tiempo con el que contamos y de nuestro error existencial al no saber qué hacer con él. Nos habla de un doctor enamorado de una chica que es un ángel en la Tierra, una chica con un tumor mortal cuyo marido pasa más tiempo en el laboratorio intentando encontrar una cura a su enfermedad que pasando con ella sus últimos días. La cruel metáfora de la vida, un espejo roto en el que vemos reflejado cómo se nos escapa el tiempo sin que hagamos nada más con él que intentar alargarlo y ensancharlo inútilmente. Por eso Aronofsky nos dice que la vida eterna no consiste en tener más tiempo, sino en elegir la opción correcta, salir corriendo detrás de esa preciosa mujer hacia el campo nevado y no hacia las probetas y los monos de laboratorio. La vida es un libro inconcluso donde relatamos en tinta negra la odisea de una búsqueda, tinta negra con la que nos tatuamos la idea de un compromiso eterno que se extravió por el camino, señal inequívoca de que no hacíamos lo que realmente deseábamos. Las imágenes de esta obra maestra son tan poderosas, (en su concepción tanto como en su abstracción, en su plano estético y filosófico, o como simple canto a la vida) que volvemos a estar delante de un ser con vida propia que hace suyo el milagro del cine: transmitir a otro nivel por encima del lenguaje, clavarse como un dardo en el hipotálamo y extenderse como un dulce veneno a través del alma. Un alma que vive en una urna de cristal líquido viajando a cientos de miles de kilómetros por hora surcando el universo hacia Xibalba, donde el árbol de la vida volverá a renacer, o donde por fin comprenderemos que ''juntos para siempre'' no es sólo una abstracción brotada de la boca de un corazón enamorado, pues su significado trasciende la esencia mortal de la carne, trasciende el alimento de la madera de la vida, el vello erizado al contacto de unos labios amantes, las pisadas sobre el barro que circunda la presencia arbórea de una vida marchitándose ante un corazón en pena; la conquista de la Nueva España en busca de una utopía que no está más allá que dentro de nosotros mismos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
lyncheano
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