He dejado de verla en el tercer capítulo porque, pese a sus buenas intenciones, no me aporta nada comparándola con la excelencia de la película de Stanley Kubrick (otro ejemplo de que el cine "viejuno" era en muchas ocasiones mejor).
La fórmula es evidente. Acercar a la gente joven a la historia de Espartaco a base de erotismo y violencia con la estética de la novela gráfica de "300". Pero, pese a que la sangre pueda resultar más atractiva mediante este recurso, "Spartacus: Sangre y arena" no es una serie histórica - tergiversa según sus intereses - y lo que es peor, recurre demasiado a un lenguaje soez. Además, todavía no aparece Lucy Lawless (la sexy Xena en su momento) ni, desde una perspectiva lógica, Craso (recordemos a ese genial Laurence Olivier como enemigo del gladiador tracio).
Sin duda alguna, si buscas una producción de romanos similar y con notable calidad, échale un vistazo a la primera temporada de "Roma" sobre Julio César. Brillante pese a conocer toda su biografía.