No puede negarse que la idea propuesta en "Una mirada a la oscuridad", original de Philip K. Dick, es buena, enrevesada y transgresora con un mensaje claro sobre la adicción a las drogas. Tampoco puede reprocharse la factura técnica de una complicada y muy real animación dirigida a adultos, en especial con el traje mezclador. Incluso actores que no son demasiado de mi devoción como Robert Downey Jr. o Woody Harrelson parecen sacados de otro patrón en esta ocasión con sus virtuales personajes.
Sin embargo, pese a las magníficas intenciones, la película comienza a desinflarse en mi opinión a raíz de dos fallos cometidos por Linklater (no sé si en el relato también), aparte de algunas escenas intrascendentes para el desarrollo de la historia y pequeñas lagunas (ver spoiler).
Mi nota: 6,3