A partir de aquí vemos como una y otra vez el chico humilla constantemente a la chica, o la mete en lios, o pega a sus amigos, o a ella misma, y ésta patalea un rato y al dia siguiente vuelve a caer rendida a los pies del maltratador, loco, delincuente, o lo que sea ese engendro con músculos.
Algo así como las conocidas 3 fases de la violéncia doméstica: Acumulación de tensión, episodio agudo de violéncia, y fase de calma-arrepentimiento o luna de miel.

Me parece indignante que una película así se exhiba en los cines. Una película en donde la violencia está a la orden del dia. Donde nos quieren enseñar que los problemas se solucionan a hostias, que las niñas desean enamorarse de macarras y ladrones, y que hay que portarse mal porque sí y hacer el gilipollas en tu juventud aunque con ello te juegues la vida tontamente.

Patéticos todos los personajes femeninos del film, que parecen niñatas calentorras sin neuronas en la cabeza (excepto la madre y la profe, claro):
- La amiga de la prota no puede ser más estúpida ¿Quién con 2 dedos de frente saldría con un cani que te acaba de robar el dinero en tus propias narices y encima te vacila?
- La hermana de la prota (que decepción Nerea Camacho) encarna a otra niñata tontita que se pasa toda la película resaltando lo "buen partido" que es el chulo-piscinas.
- Y la propia prota es para abofetearla a ver si despierta de sus mundos de yupi. ¿Cómo se le ocurre tatuarse la inicial del macarrilla ese si apenas le conoce?? TON-TA!

Eso sí, la violencia gratuita que desparrama el ex-poli de los hombres de Paco tiene justificación. El pobre tuvo un pasado oscuro y traumático que le hizo volverse malote a su pesar. Y cuando descubrimos que es eso tan oscuro que le ha pasado a nuestro guaperas es para echarse a reir: Resulta que toda su mala leche deriva porque un dia pilló a su mami con otro en la cama. Lamentable! Y por eso mismo dejó de ser el empollón de la clase, renegó de su nombre (Hugo) y se rebautizó como H (de Héroe) y decidió ir en moto sin casco y pasar el tiempo libre haciendo dominadas en una barra. Vamos, pa mear y no echar gota.