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España España · Alcoi
Voto de Juan:
8
Drama Una poderosa historia de descubrimiento sexual e intelectual basada en acontecimientos reales a partir de la turbulenta relación entre el joven psiquiatra Carl Jung (Michael Fassbender), su mentor Sigmund Freud (Viggo Mortensen) y Sabina Spielrein (Keira Knightley). A este trío se añade Otto Gross (Vincent Cassel), un paciente libertino decidido a traspasar todos los límites. (FILMAFFINITY)
30 de mayo de 2012
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los trayectos en cine no han de ser horizontales, de izquierda a derecha, sino verticales, de fuera hacia dentro. Y esto es lo que Cronenberg nos viene demostrando en los últimos años, en sus últimos trabajos: “Una historia de violencia”, “Promesas del Este”… entre otras; pudiendo ser este “método peligroso” la punta más vista del iceberg que el director canadiense había empezado a explorar en sus más tempranas películas.
Si bien parece que nos contradecimos en nuestra introducción, el lector sabrá ciertamente que no es así, pues se puede decir que Cronenberg en su cine siempre ha explotado como línea temática común la idea naturalista de una verdad reprimida, fundamental del ser humano, que se revela a través de la mutación de la carne, lo cual desemboca en su reconocible formalismo.
La novedad este nuevo trabajo consiste en dejar atrás sus famosas mutaciones para ofrecernos a un Cronenberg que toma la contención por bandera (¿será la madurez?), ajustándose a un guión de perfecto acabado literario y de narrativa fluida, ofreciéndonos personajes que funcionan por sí mismo y no por el halo fantástico del “mito”.
Podemos decir, que nos encontramos ante la confirmación de sus trabajos anteriores pero ahora las verdades elementales de los personajes mutan y se expresan a través de la palabra (ese gran monstruo que duerme en nuestro intelecto), los cuerpos de los personajes no cambian –de forma literal- pero las ideas evolucionan a gran velocidad. Estos veloces cambios son acompañados por acompasados cambios visuales: saltos en el tiempo, aparición súbita de personajes que cambian el parecer de los otros, diálogos epistolares, etc.
Ésta es la principal virtud del film: mostrarnos a un David Cronenberg que se empezaba a atisbar pero no acaba de florecer. Un punto en contra será que muchos de los seguidores acérrimos de sus icónicas transformaciones seguramente las echen en falta, aunque éstas han sido suplidas por una gran carga de perversidad en pro de la historia: el psicoanálisis ya es un tema bastante perverso, ¿no creéis?
De esta manera, si esperáis ir al cine a ver al Cronenberg más formalista, el de las mutaciones locas, os recomiendo que vayáis a ver otra película; pues ahora la mutación es a nivel intelectual y no física, aunque verdaderamente vale la pena ir ver el “buen saber hacer” del director canadiense que nos ofrece una perfecta combinación de lo biográfico, influencias románticas y su propio “método”. Todo en un delicado y pulcro estilo que no hace más que darle un tono sentido y liviano; una aparente virtud que puede convertirse en su mayor limitación debido a la falta de irritación en el espectador: la marca que nos hará recordar el film posteriormente.
Juan
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