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Voto de Daniel:
4
6,2
1.159
Thriller. Terror
Nos narra la historia de Hasumi Seiji (interpretado por Hideaki Ito), un profesor muy querido por sus alumnos y de plena confianza para sus compañeros, que en realidad es un psicópata, nació sin la capacidad de empatizar con los demás. Aun así todo va bien, en su vida personal y profesional, intenta pasar desapercibido y vivir una vida más o menos normal, hasta que empieza a ser intimidado, a tener diversos problemas en el trabajo, en ... [+]
24 de abril de 2024
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Es válido todo el comienzo descriptivo, bien filmado y de presentación de personajes, es decir, toda esa parte a la que algunos aplican esa ya cansina frase tópica de "es lento...". No está muy bien contada porque, aunque luego va quedando casi todo claro, molesta un poco el corte brusco de escenas para pasar a otra cosa, y hay algunos breves intercalados de planos que se refieren a otro asunto, y que no se sabe ni lo que es.
El resto de mi crítica la paso a Spoiler porque, aunque los no muchos que conocemos algo del cine japonés sabemos el estilo de Miike, y sabemos de qué va esta película, no dejo de desvelar algunos detalles.
El resto de mi crítica la paso a Spoiler porque, aunque los no muchos que conocemos algo del cine japonés sabemos el estilo de Miike, y sabemos de qué va esta película, no dejo de desvelar algunos detalles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Sin duda inspirada por los hechos de la isla de UTOYA, un año antes, tiene detalles poco creíbles y, como he dicho, no está muy bien contada.
Lo del incendio, queda claro quién ha sido, pero lo deja prácticamente en elipsis: que si es agua, que si es keroseno... ¿Y cómo ha sustituido el agua por keroseno, trabajo laborioso, y justo en la casa del otro? No lo filma ni lo explica. Así es fácil. Lo del metro, tan fácil, cosa de niños y sin que nadie vea nada... ¡Venga ya! Además, olvida el guion que hace tiempo que hay cámaras por todas partes.
Y luego está también que, al ser actores desconocidos, al menos fuera de Japón, es difícil distinguirlos, tanto sus caras como sus nombres, y te confundes o pierdes continuamente; para colmo, los estudiantes del instituto van de traje de uniforme y a mí me parecen muchos el mismo, y las niñas, la misma edad, el mismo uniforme, el mismo peinado: me parecen todas la misma.
En lugar de que un personaje diga: “fulanito está acosando a menganita”, o Periquito tiene una relación homosexual con bla, bla… pues, en lugar de obligar al espectador a memorizar nombres, difíciles además para el espectador occidental, pues sería mucho mejor haber dedicado una breve escena a mostrarlo, y vas identificando algo mejor quién es quién.
Como digo, el final recuerda lo de Utoya, aunque quitándole la carga política que tuvo el hecho real, y puede contener una interesante lección: si logras mantener alguna calma y pensar, tienes más probabilidad de sobrevivir que si suplicas o das gritos, pues así no haces más que aumentar el placer de este tipo de psicópatas.
Y otro detalle: para la masacre final necesita varias docenas de cartuchos, muy pesados y voluminosos. El de Utoya creo que llevaba un arma automática terrible, de esas que cargan un montón de munición, más la que llevaría seguramente en una bolsa o en cinturones, pero aquí se trata de una simple escopeta de dos disparos, y el tipo va siempre ligero y parece que le van apareciendo los cartuchos que necesita como por magia.
Por último, parece que no hubo continuación, incumpliendo el letrerito al final, pero una buena continuación hubiera podido ser que, tras unos meses de observación, un psicólogo de pensamiento actual políticamente correcto, habría extendido certificado de que el sujeto está curado y listo para reintegrarse en la vida normal para ser un ciudadano ejemplar y productivo... y ya estaría servida la segunda parte en la misma línea...
Lo del incendio, queda claro quién ha sido, pero lo deja prácticamente en elipsis: que si es agua, que si es keroseno... ¿Y cómo ha sustituido el agua por keroseno, trabajo laborioso, y justo en la casa del otro? No lo filma ni lo explica. Así es fácil. Lo del metro, tan fácil, cosa de niños y sin que nadie vea nada... ¡Venga ya! Además, olvida el guion que hace tiempo que hay cámaras por todas partes.
Y luego está también que, al ser actores desconocidos, al menos fuera de Japón, es difícil distinguirlos, tanto sus caras como sus nombres, y te confundes o pierdes continuamente; para colmo, los estudiantes del instituto van de traje de uniforme y a mí me parecen muchos el mismo, y las niñas, la misma edad, el mismo uniforme, el mismo peinado: me parecen todas la misma.
En lugar de que un personaje diga: “fulanito está acosando a menganita”, o Periquito tiene una relación homosexual con bla, bla… pues, en lugar de obligar al espectador a memorizar nombres, difíciles además para el espectador occidental, pues sería mucho mejor haber dedicado una breve escena a mostrarlo, y vas identificando algo mejor quién es quién.
Como digo, el final recuerda lo de Utoya, aunque quitándole la carga política que tuvo el hecho real, y puede contener una interesante lección: si logras mantener alguna calma y pensar, tienes más probabilidad de sobrevivir que si suplicas o das gritos, pues así no haces más que aumentar el placer de este tipo de psicópatas.
Y otro detalle: para la masacre final necesita varias docenas de cartuchos, muy pesados y voluminosos. El de Utoya creo que llevaba un arma automática terrible, de esas que cargan un montón de munición, más la que llevaría seguramente en una bolsa o en cinturones, pero aquí se trata de una simple escopeta de dos disparos, y el tipo va siempre ligero y parece que le van apareciendo los cartuchos que necesita como por magia.
Por último, parece que no hubo continuación, incumpliendo el letrerito al final, pero una buena continuación hubiera podido ser que, tras unos meses de observación, un psicólogo de pensamiento actual políticamente correcto, habría extendido certificado de que el sujeto está curado y listo para reintegrarse en la vida normal para ser un ciudadano ejemplar y productivo... y ya estaría servida la segunda parte en la misma línea...