Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Joan Ramirez:
8
Aventuras En 1860, unos niños son embarcados en la nave Clorinda, que dirige el capitán Marlope, con el fin de ser repatriados desde Jamaica a Londres para continuar con una educación más civilizada. Durante la travesía, el barco es abordado por unos piratas al mando del capitán Chavez que tras el asalto y con gran sorpresa, descubrirá que los niños se han quedado en su barco. (FILMAFFINITY)
7 de mayo de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El pirata era un bandolero del mar; prefería el dinero a dar motivos a la horca, secuestrar a matar (para poder cobrar un rescate), huir al sentido de la aventura. Los piratas del Mediterráneo y también los del Caribe, además, siempre tuvieron naciones aliadas respaldándoles, bien para que interceptaran las rutas comerciales de países opositores, bien para desgastar y desmoralizar al enemigo y a los habitantes de sus costas. De este modo, la piratería era una suerte de oficio nutrido de prófugos, de bereberes o negros que no estuvieron dispuestos a esperar la manumisión y, como la economía sumergida de nuestros días, siempre pudieron existir a condición de que no se pasaran de la raya. Por tanto, en los albores del siglo XX, cuando cualquier vapor que no dependiera de la imprevisibilidad de Céfiro podía darles caza, más que nunca tuvieron que mantenerse en el segmento más discreto de su oficio.

Así pues, en contra de lo que algún crítico sugiere, quizás tengamos que tener el párrafo anterior en cuenta antes de considerar a los piratas de esta película como “monjas ursulinas”.

El film retrata la fantástica aventura de unos niños, hijos de pudientes indianos, que son devueltos a Inglaterra por mor de lo muy bien que se adaptaban a la vida teniendo a la selva y sus peligros por vecinos. Durante el trayecto hacia la vieja Inglaterra, su barco será abordado por los piratas. Ellos aprovecharán entonces para colarse discretamente en las bodegas del barco asaltante durante la trifulca.

Esta película combina los aspectos más clásicos de la aventura y del género de piratas con algunos matices auténticamente desgarradores, en especial los que se relacionan con el sentido de la adaptación de los niños y su capacidad para aprender de la vida y de la muerte (el necesario y natural reverso de la moneda).

En tanto que se adaptan, los niños aprenden y, en este sentido, superan a los adultos que creen saberlo todo. No hay nada más sorprendente y ridículo a los ojos de un niño que las supersticiones de los mayores: hay niños sensibles que saben distinguirlas de la verdadera fe, aspecto que en la película también se hace patente. Quisiera añadir también que, como los gitanos y, en general todos los pueblos nómadas cuya suerte depende más “de lo que se encuentran” que de un patrón cíclico (más propio de pastores o pueblos sedentarios), piratas y marinos siempre fueron muy supersticiosos. Mentar las “serpientes” o las “bichas” ante un gitano es asistir a su trasmudación en cuanto aflora el miedo ancestral de siglos durmiendo al raso. El niño, siempre más débil que el adulto, es especialista en captar los miedos injustificados de éste para tener una herramienta más de supervivencia. En la película lo verán.

(sigo en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Joan Ramirez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow