Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · Argentina
Voto de Crotalus:
9
Bélico. Drama Un grupo de reclutas se prepara en Parris Island, centro de entrenamiento de la marina norteamericana. Están bajo las órdenes del sargento Hartman, duro e implacable, cuya única misión en la vida es endurecer el cuerpo y el alma de los novatos, con el objetivo de que en el futuro puedan defenderse del enemigo. Pero no todos los jóvenes están preparados para soportar sus métodos. (FILMAFFINITY)
29 de noviembre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se han hecho cientos de películas bélicas, algunas de gran fama, taquilleras y valoradas por la crítica; otras muchas mediocres, aburridas y tan tendenciosas que terminan siendo una propaganda política indefendible.
“Full Metal Jacket”, estrenada en Latinoamérica como “Nacido para matar”, no cae en ninguna de las categorías mencionadas: es una película excelente que la crítica ha valorado pero que no logró llegar al público masivo -dato por demás evidente si se comparan las recaudaciones de la película de Kubrick con las de “Rescatando al soldado Ryan “, por ejemplo, que multiplica decenas de veces las ganancias de esta última sobre las de la primera. Y es una pena que así haya sido, porque se trata de una de las mejores películas bélicas de todos los tiempos que la gente, por lo general, desconoce.
Podríamos especular sobre qué la hace tan buena. Tiene un gran guión, una mejor dirección y muy buenas actuaciones, las más destacables la de Adam Baldwin como Animal Mother (Parte Madres en la traducción) y la de Vincent D´Onofrio en el personaje de Pyle, imperdible también la breve escena del fotógrafo en el helicóptero. Toda la película está rodada con belleza, no hay un solo cuadro que carezca de equilibrio estético: la luz, lo cromático, la construcción de cada plano, de cada travelling. Pero lo más sobresaliente de esta gran obra es que denuncia el horror y la crudeza del sinsentido de la guerra de tal modo que nos permite en medio de lo abominable vislumbrar el profundo humanismo de su director.
El lenguaje obsceno con que se instruye a los futuros Marines intenta pervertir la sexualidad de los individuos formando parte de la desestructuración de su persona y la denigración es usada como una estrategia para generar entes funcionales al poder. Pero frente a semejante realidad los personajes reaccionan según la dualidad de toda existencia humana -como bien señala su protagonista, Joker, en una línea del guión aludiendo a Jung- y el espectador se ve forzado a intentar comprender la complejidad de cada hombre. No hay buenos, no hay malos. Sólo hay personas que comienzan a alejarse de su humanidad desde el primer día de entrenamiento militar para terminar de perderla con la muerte o con la supervivencia. No hay salida posible, no hay retorno de la guerra. Todo resto de humanismo encuentra su fin, sólo pervive el instinto animal, sólo seguir vivo sin importar nada más.
Si bien no hay elipsis para la sangre, los disparos o la muerte, el golpe que noquea es la ausencia de esperanza, nada hay de bueno, de salvable en la guerra. Eso es lo que Kubrick nos quiso mostrar, para nuestro desagrado y congoja, sin edulcorantes ni finales con moraleja, para que tengamos presente que en Vietnam antes o en África y Medio Oriente después, las guerras nunca ofrecen a sus pueblos un futuro mejor sino sólo el infierno como único mundo posible.
Crotalus
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow