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Voto de sargentobilko:
6
Drama Samuel llegó a la Formentera hippie de los 70 y allí sigue. Vive sin luz y toca el banjo en un garito. Un día recibe la visita, después de muchos años, de su hija Anna y de su nieto Marc. Anna, desempleada desde hace tiempo, dice que ha tenido que aceptar un trabajo en Francia y se ve obligada a dejar en la isla a su hijo con Samuel.
28 de agosto de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ser distinto es difícil, muy difícil, y ya ser un mito o una leyenda es casi una tarea titánica nivel Superhéroe y si no te has muerto, ¡ni te digo!. Sobre todo mantener el estatus conseguido, qué les voy a contar yo que ustedes, queridos amigos no sepan ya, en mí tienen un referente claro. Ser diferente es muy cansado. Siempre hay que mantener el listón muy alto ya que somos los faros que iluminan a muchas personas en el devenir de sus vidas.
¿Y qué demonios me cuenta el pamplinas éste? Pues eso, Sammy es un viejo hippy cuyo sueño era ser farero en Formentera, llegando en los años 70 bajo el paraguas de la moda hippy, el canto a la libertad, la música y el culto a las drogas.
Samuel es músico, tópico de aquellos entonces, típico de una cultura que cogió las Islas Baleares como centro neurálgico de su idiosincrasia y modus vivendi.
Samuel es un desastre, un hippy, vive a su bola con la única obligación de tocar ese banjo que es una extensión de sí mismo, en el club de toda la vida, donde todos se conocen y donde casi todo se sabe.
Todo parece cambiar cuando recibe la inesperada visita de su única hija Anna con Marc, su nieto, y que le trae una sorpresa: ella ha encontrado trabajo en Francia y de momento, Marc se quedará en casa con el abuelo (Samuel, no nuestro Agüelico, el chaval tampoco tiene culpa de nada, ¡criatura!).
A partir de este momento, la vida de Sammy cambiará, pero tampoco tanto como pudiéramos pensar. Es difícil que un río cambie su curso, pero no imposible.
¿Saben vds qué pasa queridos lectores? Pues que este guión ya lo he visto muchas veces, demasiadas. No la historia que interpreta el bueno de Pepe Sacristán, que está soberbio y más rejuvenecido, no es la historia de un hippy que se quedó en la época hippy y no ha sabido o querido avanzar, no. La historia que he visto es tan moderna y real como el aire que respiramos y el sol que nos alumbra y que lamentablemente conocemos. Hijos que hemos de recurrir a los abuelos para todo. Hijos que hoy son la tabla de salvación de una generación a la que le vendieron que tenían derecho a todo y que ahora va purgando sus penas en una más que lineal vida con pocas esperanzas y muchos reproches.
En definitiva, Samuel iniciará un viaje que le devolverá a un mundo que desconoce por completo, la realidad.
El título de la película, que esta vez si me lo sé, corresponde a la canción que suena en la BSO del film de los King Crimson y su Formentera Lady, a los que tiene una calle dedicada en la isla.
José Sacristán -no necesita presentación- protagoniza esta ópera prima de Pau Durà -que también se reserva un papel- cuyo reparto completan Jordi Sánchez (La higuera de los bastardos, Recio) y Nora Navas (El ciudadano ilustre).

LO MEJOR: Mostrar en un solo film la belleza de Formentera, la cruel realidad que vivimos y que nunca es tarde para nada.
LO PEOR: Saca mi lado negativo, quizás sea su gran acierto, no dejarme indiferente.
sargentobilko
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