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España España · Albacete
Voto de Rome:
9
Ciencia ficción. Drama Futuro, año 2000. En la megalópolis de Metrópolis la sociedad se divide en dos clases, los ricos que tienen el poder y los medios de producción, rodeados de lujos, espacios amplios y jardines, y los obreros, condenados a vivir en condiciones dramáticas recluidos en un gueto subterráneo, donde se encuentra el corazón industrial de la ciudad. Un día Freder (Alfred Abel), el hijo del todopoderoso Joh Fredersen (Gustav Frohlich), el hombre ... [+]
17 de enero de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Metrópolis es una película de 1927 muda, que pertenece al expresionismo alemán y fue dirigida por Fritz Lang. La historia nos presenta una ciudad-Estado cuya organización social esta profundamente polarizada. En la superficie podemos observar unas magníficas infraestructuras y que nos induce a creer que existe crecimiento económico y los ciudadanos prosperan. Sin embargo, aquí solo vive la clase alta de la sociedad. En las profundidades lúgubres y deplorables vive la clase obrera alienada en condiciones de miseria y subsistencia.

Este argumento a priori podría situarse dentro del pensamiento marxista, pero el desarrollo de este rechaza rotundamente los postulados socialistas. Es menester decir, que el sistema socioeconómico planteado en el film corresponde a un orden capitalista y burgués dónde son los intelectuales (científicos) quienes administran el correcto funcionamiento de la sociedad y justifican en pos del progreso la estratificación social que ha creado un antagonismo entre las clases. Esto encaja con la idea de Comte de que el capitalismo culmina la evolución de la historia humana. La idea fundamental de su doctrina sociológica consiste en la afirmación de que es inútil el cambio revolucionario del régimen burgués. Aunque la sociedad representada no constituirá bajo los preceptos comtianos un estadio positivista como tal, podemos afirmar que el contexto es receptivo al establecimiento del positivismo, puesto que ya encuentra elementos similares para su adopción.

Observamos un tipo de “religión de la Humanidad”, que promete unificar la sociedad dividida, oculta como si de una secta se tratase (haciendo referencia al cristianismo cuando era perseguido en época romana). Comte consideraba que el medio para establecer la armonía social es la propaganda de una “nueva” religión en la que el culto a un dios personal se sustituye por el culto a un ser superior abstracto. Aquí vemos la representación del ser del futuro, el Ser Máquina, aunque nuevamente encontramos una contradicción pues si bien este ser simboliza la evolución del ser humano; éste tiene como propósito causar la discordia entre la sociedad.

El líder revolucionario es asociado con el Apocalipsis, los pecados capitales y muerte pues no busca el bien común sino la anarquía. Es necesario el orden. Cuando se produce la revolución esta lo hace en contra del beneficio de los proletarios, puesto que no sólo destruyen su propio sustento (ludismo) sino que dejan desatendidos a sus hijos. El positivismo de Comte ve los problemas sociales como desórdenes orgánicos del sistema, proponiendo reformas que integren a todos los miembros de la sociedad. Su intención de reforma social se asocia a una postura conservadora y reaccionaria en choque con los postulados ilustradas de Rousseau y Voltaire a quienes Comte atribuye los males que caracterizan al período post-revolucionario de la Revolución Francesa.

Una idea clave en la película es: “El mediador entre la cabeza y las manos debe ser el corazón”. Aquí podemos afirmar la necesidad de un consenso puesto que la cabeza hace referencia a los gobernantes y las manos a los trabajadores. El tema del consenso es crucial en el pensamiento comtiano. Éste se apoya en un orden espontáneo, aunque perfectible gracias a la mediación de la acción humana. Comte considera que el progreso es simultáneo al desarrollo de las ciencias positivas. La ciencia más compleja de todas es la Sociología, cuyo objetivo es estudio de los fenómenos sociales y sus leyes como camino para explicar la evolución humana y favorecer un progreso controlado de la sociedad que excluya todo posible cambio o revolución incontrolada. Sólo con la cooperación entre ambas partes se conseguirá el auténtico progreso, no sólo entendido como desarrollo económico y cultural, sino como evolución en el conocimiento humano. Al final de la película podríamos afirmar la realización de la filosofía positiva ya que los individuos ahora deberían de poseer un sistema de creencias que unifique el espíritu colectivo; estableciendo así una organización política que aceptada por todos. Lo cual llevaría a la construcción de leyes que permitan prevenir el futuro. Es decir, existe un control tanto de la naturaleza como de la sociedad, se habría dominado nuestra propia historia social y llegaría al estado final, el positivismo.

Sin embargo, la tesis principal de la película es refutable desde dos puntos de vista. Internamente, en los elementos simbólicos y la estructura social que presenta la sociedad de la película. Dentro de ella como se ha mencionado al principio, hay un organización positiva propiamente dicha. No encontramos salvo matices, ninguna representación del estado teológico ni del metafísico. La sobre importancia que reciben las ciencias ha causado esta profunda división de clases, siendo consecuencia lógica de esta idea autoritaria. Este cientifismo crea un monopolio de la verdad que no permite otro método de comprensión y entendimiento de los fenómenos social; en otro sentido la realidad histórica que se estaba viviendo en la Alemania de aquel entonces. La República de Weimar sufría de una gran crisis social y económica. Así que planteamientos como los del film, resultan irrisorios e incompatible con la realidad. Aunque cabe destacar que la película recibió grandes elogios y fue utilizada como propaganda por el nacionalsocialismo debido al espíritu colectivo que se manifiesta y al carácter interclasista que posee. No se pretende relacionar directamente ni establecer un vínculo causal entre la corriente nacionalsocialista y positivista, sino sugerir que el pensamiento comtiano es un pensamiento de élites para élites a costa de la mayoría.
Rome
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