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España España · Valladolid
Voto de Alberto Monje:
3
Aventuras. Drama Groenlandia, año 1908. Josephine Peary (Juliette Binoche), una mujer rica y culta, inicia una expedición al Polo Norte para reunirse con su marido, el explorador Robert Peary. Durante el viaje se encuentra con una humilde mujer esquimal, Allaka (Rinko Kikuchi). Pese a sus numerosas diferencias culturales y personales, ambas tendrán que unirse para poder sobrevivir a las duras condiciones climáticas de la tundra en el Ártico. (FILMAFFINITY) [+]
27 de noviembre de 2015
14 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Juliette Binoche, en esta última edición de la Seminci definió a su personaje en esta película como “un pavo real que al final es convertido en un perro”. Se deshizo en elogios hacia la persona de Josephine Peary, a la cual interpreta con maestría, comentando lo genial de su desarrollo psicológico y lo bien que lo narra Coixet, ¿esto es realmente así?

Pues simple y llanamente: no. Sí que es verdad que el personaje de Binoche puede ser descrito de esta manera, pero Coixet no acierta a la hora de narrar la historia. El planteamiento de la cinta es desigual, con buenos momentos, pero, sobre todo, con momentos sin interés. Al final, la historia de ese pavo real que acaba siendo un perro, metafóricamente hablando, se convierte en el típico relato de supervivencia al más puro estilo Hollywood, pero más rancio todavía.

Para los que no lo sepan, la película trata de Josephine Peary, una aristócrata norteamericana que pierde a su marido en el polo norte y va ahí a buscarlo. De esta manera, el “pavo real” que en un principio es Peary (aristócrata, elegante…) se termina transformando en un perro (sucia, sobreviviendo sin comer, en el frío…).

El principal y único foco de atención del film se centra en Binoche. Como siempre, la francesa realiza una interpretación sobresaliente, buscándole los matices al personaje y profundizando en sus emociones. Sin duda, si hay gente a la que le gusta la película, solamente podrá haber sido por Binoche. Coixet patina con la película, y al patinar se cae y se hace daño. La película se hace eterna, nunca sabes cuándo va a terminar y, lo peor, quieres que se termine porque no te interesa lo más mínimo lo que pase. La historia de “amistad” entre las dos protagonistas no te llega, sabes que son dos enemigas que están obligadas a entenderse, pero te da igual lo que les pase.

Si es que de donde no hay no se puede sacar, y de Nadie quiere la noche no se puede sacar más. Mira que la historia tiene puntos que podrían haber sido explotados: el cambio psicológico de la protagonista, la rivalidad entre ella y la esquimal o, incluso, lo claustrofóbico, la ansiedad de estar en medio de ninguna parte. No, no se saca el jugo a toda la historia. Si queréis ver la película hacedlo por Binoche, si no, guardad el dinero para otra cosa.

Alberto Monje, Esencia Cine
Alberto Monje
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