No suelo suspender películas salvo que sean un desastroso fiasco. Esta concretamente ha estado a punto de lograr eso, pero creo que siempre se debe reconocer el mérito y el trabajo de todos los profesionales.

Lo cierto es que la película navega por un desierto similar a los existentes en Kenya. Desde el minuto uno hasta el final no se entiende muy bien que es lo que se nos pretende transmitir. Además la supuesta historia de amor que nos plantean es algo irreal. Pues quién puede pensar que una rubia como la protagonista va a pasar desapercibida en el corazón de África. Es absurdo. Un amor tan tópico (y me refiero al hecho de que ella se sorprenda por cada cosa y acción que le sucede, sin darse cuenta donde está) parece no tener lógica alguna. Y si el romanticismo de la película reside en ese amor ilógico, conmigo han conseguido el desconcierto total.