Nos encontramos con la sexta participación del actor experto en artes marciales, Scott Adkins, con el director Isaac Florentine, y como cabía esperar (salvo las dos partes de Invicto) el resultado final es bastante insatisfactorio.

La película es un western moderno con una trama que resulta de lo más sencilla y previsible, cualidad que en este tipo de cintas suele ser de lo más normal, unos narcotraficantes se acaban metiendo con la familia que no debían y nuestro protagonista hará todo lo posible por proteger a los suyos y acabar con los villanos.

En donde falla la película entonces? En todo, realización mala, actores nefastos (ay! la sobrina rubia), presupuesto muy rácano y la acción, que es lo que realmente nos quieren vender, muy floja, mucha escena de tiroteos cutres ( John Woo explícales como se hace) y solo se salva alguna coreografía de pelea de nuestro “prota”.

En una época donde escasean los action´s hero, Scott Adkins se merece una buena película de acción donde se consolide y demuestre a la gente lo que puede aportar a este género.