Así me la presentaron, esa película en la que Paul Newman se come 50 huevos duros, pero no es solo eso, es una película emocionante de principio a fin con un Newman en estado de gracia, comparable a algunos de sus mejores papeles. Es una gran película que en ningún momento te desengancha, sigues adelante hasta el final. Algún día intentare comerme 51 huevos duros.